sábado, 30 de junio de 2012

Elecciones en México y Venezuela: impacto bilateral, regional y petrolero

 
El pasado 18 de junio, COVRI celebró su primer seminario centrado en los impactos político-diplomáticos y petrolero de las elecciones en México y Venezuela; dos comicios que marcarán el futuro inmediato de América Latina.
 
El seminario contó con la participación del Dr. Kenneth Ramírez, el Embajador Edmundo González Urrutia, el Prof. Rafael Quiroz, el Dr. José Toro Hardy, el Prof.CarlosLuna Ramírez y el Prof. Angel Castillo Siri, con la moderación de la Prof. Giovanna De Michele.
De lo discutido en ese evento, el equipo de COVRI llegó a las siguientes conclusiones:
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- Las principales encuestas muestran como ganador de las elecciones en México que tendrán lugar el 1 de julio de 2012, al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, quien a pesar de los errores cometidos en la campaña donde mostró falta de formación, acusaciones de tener el apoyo de las poderosas empresas de medios TELEVISA y TV Azteca para desacreditar a sus adversarios, y las críticas del movimiento estudiantil #YoSoy132; ha mantenido una clara ventaja sobre sus adversarios debido a su juventud, capacidad retórica e imagen.
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- Hace un par de meses surgió el movimiento #YoSoy132 a raíz de una polémica en torno a un acto de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana. Medios afines al candidato del PRI presentaron la protesta de algunos estudiantes como un acto protagonizado por agitadores ajenos al mundo universitario. Varios estudiantes colgaron vídeos en internet identificándose claramente. El número de participantes llegó hasta 131 y hubo alguien que entonces colgó “#YoSoy132”, surgiendo así el nombre del movimiento. Los estudiantes se han mostrado muy activos a la hora de convocar movilizaciones y concentraciones para exigir un nuevo modelo político más participativo, un modelo socioeconómico más justo, y un modelo informativo menos tendencioso.
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- El candidato de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador se ha posicionado en el segundo lugar de las preferencias electorales, en lo que representa un segundo intento por alcanzar el Palacio de Los Pinos, después de las cerradas elecciones de 2006, cuando perdió ante Felipe Calderón por apenas un 0,56% de los votos. En aquella ocasión, López Obrador denunció un fraude generalizado y toda una campaña de manipulación informativa, y no reconoció el resultado lo que generó una grave crisis institucional. Hoy se ha alejado de aquella postura y ha moderado su discurso buscando ampliar su base social de apoyo, de hecho, la principal fortuna de México y el Mundo,CarlosSlim –dueño de TELMEX-, le respalda.
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- La candidata del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, ha ido perdiendo apoyos a medida que avanzaba la campaña electoral, hasta situarse en tercer lugar. Aunque ha buscado explotar su condición de primera mujer que opta por la Presidencia de México, lo ha hecho haciendo hincapié en el rol tradicional de ama de casa, lo que le ha generado no pocas críticas de grupos feministas. Además se ha visto perjudicada por el desgaste del PAN, tras 12 años en el poder. El saldo de los dos sexenios “panistas” es un México agobiado por una espiral de violencia que ha cobrado casi 60.000 muertos en los últimos seis años, atenazado por el narcotráfico y la corrupción que se ha instilado en todas las instituciones, y por si fuera poco, abrumado por fuertes desigualdades socioeconómicas y territoriales.
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- Además, se escogerán a los 500 diputados y a los 124 senadores que componen el Poder Legislativo, así como a varios gobernadores en distintos estados y algunas autoridades locales. De manera que, aunque la elección presidencial es la que centra la mayor atención, es importante observar la base legislativa que el futuro Presidente de México logre obtener.
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- Si no se producen sorpresas, las encuestas apuntan a un regreso del PRI, quien marco los destinos de México durante siete décadas antes de la victoria del PAN en 2000. No obstante, por el perfil tecnocrático de Enrique Peña Nieto y los cambios que se han venido generando en la sociedad mexicana, descartamos un escenario de “restauración” autoritaria del “sistema priísta”, es decir, de eso que Mario Vargas Llosa llamó en alguna oportunidad la “dictadura perfecta”.
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- La plataforma de política exterior del candidato Enrique Peña Nieto, señala que México ha perdido espacios en el Mundo a lo largo de los últimos 12 años. Consideran que después de haber gozado de una gran reputación en el ámbito global y diplomático durante más de 40 años, la imagen del México es ahora cuestionada en el concierto internacional debido, principalmente, a los problemas que padece en materia de seguridad. Subrayan la necesidad de proyectar a México como potencia emergente, recuperando su lugar como líder de Centroamérica, referente para Latinoamérica, sin dejar parte integral de América del Norte. Los asesores de Peña Nieto expresan que en América Latina “…a México se le extraña. Hemos perdido espacios importantísimos de negociación y mediación. Así, pues, no es difícil explicar que Brasil los haya ocupado, aprovechando nuestra ausencia. Por esta razón, debemos concentrarnos en detonar diferentes mecanismos de participación con toda la región, y no sólo mediante relaciones bilaterales”.
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- La plataforma de política exterior del candidato Andrés Manuel López Obrador, establece que la misma estará anclada en los principios constitucionales, guardando estricta congruencia con el “profundo proceso de cambios” que López Obrador ha prometido echar a andar, el cual “estará orientado a construir un país próspero y dinámico del que participen, en equidad y justicia, todos los mexicanos, en especial los pobres”. En definitiva, señalan que México tendrá una “política exterior progresista” que fortalezca la posición de México en el Mundo y genere oportunidades. El anunciado eventual Secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Eduardo Navarrete, ha expresado consolidará “…las relaciones bilaterales prioritarias con Latinoamérica, fincándolas en importantes intereses comunes que cubran desde proyectos bilaterales, que puedan alcanzar a terceros, hasta empeños compartidos en los organismos mundiales (…) Centroamérica y El Caribe conforman el primer espacio de cooperación externa de México. Ésta, ejercida más mediante el comercio, la inversión y la asistencia técnica que por la ayuda financiera, serviría también al interés nacional, más allá de todo resabio paternalista. Es preciso plantear, con apertura y franqueza, a todas las naciones de esta subregión la necesidad, la conveniencia y la pertinencia de un nuevo arreglo subregional, fundado en la cooperación de provecho mutuo y orientado al desarrollo (…) Con la mayoría de los países sudamericanos pueden acordarse agendas amplias de cooperación bilateral, que incluyan —pero no se limiten a— los temas comerciales y económicos y atiendan, con igual énfasis, la cultura y la comunicación entre los pueblos.
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- Esto significa, que tanto Peña Nieto como López Obrador, llevarán a México a buscar un liderazgo que consideran que su país ha perdido en Centroamérica y El Caribe, y desde allí proyectarse hacia el resto de América Latina. El tono utilizado por Peña Nieto es el de una potencia emergente que busca un área de influencia en abierta competencia con Brasil, lo que puede llevarle a mantener relaciones pragmáticas con Venezuela –independientemente del candidato que resulte vencedor en las elecciones del 7 de octubre-. Mientras el tono utilizado por el candidato López Obrador es mucho más social e inscrito dentro del paradigma tradicional de la política exterior mexicana y la doctrina latinoamericanista, por lo que será mucho más importante las coincidencias ideológicas que puedan establecerse con Brasil y Venezuela.
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- Consideramos que una combinación de victorias de Peña Nieto en México y el candidato Presidente Chávez en Venezuela, puede llevar a un tipo de relación parecida a las mantenidas por los gobiernos tradicionales del PRI con la Revolución Cubana, pero ambos Presidentes tendrán como desafío sus diferentes estilos y la búsqueda de arreglo en El Caribe. Una combinación de victorias Peña Nieto en México y Capriles Radonsky en Venezuela puede potenciar considerablemente la relación bilateral debido a estilos, propuestas e intereses coincidentes, en tanto que el candidato priísta ha manifestado su deseo de liderar en Centroamérica y El Caribe, y el programa de política exterior de la oposición venezolana considera necesario racionalizar las relaciones hacia esa región marcadas por un uso excesivo de la cooperación petrolera a través de PETROCARIBE.
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- Consideramos que una combinación de victorias de López Obrador en México y del candidato Presidente Chávez en Venezuela, puede originar una relación de profunda sintonía ideológica y personal que puede ser utilizada simbólicamente por elPRDhacia lo interno; se abre aquí posibilidades de crecimiento de la relación bilateral en el marco de la CELAC y organizaciones multilaterales, así como la participación de México en PETROCARIBE y la construcción de nuevas iniciativas lideradas por el binomio México-Venezuela en Centroamérica y El Caribe. Una combinación de victorias de López Obrador en México y Capriles Radonsky en Venezuela, puede llevar a una relación pragmática y de liderazgo compartido en Centroamérica y El Caribe, pero ambos Presidentes tendrán como desafío sus diferentes estilos. La coincidencia ideológica entre López Obrador y Dilma Rousseff representará un desafío para Capriles Radonsky, en tanto que puede establecerse una suerte de condominio entre ambos países para marcar las iniciativas y proyectos regionales.
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- Finalmente, en materia petrolera, cabe destacar que la producción de petróleo de México viene en franca declinación en los últimos años (+20% desde 2004), en buena medida debido al agotamiento del principal yacimiento de Cantarell. Por esta vía, también las elecciones mexicanas resultan importantes para Venezuela, ya que el candidato Peña Nieto ha planteado la necesidad de una nueva Reforma Energética que evite que México se convierta en importador neto de petróleo en 2020 –ya que también experimentará una expansión de su demanda interna-, mediante la adopción de contratos de producción compartida, cambios en PEMEX que le acerquen al modelo de PETROBRAS y una mayor exploración en aguas profundas del Golfo de México. López Obrador se opone a cualquier Reforma Energética que considera el inicio de la senda hacia la privatización, y ha planteado que sólo debe impulsarse la lucha contra la corrupción y una mayor eficiencia en PEMEX. Si triunfa el candidato Peña Nieto, Venezuela se enfrentará a una posible recuperación de la oferta de un importante productor No-OPEP en la segunda parte de la presente década, y en consecuencia, una mayor competencia por inversiones y mercado, así como un nuevo factor que presionará los precios del petróleo a la baja. Recordemos que tanto el gobierno como la oposición venezolana han propuesto fuertes planes de expansión de nuestra producción petrolera que tienen como meta alcanzar alrededor de 6 MMBD para la siguiente década, lo que es retador para hallar hueco de mercado sin considerar nueva producción mexicana. Asimismo, con precios del petróleo por debajo de 80-90 $/Bl, Venezuela no tendría equilibrio fiscal debido a la fuerte expansión que ha experimentado nuestro gasto público en los últimos años.

jueves, 28 de junio de 2012

Una peligrosa omisión

Dr. Kenneth Ramírez

La política exterior está jugando un papel muy secundario en la actual campaña electoral. Pareciera que en opinión de los asesores políticos de los candidatos, los temas de las relaciones de Venezuela con el resto del Mundo no se traducen en votos y pueden esperar hasta después de las elecciones.
 
A día de hoy, en un país como Venezuela, con un gigantesco volumen de negocio con el exterior –en buena parte debido al petróleo-, resulta frustrante y sobre todo muy preocupante observar que los candidatos o sus equipos de asesores se limiten a hablar de problemas locales, como seguridad ciudadana, empleo, vivienda, salud o educación. El electorado venezolano es consciente de que las relaciones con el exterior tienen implicaciones fundamentales en el desarrollo socioeconómico del país, por lo que quiere un Estadista que conduzca al país con firmeza y prudencia a través de un Mundo cada vez más complejo, siguiendo un rumbo definido que nos lleve a una situación de mejora de las condiciones generales. Su visión debe trascender los problemas locales e incluir asuntos de naturaleza geoestratégica: el posicionamiento de Venezuela en el tablero mundial en la segunda década del siglo XXI, identificando amenazas y oportunidades para la seguridad y bienestar nacional, lo cual resulta de vital importancia para generar empleo productivo bien remunerado, renovar y redimensionar infraestructura, mejorar del sistema educativo y sanitario, etc.
 
Conocemos la postura del Presidente Chávez en lo que a política exterior se refiere, guiándonos por la línea que ha seguido durante los años que ha estado gobernando: revisionismo frente a la hegemonía de EEUU e integración latinoamericana. Sin embargo, su política no ha estado exenta de debilidades tales como personalismo, sobre-expansión y sesgos ideológicos que han complicado los objetivos inicialmente planteados, tales como consolidar a Venezuela como potencia energética o impulsar la multipolaridad. Por su parte, el candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonsky, a pesar de manifestar indirectamente fuertes diferencias respecto a la política exterior desplegada por el gobierno en la última década, no ha hecho hasta ahora señalamientos ni propuestas definidas en este sentido, y por eso el electorado no deja de percibirlo como un líder local, carente de visión estratégica internacional.
 
Observamos con preocupación y decepción que no haya consenso nacional razonable en un tema de fundamental importancia para el Estado y resulta desconcertante que no se lleve a cabo un debate, ni siquiera a nivel de asesores políticos en esa materia. Nos gustaría escuchar las ideas de los candidatos para consolidar a Venezuela como potencia media, su opinión sobre las principales tendencias a largo plazo del sistema internacional, sus propuestas de grandes estrategias y las alianzas que consideran necesarias con otros países u organizaciones, sus iniciativas sobre el futuro rol de Venezuela en América del Sur, en América Latina y en el Hemisferio en su conjunto, dentro del marco de las diferentes instituciones u organizaciones. Asimismo quisiéramos conocer su postura por ejemplo al respecto de cómo debe responder Venezuela a un entorno marcado por el declive relativo de la hegemonía de EEUU y la creciente importancia de las potencias emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), así como saber si consideran conveniente fijarnos como meta a largo plazo insertarnos en el G-20 y cómo puede lograr Venezuela tener una mayor influencia en el sistema de Naciones Unidas –el principal espacio donde se construyen los principios y normas de la gobernanza global.
 
Lo que distingue hoy en día a países como Brasil, Argentina, México, Colombia, Chile y España -por mencionar algunos- de Venezuela, es precisamente que, sin dejar de lado sus problemas internos, están atentos a un proyecto nacional frente al Mundo o con el Mundo. Sus líderes son conscientes de que su bienestar futuro depende de ganar simultáneamente márgenes de autonomía política y de competitividad económica, y no de forma excluyente.
 
Venezuela lleva cuando menos una década jugando el rol de chico rebelde en el escenario regional y global, marchando contracorriente de manera utópica e improvisada en muchos en casos, con la idea narcisista de lograr notoriedad y reconocimiento, pero ganando al mismo tiempo censura o conflictividad. Por este camino, el país se ha ido aislando o marginando, tomando posturas cada vez más radicales, incluso si se comparan con las asumidas por potencias como China o Rusia en casos donde estas potencias sí que tienen intereses específicos, como por ejemplo la guerra civil que hoy desgarra a Siria o el programa nuclear iraní.
 
Sin embargo, en otros temas en los que hay de por medio intereses nacionales muy claros y concretos, se guarda silencio o sencillamente se cede en base a sesgos ideológicos. La contundente defensa de nuestra diplomacia de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas resulta desconcertante al compararla con la débil reclamación de nuestra soberanía sobre el Esequibo; asimismo resulta incomprensible nuestra despreocupación por el ascenso de Brasil, mientras continuamos firmando desventajosos acuerdos con Cuba, China, Vietnam o Belarús, con la falsa creencia que aún estamos en la Guerra Fría y que estos países siguen estrategias de otrora. Es con este tipo de posturas que perdemos oportunidades y colocamos en riesgo nuestra seguridad nacional.
 
No discutir sobre política exterior, es un error para cualquier candidato a Presidente. Asumir que el espacio externo no le interesa al elector y que solamente le preocupa la situación de las cárceles, la inseguridad, el desempleo, las Misiones, etc., es una perspectiva reduccionista y muy limitada, sobre todo ante un pueblo que ha demostrado históricamente tener voluntad de poder y deseo de ocupar un puesto privilegiado a nivel internacional. Nuestra sociedad tiene interés firme en superar los problemas internos, pero a su vez está convencida del potencial que tiene Venezuela para consolidarse como potencia media global. Ampliar la visión que se tiene del país en sus relaciones con el Mundo tiene en realidad más fondo e impacto que otros temas que están inundando y agotando los discursos de la actual campaña electoral para un país petrolero, tan integrado al escenario global. Es necesario abrir espacios para el debate a ese respecto, y una vez que se haya dibujado un claro contraste entre las propuestas en liza, empezar a buscar puntos de encuentro en las diferencias, dejando de lado elementos subjetivos como partidismo e ideología, privilegiando la objetividad y el pragmatismo desde una perspectiva nacional.
 
Mientras el gobierno insista en la importancia de consolidar su poder interno y proyectar una “identidad socialista” al exterior, y la oposición se siga centrando en señalar soluciones locales a nuestros problemas y proyectar una “identidad democrática” hacia el exterior, se hará cada vez más evidente la debilidad y falta de acuerdo en materia de política exterior y nos expondremos a la injerencia de las potencias y al recelo o desconfianza de potenciales socios o aliados, dificultándose así la materialización y consolidación de los objetivos internos que se hubieran fijado de uno u otro lado. Resulta crucial para el futuro del país hallar un consenso nacional a ese respecto, y la mejor forma de empezar a hacerlo es mediante debates de altura -al menos entre los asesores y especialistas-, privilegiando la fuerza del mejor argumento racional. En definitiva, debería dejarse de lado el desacuerdo ideológico, y comenzar a definir conjuntamente y de manera realista nuestros intereses nacionales -en el marco de la Constitución Nacional- de cara a esta segunda década del siglo XXI. No está de más que recordemos lo que se decía en tiempos del Imperio Romano: “Un pueblo dividido está maduro para ser conquistado”.

viernes, 8 de junio de 2012

La banca española y las perspectivas de la Eurozona

Prof. Angel Castillo Siri

La voluntad política de los líderes del Euro afronta cada vez mayores pruebas. Desde las elecciones en Francia y en Grecia ocurridas hace un mes, la cotización frente al dólar cayó del nivel de 1,30 USD/EUR a un nivel de 1,24 USD/EUR, cerca de un 5% menos. España, sin embargo, es el centro de las preocupaciones de la Eurozona debido a la posible crisis bancaria que se viene gestando en los últimos meses y cuya señal de alarma fue la nacionalización y rescate de Bankia, principal banco del mercado doméstico, a principios de mayo.
Los problemas de Bankia se relacionan a su exposición a hipotecas y activos del sector inmobiliario, que representaba en España casi la sexta parte del PIB antes de la crisis. Las pérdidas de este año, cifradas en cerca de EUR 3.500 millones y las segundas en la historia de España, llevaron a que el gobierno inyectara hasta EUR 19.000 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Los temores de una crisis financiera son elevados, y el gobierno declara, como es de esperarse, que el problema se limita a solo determinadas entidades. El 11 de junio el FMI emitirá un informe que dará mayores luces sobre el contagio de la crisis dentro del sistema financiero.
A diferencia de la crisis de 2008, cuando España presentaba un superávit fiscal de 1,9% del PIB en sus resultados del año anterior, el gobierno no tendrá capacidad para financiar un plan de rescate masivo. Por ello, España ya avisora, a su pesar, recurrir a la Unión Europea para obtener financiamiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). La propuesta, sin embargo, plantea que los fondos sean dirigidos directamente a la banca a través del FROB, no al gobierno, para evitar así atarse a las condiciones de equilibrio macroeconómico para obtener los recursos.
El problema es que parece inevitable una crisis financiera de cierta magnitud en España en pocos meses: solo durante el primer trimestre del año el Banco de España registró una salida de EUR 97.000 millones. Eso equivale al déficit fiscal del año 2010, cuando este indicador se ubicaba en -9,2% del PIB de ese año. La situación actual refuerza esta tendencia, acompañada del aumento de la prima de riesgo del país que se acerca ya al 7% y el reto es evitar que los fondos de rescate se vayan tan rápidamente como entraron.
Una crisis financiera en estas condiciones puede llevar a un “corralito” español, lo cual significa, de facto, una moratoria como la que se ha tratado de evitar en Grecia por los últimos dos años. También este era el temor respecto a Francia en el otoño pasado cuando la calificación de los principales bancos franceses fue reducida por las agencias calificadoras debido a que sus activos estaban contaminados por bonos griegos de alto riesgo, solo que la crisis española es causada por el deterioro de los propios activos y de los negocios de la banca y por la salida masiva de capitales, aumentando el riesgo de insolvencia.
España es la cuarta economía de la Eurozona, representando un 11% del PIB, por lo que las necesidades de financiamiento son sustancialmente mayores que las de Grecia. Solicitar fondos del FEEF implicará nuevas condiciones además de las medidas de austeridad aplicadas por el gobierno de Rajoy, lo que incrementará el descontento y la inestabilidad política. El manejo de la crisis tendrá reflejo en Italia, la tercera economía de la zona, en condiciones parecida a la española e incidirá en el comercio y la producción, exacerbando la crisis.
Si Alemania persiste en el sostenimiento del euro, como hasta ahora, veremos en pocas semanas la aprobación de un plan de rescate a la medida para la banca española luego de precisar las instituciones afectadas, incluyendo reformas en la estructura del sistema financiero a través de fusiones y adquisiciones. Paralelamente, se tratará de corregir otra de las debilidades institucionales del euro a semejanza del propio FEEF y del Pacto Fiscal, generando un mecanismo europeo para la estabilidad bancaria y reforzando la supervisión de los órganos de la UE sobre el sistema financiero, con planes de ayuda preestablecidos. El efecto esperado sería recuperar la confianza en el sistema financiero español y frenar la salida de capitales en un par de meses, con repercusiones positivas en Italia que permitan a Europa concentrarse nuevamente en la situación de Grecia.

jueves, 7 de junio de 2012

La denuncia del TIAR y el Consejo de Defensa del ALBA

Prof. Angel Castillo Siri

Los países del ALBA (Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela) han decidido denunciar conjuntamente el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) por considerar, según dice la declaración conjunta, que ha perdido legitimidad y vigencia, debido que en ocasión del conflicto de las Malvinas “… un Estado parte del Tratado apoyó la agresión.”
 
La denuncia de los países del ALBA, efectiva dentro de 2 años según lo estipulado en el Art. 25 del Tratado, se suma a la denuncia de México efectuada en octubre de 2002. Los argumentos de México se concentraron más en una crítica a la falta de profundidad del TIAR en abordar otras dimensiones de la seguridad hemisférica, como la superación de la pobreza y la desigualdad, el narcotráfico y crimen organizado, salud pública y pandemias y el terrorismo, no solo la dimensión militar enfocada a las realidades de la Guerra Fría. Cuando Brasil propuso convocar el TIAR como respuesta hemisférica ante los atentados del 11-S, se evidenció que efectivamente el Tratado no respondía a amenazas de estos actores subnacionales que permean las fronteras. El otro argumento, de menor peso para la posición mexicana, era la falta de legitimidad que había marcado al TIAR debido al conflicto de las Malvinas.
 
El causal de denuncia de los países del ALBA es un hecho ocurrido hace 30 años, cuando en 1982 el gobierno argentino de la época, bajo la dictadura de Galtieri, decidió resolver su reclamo por las Islas Malvinas por la vía militar. Las fuerzas argentinas ocuparon militarmente las islas en momentos en que tambaleaba la credibilidad de la dictadura en medio de la creciente impopularidad, la recesión económica y la crisis financiera. Galtieri fue, además, el comandante de las unidades argentinas que cerraron la frontera con Chile en 1981 por otro conflicto fronterizo respecto al Canal del Beagle. El análisis del Alto Mando argentino preveía que Gran Bretaña no reaccionaría por los recortes presupuestarios que estaba sufriendo su economía en recesión y que la movilización británica, de producirse, tardaría meses en concretarse. Fue una jugada arriesgada que resultó muy mal.
 
No cuestionamos la legitimidad del reclamo argentino, sino la estrategia adoptada por el gobierno de Galtieri, sobre todo comparando con los avances logrados en su momento por la diplomacia venezolana en su reclamo por los territorios del Esequibo. La placabilidad del TIAR en casos semejantes genera las siguientes preguntas: ¿obligaba el TIAR a cerrar filas en un conflicto cuando el primer movimiento de tropas, la Operación Rosario, fue iniciada por Argentina? ¿Significa esto que un gobierno puede iniciar acciones militares sobre cualquier área en reclamación o disputa y esperar el apoyo regional basado en el Tratado? ¿Se sienten obligados los demás gobiernos a prestar apoyo militar o más bien es un riesgo asumir un apoyo irrestricto a las estrategias de otros gobiernos que pueden ser altamente costosas, aplicando una solidaridad mal entendida?
 
Defender este enfoque de seguridad regional es retomar una visión tradicional eminentemente militar, vinculada al concepto de defensa, en donde se privilegia la noción de alianzas de activación automática, en vez de un enfoque multidimensional en donde las amenazas no surgen fundamentalmente de la acción deliberada de otro estado y que se basa en la cooperación en áreas específicas, pero que mantiene la autonomía de cada país en cuanto a su doctrina militar e hipótesis de conflictos.
 
El enfoque tradicional se refleja, aunque en una versión aligerada, en el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), uno de los órganos de la UNASUR. Allí vemos contemplada la cooperación en el área de defensa, intercambio de información y propuesta de una visión conjunta pero no existe nada parecido al Art. 3 del TIAR que “regionalice” las agresiones armadas contra algún país miembro. Tampoco incorpora disposiciones como las establecidas en los Art. 7 y 8 respecto a conflictos entre países americanos, en donde se asigna un rol al Órgano de Consulta, la determinación del agresor y las medidas a tomar, sino que solamente enuncia la promoción de la solución pacífica de conflictos.
 
Sin embargo, la propuesta de creación de una Consejo de Defensa del ALBA si pudiese generar un acuerdo en la región más parecido a una alianza defensiva similar al TIAR, sobre todo por la afinidad ideológica de sus integrantes y sus hipótesis de conflicto frente a los Estados Unidos. Debe considerarse con mucho cuidado si se promoverá esta alianza defensiva dentro del ALBA y contemplar cómo ese vinculará con el resto de la región y los costos que puede acarrear para nuestro país asumir compromisos de esta naturaleza cuando Nicaragua tiene problemas fronterizos con Colombia y Costa Rica, Bolivia reclama permanentemente su salida al mar y Cuba teme constantemente una agresión de Estados Unidos.