lunes, 29 de septiembre de 2014

Petróleo y elecciones en Brasil



Dr. Kenneth Ramírez
El próximo 5 de octubre se celebra la primera vuelta de las elecciones de Brasil. La cita viene marcada por una importante transformación del escenario electoral brasileño. A principios de 2013, se daba por descontada la reelección de la Presidenta Dilma Rousseff; pero a partir de junio el país se sumió en una fuerte ola de protestas contra la corrupción, por mejores servicios públicos y contra el volumen de gastos para albergar la Copa Mundial de Fútbol de 2014. Esto, aunado a un deslucido desempeño de la selección brasileña, empañó una Copa que se suponía sería la vitrina global de los logros de los gobiernos Lula-Rousseff. A pesar de todo, el candidato del principal partido opositor PSDB, Aécio Neves, no despegaba en las encuestas. Empero, un accidente aéreo a mediados de agosto de 2014, llevó a la muerte al candidato del también partido opositor PSB, Eduardo Campos, ubicado en ese momento en tercer lugar. Así, Marina Silva volvió a acceder a una candidatura presidencial –quedó en tercer puesto en las elecciones de 2010-, y se posicionó rápidamente en el segundo lugar. Hoy por hoy, se da por sentado que Dilma y Marina se enfrentarán en ballotage (segunda vuelta) el 26 de octubre, donde las encuestas muestran incluso un empate técnico.
En este contexto, se produjeron las explosivas declaraciones del Ex–Director de Refinación y Abastecimiento de la empresa petrolera nacional PETROBRAS, Paulo Roberto Costa, encarcelado en marzo pasado debido a una operación multimillonaria de lavado de dinero, quien señaló presuntos sobornos pagados desde PETROBRAS a más de 50 legisladores -en su mayoría del oficialista PT-, al Ministro de Energía, Edison Lobão, e incluso a cinco ex-gobernadores donde estaría incluido el finado Eduardo Campos; lo que ha tocado un nervio muy sensible en una población hastiada de la corrupción y que considera a la empresa petrolera un símbolo nacional desde que fue fundada por Getulio Vargas en 1953. Esto ha sido aprovechado por la oposición para señalar que PETROBRAS fue “asaltada por el PT”, el cual se ha visto envuelto en sus doce años en el poder, en varios casos de corrupción como el célebre caso mensalão en 2005.
Todo esto ha puesto en aprietos a la campaña electoral de Dilma. Cada vez que el PT sentía a un rival acercarse en una carrera electoral, utilizaba la bandera de la defensa de PETROBRAS como lo hizo Lula contra Geraldo Alckmin en 2006, a quien acusó de quererla privatizar. Lo mismo hizo Dilma contra José Serra en 2010, además de aprovechar el gran tirón mediático que tuvo la empresa con el descubrimiento de reservas en las áreas pre-sal –yacimientos ubicados a 320 kilómetros del litoral con una profundidad de 5 a 7 mil metros del lecho marino- en 2007 y la creación de un fondo para dedicar el grueso de las nuevas regalías a inversión en educación y salud. En esta ocasión, Dilma trató de aprovechar la poca claridad en el programa electoral de Marina respecto al petróleo, sus posiciones ambientalistas y una frase pronunciada en un debate respecto a que tendría otras prioridades más allá del petróleo –quiere dar un fuerte impulso a las energías renovables-, para pasar al ataque y señalar que la candidata del PSB quiere interrumpir el desarrollo de las áreas pre-sal debido a su sesgo ecologista, lo que implicaría atentar contra el desarrollo brasileño. Marina respondió que la verdadera amenaza al desarrollo de las áreas pre-sal es “la corrupción del PT”.
Por si todo esto fuera poco, ahora una auditoría del Tribunal de Cuentas –organismo auditor del Estado- ha señalado sobreprecios y sobornos en la construcción de la refinería de Pernambuco -en donde en principio se iban a asociar PETROBRAS y PDVSA–, lo cual disparó los costos desde un estimado inicial de 2,5 millardos hasta 18,5 millardos de dólares. Además, se encuentra la denuncia realizada por el Ex-Presidente de PETROBRAS, José Sergio Gabrielli, de la responsabilidad de Dilma y la suya propia, en las pérdidas millonarias que supuso la compra de una refinería en EEUU (Pasadena, Texas) por PETROBRAS a partir de 2006. PETROBRAS pagó 1,19 millardos de dólares por el activo, que había sido comprado por la belga Astra Oil en 42,5 millones de dólares en 2005.
Todos estos escándalos, han llevado a Dilma a tratar de sacar a PETROBRAS del centro de la contienda. Ahora su campaña gira en torno al señalamiento de que todo cambio implica una amenaza a los logros alcanzados y en la presencia en actos electorales del popular Ex–Presidente Lula. No obstante, aunque esto ha logrado frenar el vertiginoso ascenso de Marina, no parece borrar el malestar con la corrupción y la desaceleración económica para dar una clara ventaja a Dilma.
Lo cierto es que la euforia de los inversionistas con PETROBRAS ha desaparecido debido a los escándalos, la sobre-estimación del potencial de reservas en pre-sal –se hablaba de un potencial de 50 millardos de barriles, pero sólo se han logrado certificar 14-, estancamiento de la producción por demoras en los complejos proyectos en aguas profundas –aunque ya la producción en pre-sal alcanzó 500 mil barriles diarios en 2014-, aumento de su nivel de deuda hasta 114 millardos de dólares –la empresa petrolera más endeudada del Mundo, justificado por su plan de inversiones como único operador en pre-sal por ley- y la intervención gubernamental –que le hace importar gasolina y venderla subsidiada ocasionando pérdidas por 30 millardos de dólares desde 2008. Incluso los pronósticos han sido corregidos, y se estima que Brasil podría elevar su producción desde 2 millones de barriles diarios (MMBD) en 2014 hasta 4,2 MMBD en 2020 –hace cinco años se hablaba de 5,3 MMBD-, lo que le permitiría exportar 0,8 MMBD en esa fecha.
En realidad, a pesar de todo, el futuro de PETROBRAS aún luce promisorio; y muchas de las críticas que se hacen actualmente se deben a la vinculación entre petróleo y política en Brasil, y al desproporcionado optimismo de años anteriores.


Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

lunes, 15 de septiembre de 2014

La estrategia de Obama contra ISIS


Dr. Kenneth Ramírez

El 10 de septiembre de 2014, Barack Obama pronunció desde el Piso de Estado de la Casa Blanca, su esperado discurso sobre la estrategia contra el Estado Islámico de Irak y Levante (por sus siglas en inglés, ISIS). En buena medida, el discurso vino a ser un control de daños de su desafortunada frase “aún no tenemos estrategia contra ISIS”, la cual emitió en una rueda de prensa al finalizar sus breves vacaciones en Martha’s Vineyard el pasado 28 de agosto. Asimismo, viene a reconocer que subestimó al ISIS cuando a principio de este año lo comparó con un equipo de baloncesto novato: “La analogía que hacemos a veces, es que si un equipo junior se pone una camiseta de los Lakers, eso no lo convierte en Kobe Bryant”. Sin duda, registros para una antología de retórica fallida.

Además, Obama trató de lucir firme ante una opinión pública estadounidense que lo percibe como “débil e indeciso” en política exterior, pero que apoya en un 70% los ataques aéreos al ISIS ordenados el pasado 7 de agosto ante el avance de los yihadistas en dirección a Erbil y Bagdad, y sobre todo tras las salvajes decapitaciones de periodistas estadounidenses –James Foley y Steven Sotloff. Sin embargo, en plena antesala del decimotercer aniversario del 11-S, Obama intentó distanciarse una vez más de su antecesor George W. Bush cuyo legado continúa arrojando sombra sobre su Presidencia. En este sentido, puede leerse el término “estrategia anti-terrorista” –en lugar de “anti-insurgencia” utilizado por la Administración Bush para Afganistán e Irak- esgrimido por Obama, sin dejar de recordar sus éxitos aniquilando líderes terroristas –desde Osama bin Laden en Pakistán en 2011 hasta Ahmed Godane recientemente en Somalia.

Asimismo, Obama subrayó que ISIS “ni es un Estado ni es Islámico”, sino un grupo terrorista que constituye “un cáncer” para la estabilidad regional y los intereses de EEUU. Este mensaje estuvo dirigido a socavar el fuerte impacto mediático que ha tenido ISIS dentro y fuera del Mundo islámico, desde que su líder Abubaker Al-Bagdadi declaró el Califato Islámico con sede en Raqqa (Siria) tras su toma de Mosul (Irak) el pasado 10 de junio. Al respecto, Obama dejó claro que no estamos frente a un nuevo Harún al-Rashid, quinto Califa de la Dinastía Abasí, quien construyó a finales del siglo VII un Palacio en Raqqa para gobernar un extenso imperio -desde Túnez a Pakistán en la actualidad-, e impulsó el despertar islámico en ciencia, música y arte. Al-Bagdadi es un terrorista feroz que ha desplegado una persecución contra minorías religiosas, ha instaurado ejecuciones públicas como “espectáculo” de los viernes en la Plaza al-Na’im de Raqqa y ha destruido santuarios como la tumba del Profeta Jonás en Mosul.

Respecto a la estrategia contra ISIS, el discurso aportó poca novedad. Obama reiteró que el objetivo consiste en “degradar y en última instancia destruir” al ISIS. Previamente habíamos conocido que la estrategia consistía en un “compromiso a largo plazo” con el apoyo de una “amplia coalición” internacional. Aunque no dio mayores detalles, fuentes del Pentágono han revelado que se estima un esfuerzo de al menos 3 años, lo cual excedería la permanencia de Obama en la Casa Blanca y terminaría de enterrar su “pivote al Pacífico”. Respecto a la coalición se han mencionado 40 países, donde destacan Reino Unido, Francia, Turquía, Australia, Arabia Saudita y Egipto. Irán también colaborará aunque informalmente.

La estrategia está basada en ataques aéreos, el envío de tropas sólo para labores de asesoría y entrenamiento –ante el rechazo de la opinión pública a involucrarse de lleno en una nueva guerra-, y transferencia de armas. En Irak, todo esto está condicionado a la consolidación del gobierno de unidad nacional liderado por Haider al-Abadi que permita fortalecer las fuerzas armadas iraquíes, así como en el apoyo del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí que está en la primera línea contra ISIS. Aquí Obama subrayó los 153 ataques aéreos que se han realizado hasta ahora y el envío de 475 soldados adicionales, lo cual elevará el total a 1618.

Respecto a Siria, Obama confirmó la conexión entre los dos tableros y un reconocimiento implícito de su error de no bombardear el año pasado. Confirmó que Assad debía marcharse ya que “no podemos confiar en un régimen que aterroriza a su pueblo” –en referencia al terrible saldo de 200 mil muertos, 3 millones de refugiados y 6,6 millones de desplazados de tres años de guerra civil- y anunció que enviará ayuda militar –sin especificar- a los rebeldes moderados sirios. Al respecto, Obama ya había solicitado al Congreso en junio 500 millones de dólares -lo cual sólo permitirá armar y mantener una brigada por año y medio.

El problema con esta estrategia es que, si bien parte de lo que es posible ante la fatiga estratégica de EEUU, no parece que resolverá el problema completamente. ISIS, a diferencia de Al-Qaeda, no sólo es una red terrorista, sino una milicia terrorista bien financiada y apertrechada que ha sentado las bases de un proto-Estado. En este sentido, tiene mucho más parecido con el Hezbollah libanés.

En consecuencia, la estrategia tiene una alta probabilidad de expulsar al ISIS de Irak debido al efecto combinado de los bombardeos, y el avance de los peshmergas kurdos, las milicias shiítas iraquíes y las Fuerzas Al-Quds iraníes; aunque un éxito definitivo se encuentra en dependencia de la inclusión de los sunitas en un Estado federal sólido, que permita quitarle la base de apoyo al ISIS. En Siria, en cambio, la estrategia tiene más posibilidades de degradar que de destruir al ISIS, al no enviarse tropas al terreno. Además, Assad es aliado de Irán y Turquía duda en comprometerse debido a los 80 ciudadanos turcos que se encuentran secuestrados por ISIS. Al respecto, Obama ha guardado silencio, voceros de Irán han señalado que su estrategia contra ISIS es “ambigua” y los rebeldes moderados agrupados en la Coalición Nacional Siria han señalado que la estrategia resulta insuficiente al no buscar la caída de Assad. Todo esto parece indicarnos que Obama está optando a largo plazo por fortalecer a los rebeldes moderados e intentar retomar el proceso de paz de Ginebra, pero Assad ahora se encuentra convencido de que es necesario para derrotar al ISIS y no se marchará. Quizás la clave se encuentra en la frase de Obama “en última instancia destruir ISIS”. Es decir, dejará a su sucesor la tarea de resolver el rompecabezas sirio.

Finalmente, todo esto implica que América Latina seguirá teniendo una prioridad baja en la agenda exterior de EEUU al menos hasta enero de 2017 cuando Obama se marche, y los gobiernos latinoamericanos continuarán con la autonomía que han gozado desde la caída de las Torres Gemelas: Para bien o para mal.


@kenopina

lunes, 1 de septiembre de 2014

CITGO a la luz de las nuevas realidades

 
Dr. Kenneth Ramírez
En el último mes, se ha establecido un intenso debate sobre la conveniencia o no de la venta de CITGO. Muchos argumentos presentados tienen fuertes tintes políticos, y en buena medida han sido superados por las circunstancias. Veamos.
El viejo debate entre neoliberales y socialistas
La compra de CITGO -entre 1986 y 1990- se realizó siguiendo cinco premisas: 1) PDVSA debía transformarse en una empresa energética global, lo cual implicaba ir más allá de la producción de petróleo en Venezuela; 2) PDVSA aumentaría su producción desde 3,5 millones de barriles diarios (MMBD) hasta 7 MMBD, sin mayor consideración a la cuota OPEP; 3) Las reservas petroleras venezolanas están compuestas mayoritariamente por crudos pesados (83%), con alto contenido de azufre y metales, por lo cual PDVSA debía adquirir capacidad para procesarlos, en un mercado con pocas refinerías complejas; 4) La adquisición de refinerías en el exterior fortalecía la seguridad energética de Venezuela, garantizando demanda en un mercado rentable y cercano como EEUU, recordando las restricciones a las importaciones de crudo venezolano desde 1959 hasta 1973; 5) Esto convertía en especial a la relación EEUU-Venezuela, proporcionando influencia en Washington.
El actual Gobernador venezolano en la OPEP, Bernard Mommer, junto al mexicano Juan Carlos Boué, realizaron críticas a esta política -que posteriormente se denominó “Apertura Petrolera”-, y en especial, a la compra de CITGO: 1) Venta de crudo venezolano con descuentos entre 2 $/Bl y 3 $/Bl; 2) Compra de crudo mexicano y canadiense para satisfacer parte de la dieta de CITGO; 3) Utilización de los activos en el exterior como justificación de una política volumétrica contraria a la OPEP; 4) Sustracción de parte de la renta petrolera que era invertida en EEUU fuera del control del Estado venezolano; 5) CITGO no arrojaba dividendos. Mommer y Boué se convirteron en asesores de Alí Rodríguez y el Presidente Chávez, quienes apostaron por la OPEP para rescatar los precios del petróleo y subrayaron el rol de PDVSA como empresa petrolera nacional. En este marco, se eliminaron los descuentos a CITGO, se vendieron 2 de sus refinerías en 2007 -Paulsboro y Savannah, lo cual se sumó a la venta forzada del 41% en Lyondell por incumplimiento de suministros-, y se culminó la relación con la red de estaciones de servicio 7 Eleven. Además, se ordenó a CITGO arrojar dividendos, por cuyo concepto se han obtenido 9.350 millones de dólares desde 1999.
Nuevas realidades
Hoy por hoy, la dimensión de CITGO ha sido reducida, se han eliminado los descuentos y produce dividendos. De sus 3 refinerías, sólo Lemont de 167 mil barriles diarios (MBD), no procesa crudo venezolano. Además, la importancia del mercado estadounidense para nuestras exportaciones ha sido racionalizada, pasando de 58% en 2000 a 35% en 2014 -aumentando Asia al 43% y América Latina al 18%. En consecuencia, el viejo debate en torno a CITGO ha sido superado y su posible venta no luce conveniente a la luz de las nuevas realidades.
En segundo lugar, el Plan Siembra Petrolera plantea aumentar paulatinamente la producción de PDVSA hasta 6 MMBD, en concordancia con la OPEP. Todo esto apalancado en el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, con una estrategia de mejoramiento y dilución que implica transformar el crudo extrapesado (8 °API) en crudos tipo Merey (16 °API) y Leona (22 °API). Para colocar estos crudos en el mercado mundial, se requieren refinerías complejas como las otras dos refinerías de CITGO, Lake Charles y Corpus Christi, que no abundan. En este sentido, CITGO es compatible con la nueva internacionalización diseñada por PDVSA que busca colocar crudos de manera diversificada, y construir nuevas refinerías en América Latina y Asia –donde destacan Jie Yang, Weihai y Shanghai en China.
En tercer lugar, sería un error perder la participación y el valor de marca de CITGO en un mercado tan incierto como el de EEUU actualmente -con la Revolución de Esquistos, el desarrollo de las arenas bituminosas de Canadá que se puede potenciar con el oleoducto Keystone XL, y la Reforma Energética en México-, lo cual concentraría aún más nuestra apuesta por la carta china.
En cuarto lugar, la venta de CITGO en el mejor de los casos puede proporcionar alrededor de 8 millardos de dólares. Con este dinero no se podría construir un nuevo mejorador de 400 MBD en la Faja, cuyo costo se encuentra en 12 millardos; y si se utiliza para gasto corriente implicaría una pérdida patrimonial para el país.
Finalmente, CITGO como noveno refinador en EEUU -750 MBD- es un punto de apoyo valioso para influir políticamente en la primera potencia mundial. En los momentos más bajos de la relación con EEUU en la Era Bush, el Presidente Chávez utilizó CITGO para desplegar un fuerte cabildeo en Washington e inauguró el programa de combustible para la calefacción de hogares pobres junto a Citizens Energy dirigida por Joe Kennedy, lo cual le permitió construir interlocutores en el Partido Demócrata y apalancar el llamado Grupo de Boston -que buscaba rescatar el diálogo y la cooperación bilateral. Incluso CITGO apoyó la difícil campaña de Obama en 2008 -respaldado por el clan Kennedy contra Hillary Clinton-, quien ha desplegado una política de búsqueda de compromiso (engagement policy) hacia Venezuela desde su llegada a la Casa Blanca. Esto puede ser clave para negociar con ConocoPhillips y ExxonMobil que tienen litigios abiertos contra Venezuela, mitigando así riesgos de embargo a CITGO y otros activos de PDV America, Inc. Recordemos que la Administración Obama tiene poder de veto sobre cualquier transacción que involucre CITGO a través de diferentes comisiones regulatorias.
Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios
@kenopina