miércoles, 12 de junio de 2013

Hacia un nuevo liderazgo en Qatar



Oswaldo Uria
Desde que comenzaron los rumores de los problemas de salud del Emir en el año 2009, quienes siguen el desarrollo de este pequeño Estado con un poderío económico y con una creciente influencia política en el Medio Oriente desde su participación directa e indirecta en la Primavera Árabe, podían inferir que un trasferencia de mando se preparaba en los próximos meses. En ese sentido, el anuncio hecho ante diplomáticos acreditados en Doha (Irán y EEUU, según Reuters) de que el Príncipe Tamim sería nombrado Primer Ministro como un primer paso para asumir la jefatura del Estado de Qatar, no sorprende. No obstante, aclara las dudas que se generaron acerca de la fortaleza del gobierno qatarí a raíz de varios rumores de golpe de Estado que acompañaron a los de la salud de Hamad bin Khalifa.
 
Al menos unos tres rumores se han desatado en los últimos cuatro años (agosto de 2009, marzo y diciembre 2011, abril 2012), y produjeron algunos análisis sobre las contradicciones internas entre los miembros de la familia gobernante del emirato. Llamó la atención el rumor de golpe (en plena fiebre revolucionaria árabe) en diciembre de 2011, el cual fue acompañado por un aumento del 60% del salario para los empleados públicos y 120% para el sector militar de esa monarquía absoluta.
 
Por otro lado se identificaba una diferencia de visiones entre el Emir, Jeque Hamad bin Khalifa Al Thani y su primo el Primer Ministro Jeque Hamad bin Jassim bin Jabor Al Thani, siendo el Jefe de Estado más pragmático y con relaciones de amistad con todos los países aunque fueran antagónicos entre sí (claro ejemplo las relaciones con su vecino Irán y su protector Estados Unidos), mientras que el Primer Ministro, apenas bisnieto del fundador de Qatar, nunca ocultó su simpatía con los países de la OTAN, fue la cara visible de la intervención qatarí en Libia y ahora en Siria, así como embajador de la fortuna Al Thani en Europa.
 
Una segunda contradicción se identifica entre los tradicionalistas y modernistas. Un ala tradicional ve con malos ojos la apertura cultural del Emirato, principalmente el papel activo de la Primera Dama, Jequesa Moza Al Misnad, segunda esposa de Hamad (única con labor pública) y madre del príncipe heredero así como de la también activa Jefa de la Oficina del Emir, la joven Jequesa Hint.
 
La prensa europea, especialmente la británica, precisamente destaca esta contradicción dentro de un posible giro que daría Tamim hacia un gobierno más conservador,  dada su excelente relación del heredero con la Hermandad Musulmana. Con ello también se deduce un papel más activo en el conflicto de Siria, siguiendo la misma línea de su predecesor Hamad bin Jassim bin Jabor.
 
Tamim bin Hamad Al Thani nacido en 1980 y formado como su padre en la escuela militar de Sandhurst en Gran Bretaña, es el segundo hijo de Hamad con Moza y asumió en 2003 como Príncipe Heredero al renunciar su hermano mayor Jassim por razones aún desconocidas.
 
Desde ese momento ha tenido una activa carrera dentro de la administración pública, como presidente del Comité Olímpico de Qatar y miembro del COI, presidente del Consejo Supremo de Educación, Presidente de la Junta del Consejo Supremo de Información y Telecomunicaciones, entre otros cargos.
 
Pese a la juventud de Tamim, ha tenido gran experiencia en el mundo diplomático, cuando actúa como en enviado del Emir o como “vice Emir” (Naib Al Amir en árabe; Deputy Emir, en inglés) durante las vacaciones del titular. Destaca su visita a Irán en  febrero de 2010, en momentos que más se rumoreaba un conflicto entre EEUU y el país persa, con Qatar como principal blanco al alojar la base aérea norteamericana que sirvió para los ataques aéreos en Irak y Afganistán.
 
El Príncipe Tamim no ha demostrado grandes diferencias políticas con su padre y los temores de que sea más conservador que el actual Emir, quizás quede en medidas “cosméticas” como la restitución del árabe como idioma principal en la Universidad de Qatar. Pero la política económica de apertura a las inversiones pero con participación nacional, la modernización en infraestructura, el posicionamiento internacional a través de la adquisición de compañías y de tierras en el exterior, su participación en el conflicto de Siria a favor de la oposición rebelde, su labor para consolidar el gobierno libio, permanecerá.
 
La organización del Mundial de Fútbol en 2022 y su perenne aspiración a ser sede olímpica (aspiración lanzada personalmente por Tamim) acelerarán irreversiblemente al país más rico del Mundo a una apertura cultural. La deficiencia en mano de obra calificada, generalmente proveniente de Occidente también es un catalizador para que las restricciones de origen islámico se relajen.
 
No se percibe grandes cambios en el apoyo de Qatar a la causa Palestina, pues en el año 2011 en el Foro de Doha, el Príncipe Tamim urgió a presionar más a Israel para implementar las convenciones internacionales pertinentes a ese problema. No obstante, el apoyo a Hamas y Hezbollah mostrado por Qatar, pudiese ser suspendido gracias a la amistad del Heredero con los Hermanos Musulmanes, de confesión más sunita.