miércoles, 20 de mayo de 2015

Petróleo y sucesión saudita


Dr. Kenneth Ramírez

Con apenas tres meses y medio en el poder, el Rey Salman bin Abdulaziz Al-Saud ha introducido grandes cambios en el liderazgo saudita. Hay por lo menos dos maneras de entenderlos. Por un lado, como una decisión positiva hacia una transición generacional largamente esperada desde los hijos a los nietos del Rey fundador, Ibn Saud - quien dispuso que la corona pasara de hermano a hermano a través de cada generación-; así como el empoderamiento de algunos de los más brillantes príncipes de esta nueva generación. No obstante, esta historia tiene otra lectura sombría, la cual apunta a un golpe de Estado de la rama Sudairi de la Casa Saud. Los Sudairi son los hijos y nietos nacidos a partir de la unión del Rey Ibn Saud con su esposa favorita, Hassa bint Ahmed al-Sudairi. Esa unión produjo siete hijos, el mayor bloque de hermanos completos dentro de los treinta y siete hijos varones del Rey fundador. El fallecido Rey Fahd era el mayor de ellos, pero  también el fallecido Ex-Ministro de Defensa y Príncipe heredero Sultan, el fallecido Ex-Ministro del Interior y Príncipe heredero Nayef, y ahora el Rey Salman. Durante décadas, los Sudairi han constituido una agrupación muy fuerte dentro de la familia real, y en los años de reinado efectivo de Fahd (1982-1995) controlaron el país. Empero, su cohesión y ambición han provocado rivalidades con sus medios hermanos, a quienes disgusta sus políticas autoritarias, agresivas y dispendiosas, tanto como sus intentos de monopolizar el poder.

Tras los cambios, casi todos los cargos importantes en el gabinete saudita lo detenta un Príncipe Sudairi o un funcionario capaz sin sangre real como el nuevo Canciller, Adel Al-Jubeir. Sólo el Príncipe Mutaib, hijo del difunto Rey Abdullah, permanece como miembro de otra rama de la Casa Saud en un cargo clave (Jefe de la Guardia Nacional). Aunque se cree que debido a su edad y frágil salud, el Príncipe Saud Al-Faisal renunció como Canciller –tras ocupar este cargo por 40 años-, lo cierto es que su salida también eliminó una figura poderosa de otra rama.

Lo más impresionante de todo, fue que el Rey Salman removió a su medio hermano el Príncipe Muqrin como heredero –quizás facilitado por ser de madre yemenita. El Príncipe Muqrin era el último hijo de Ibn Saud en la línea de sucesión, siendo relativamente joven para los estándares sauditas (69 años). Además, fue elegido por el finado Rey Abdullah para suceder a Salman y evitar así una concentración de poder en los Sudairi. Esta acción sin precedentes desde la formación del moderno Estado saudita en 1932, ha dejado a dos príncipes Sudairi como próximos en la línea de sucesión, con Mohamed bin Nayef (sobrino del Rey Salman, 55 años) y Mohamed bin Salman (hijo del Rey Salman, 30 años). De esta manera, el clan Sudairi podría reinar al menos los próximos 50 años. En consecuencia, bien podría decirse que Arabia Saudita ha sido transformada en “Arabia Sudairi”, lo cual no debe tener al resto de la familia real complacida.

Por ello, para aumentar la legitimidad de los cambios, se dieron bonos a los cuerpos de seguridad y empleados públicos. En efecto, el Rey Salman ha gastado 36 millardos de dólares en estos meses, y aunque esto sólo representa 5% de las ingentes reservas sauditas, muestra un ritmo de gasto importante.

Todo esto dio origen a una remodelación del sector petrolero, que si bien es la base del Estado, ha estado tradicionalmente protegido de interferencias políticas. Khalid Al-Falih, funcionario de la empresa petrolera nacional Saudi Aramco, y su Director Ejecutivo desde 2008, ha pasado a ser Presidente de su Junta Directiva, en sustitución de Alí Al-Naimi, y -en un movimiento sorprendente- también fue nombrado Ministro de Salud. Por su parte, el octogenario Naimi permanece como Ministro de Petróleo –cargo que ocupa desde 1995-, aunque no ha ocultado su deseo de retirarse y concentrarse en su Presidencia de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología. De hecho, se ha especulado sobre si el extraño nombramiento de Khalid Al-Falih como Ministro de Salud, es una manera de prepararlo en materia de política palaciega para relevar a Naimi en unos meses.

El Príncipe heredero Mohamed bin Salman ha pasado a liderar el Consejo Supremo de Saudi Aramco y el Consejo Supremo de Economía –nuevos entes supervisores-, desde los que podrá consolidar su poder. Su visión es hacer responder a Saudi Aramco ante su autoridad y no la del Ministerio, e involucrarla en iniciativas económicas más allá del petróleo. Otro de los hijos del Rey Salman, Abdulaziz bin Salman –a quien conocimos liderando activamente la delegación saudita en el Foro Internacional de Energía-, ha sido promovido desde el cargo de Asistente del Ministro de Petróleo –cargo que también ha ocupado desde 1995-, a Viceministro de Petróleo. Por tanto, es otro candidato para relevar a Naimi, y aunque esto rompería la tradición saudita de no nominar a ningún miembro de la familia real en el Ministerio de Petróleo, la ambición del clan Sudairi, su experiencia y el debilitamiento del Ministerio, podrían abrirle las puertas.

No hay ninguna señal de que un nuevo Ministro de Petróleo -bien sea Khalid Al-Falih, o el Príncipe Abdulaziz- se vaya a apartar de la política petrolera actual de defender la cuota de mercado y tolerar menores precios del petróleo. De hecho, el último informe de la Agencia Internacional de Energía, que señala una caída de taladros de 60% en EEUU y una reducción en los pronósticos de producción de esquistos, ha fortalecido el compromiso con la estrategia de Naimi en Riad.

La política petrolera y el liderazgo emergente parecen claros. Pero se abren interrogantes sobre si Saudi Aramco o el Ministerio de Petróleo van a convertirse en un vehículo para ambiciones y pugnas dentro de la familia real, o si la empresa petrolera nacional se verá sobrecargada con proyectos no petroleros que pueden terminar erosionando su eficiencia: ¿Estamos ante una nueva “Sudairi Aramco”?

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

lunes, 18 de mayo de 2015

La geopolítica, el Mundo y Venezuela


Prof. Eloy Torres

El lamentablemente fallecido y excelente Profesor, como buen amigo, el Dr. Hans Joaquín Leu, en sus cursos “Estructuras Internacionales” y “Política Internacional”, conceptualizaba los instrumentos analíticos que todo especialista, político, periodista del área  internacional o burócrata (funcionario diplomático) debe tener en cuenta. Por ejemplo: La política exterior; no es sino “… la conducta de un Estado frente al mundo exterior”. Ella representa el interés nacional y debe articular a toda la Nación.

Hoy se observa   en las Relaciones Internacionales como surge una “nueva Guerra Fría”. El Medio Oriente, es un ejemplo. El armamentismo, dolor de cabeza para toda la Humanidad, está presente, en términos muy agresivos, desde finales del siglo XIX. Las tensiones internacionales son el alpiste que alimenta al canario bélico que acosa a los países. Sabemos de la formación de coaliciones: desde la triple alianza, los poderes centrales o la triple Entente. Luego, el siglo XX fue el escenario donde, a partir de la finalización de la II Guerra, la Humanidad se vio afectada por una tensión de niveles globalmente destructivos: la Guerra Fría, entre la extinta URSS y los EEUU, alimentada con el arma nuclear.

No sabemos si feliz o lamentablemente; pero, esa citada Guerra Fría culminó por el  retiro de uno de los contrincantes: La URSS dejó el ring. Gorbachov con su “Perestroika” (reformas) y “Glasnost” (transparencia) encarnó ese abandono. La Guerra Fría fue un estado de tensión extremadamente hostil. La URSS no aguantó más. No obstante, esa guerra sirvió para que Venezuela, diseñara su política exterior; la cual, si bien no era distante de los EEUU; por lo menos, fue cercana a posturas que procuraban la solución a los conflictos por la vía de la negociación.

Según Fukuyama, el Mundo respiró tranquilo por el fin de esa guerra. Aparentemente ello le insufló oxígeno al Mundo asfixiado por las tensiones. Se percibió a los EEUU como la única gran potencia. Hay quienes los compararon con la Roma imperial, cuando liquidó a Cartago en la III guerra púnica (149-146 antes de Cristo). EEUU se veía única y solitariamente imbatible, puesto que la URSS se salió del juego existencial. La mayor desgracia geopolítica del siglo XX, dijo Vladimir Putin.

Éste individuo encarna lo más eficiente que quedó de la vieja URSS: el KGB. Esta agencia, a diferencia del resto de esa sociedad, es el único elemento que mantuvo claro sus objetivos: no sólo de seguridad interna, sino preservar el interés nacional ruso en el Mundo. Imbuido del excepcionalismo eslavo, tomó las riendas del  Kremlin y mostró al Mundo que están ahí y que las circunstancias políticas  cambiaron. Rusia, dicen los analistas, cual Ave Fénix, ha resurgido de sus cenizas.  Ya los EEUU no están solos en el ring.

No obstante ello, también hay otras naciones que muestran, sus dientes, su geopolítica, su estatura estratégica y su particular excepcionalismo: China. Este milenario país, importante no sólo por su población -la mayor del planeta-, sino por haberse introducido en el torrente de las Relaciones Internacionales, desde 1970, con una lenta, segura; pero, ambiciosa visión política. Abandonó la monserga comunista y comunal; luego abrazó al libre mercado, como la solución al hambre que sufría su noble pueblo. Le dijo a las ideas de Mao Tse Tung: Zhie, zhie; es decir, gracias; hoy China es lo que es, sin Mao y sin tanta revolución.

Por sus sabias políticas China representa una amenaza a la hegemonía de  Washington, pero, también a las pretensiones rusas. Es el momento de China. Creen ellos. El Mundo conoce 5 centros de poder fundamentales: Rusia, EEUU, India, la Unión Europea y China.

Actualmente hay grandes coincidencias entre China y Rusia. Se comprueba la creciente oposición de éstos a las iniciativas de Washington, en materia internacional. Experimentan un indetenible  armamentismo que los coloca como los rivales más peligrosos para la Casa Blanca. La India y la Unión Europea mantienen un complicado juego de intereses. Por ahora, con los EEUU; mañana, no sabemos. Esa es la realidad. Son los intereses y no la “hermandad” en las Relaciones Internacionales la que dicen la última palabra. Hoy China y Rusia son aliados y obvian sus diferencias existenciales en aras de superar a su enemigo común: EEUU.

Son muchos los ejemplos que muestran esa confrontación. Hay preocupación, por el apoyo a regímenes emblemáticamente dictatoriales y violadores de los derechos humanos, verbigracia, Corea del Norte, Siria e Irán; así como también la discusión sobre los escudos anti-misiles en Europa. Merece un especial llamado de atención el caso de Cuba, pero más aún el de Venezuela. Todos esos elementos nos inducen a pensar que estamos frente a una “nueva Guerra Fría” y que los factores geopolíticos están en movimiento. Venezuela, absurdamente, se ha implicado en un juego que no conoce. Su errática conducta exterior, se asemeja a un vehículo que marcha sin dirección ni rumbo conocido.

Esta “nueva Guerra Fría” parece al Great Game del que hablaba  Kipling, en referencia al juego geopolítico, a finales del siglo XIX, en Asia. Hoy hay dos boques políticos- militares enfrentados: los EEUU, la Unión Europea e incluso la India, frente a Rusia, China y otros más pequeños, como Irán. Japón juega siempre a favor de EEUU, junto a Corea del Sur.

Venezuela, ¿qué hace en esta fatal ecuación geopolítica? Nada. Nos movemos como un paquidermo perdido; pero, con petróleo. Todos nos buscan para sus intereses: China por el oro negro; Rusia para “ocupar” un lugar en el área vital “gringa” e Irán parar tener un punto de difusión de sus ideas fanatizadas por la religión, entre otras cosas. En los últimos 15 años no hemos tenido política exterior, sino una mala y peligrosa conducta, pues depende de factores no nacionales. Somos, por voluntad de éstos sus vasallos, es decir, de intereses extraños.  

@eloicito

jueves, 14 de mayo de 2015

¿Y el Parlatino?


Dr. Luis Daniel Álvarez V.

La Unión Europea, independientemente de los problemas que pueda tener, ha irrumpido como un modelo a seguir en cuanto a libertades, democracia y cultura. Los avances tecnológicos son palpables en la medida en que la participación se manifiesta de muchas formas, incluso a través de la inserción de la sociedad civil y de individuos que tienen peso y son escuchados de manera regular.

Uno de los mecanismos que mayor reflexión y estudio merece es el Parlamento Europeo una compleja instancia que tiene entre sus atribuciones generar normativas que engloben y dinamicen a la organización, para lo cual los integrantes se esmeran en generar propuestas que puedan debatirse, aprobarse y aplicarse. La estructura es amplia y compleja, al punto de que los integrantes por Estado están determinados por el número de habitantes del país al que representan, comprendiéndose entonces las razones por las que, por citar algunos casos, Alemania elige 96 parlamentarios, mientras que Malta y Luxemburgo tienen 6 cada uno.

Además de un número relevante de comisiones, funcionan de manera permanente diversos grupos parlamentarios que se agrupan desde una perspectiva ideológica, más allá de la nacionalidad de sus miembros, dotando de sentido discursivo y filosófico las propuestas.

Todo ello nos lleva a entender que gran parte del desarrollo europeo estriba en poseer grandes niveles de institucionalidad. Al observar este ejemplo, cabría preguntarse por el Parlamento Latinoamericano desde la perspectiva de un escenario en el que es factible hablar de democratizar la región, vigilar la endeble situación de derechos humanos que existe en algunos países del continente, estudiar la factibilidad de los mecanismos de integración y formular políticas de circulación académica y cultural. El gran reto pasa por tener un ente legislativo activo, concreto y con unas funciones que logren ir más allá de lo estrictamente formal y se convierta en una institución obligante para los países.

Para poder impulsar esas políticas y lograr concretar el anhelo de un Parlamento Latinoamericano similar al europeo, es necesario elegir unos diputados trabajadores y conocedores de la situación internacional. Sin embargo, hasta el momento no hay fecha fijada para los comicios e incluso ciertas voces han manifestado el deseo de eliminar la elección directa de los parlamentarios, lo cual además de constituir un retroceso, pues Venezuela fue de los países que primero eligió a los funcionarios, no es más que una grotesca bofetada a la participación popular. Pueden muchos temer que la votación nacional evidencie que cada día las fuerzas de la alternativa democrática crecen y el Gobierno desciende vertiginosamente, además que con una votación considerable la oposición tendrá mayoría en el Grupo Venezolano pudiendo aprovechar el escenario para seguir desenmascarando a un gobierno cuya gestión se ha sustentado en el miedo, la represión y la violencia.

@luisdalvarezva

martes, 5 de mayo de 2015

El factor Irán


Dr. Kenneth Ramírez

Esta semana serán retomadas las negociaciones entre el Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania) e Irán en el Palacio de Coburgo en Viena, para tratar de pactar los detalles específicos dentro del Acuerdo Marco Provisional alcanzado el pasado 2 de abril en el Palacio Beau-Rivage en Lausana, lo cual hará posible cerrar el Acuerdo Definitivo que limite los aspectos controversiales del programa nuclear iraní –que ha tenido un costo directo de 100 millardos de dólares- a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales –que han supuesto otros 100 millardos de dólares en pérdidas.

Un éxito pondría fin al dossier nuclear de Irán y evitaría una peligrosa carrera armamentista en Medio Oriente. Además, Teherán podría abrir una nueva era en sus relaciones con Washington y asumir un nuevo rol en el tablero geopolítico regional –la gran apuesta de la Administración Obama por la reedición de la política de los “pilares gemelos” vigente hasta la caída del Sha en 1979-, lo que es temido en Arabia Saudita e Israel. Esto supondría también el regreso de Irán con todo su potencial al mercado petrolero, siendo relevante reflexionar al respecto.

Con la imposición de sanciones y el consiguiente aislamiento internacional, la producción petrolera promedio de Irán descendió desde 3,61 millones de barriles diarios (MMBD) en 2011 a 2,77 MMBD en el primer trimestre de 2015 –con una caída de sus exportaciones en alrededor de 50%; desde 2,5 MMBD en 2011 a 1,2 MMBD en el primer trimestre de 2015. Recientemente, el Ministro de Petróleo persa, Bijan Zanganeh, ha dicho que Irán podría aumentar su producción en 1 MMBD en pocos meses. No obstante, esto parece muy optimista en el contexto de un mercado con exceso de oferta, precios moderados y la necesidad de fuertes inversiones en infraestructuras y tecnología en el sector petrolero iraní. Además, el momento es poco favorable pues un informe de Goldman Sachs estima que proyectos energéticos por el orden de un billón de dólares serán pospuestos debido a la caída de los precios del petróleo. Eliminar las sanciones, firmar nuevos contratos y reactivar proyectos tomará tiempo, por lo menos hasta el final de 2016, aunque el simple anuncio del Acuerdo Marco Provisional haya hecho bajar un 5% los precios de los crudos marcadores hace un mes.

Para el Departamento de Energía de EEUU, tras un Acuerdo Definitivo y en función del cronograma de levantamiento de sanciones, Irán buscaría liberar progresivamente al mercado los 30 millones de barriles que tiene almacenado a lo largo del segundo semestre de 2015, como preparación a un aumento de producción. Esto reducirá los pronósticos de precios entre 1 $/Bl y 3 $/Bl para 2015. Además, estima que si se eliminan las sanciones Irán estaría en capacidad de producir por lo menos 0,7 MMBD adicionales para finales de 2016, de los cuales 0,6 MMBD es capacidad cerrada y 0,1 MMBD sería capacidad nueva. Esta mayor oferta implicaría una reducción en los pronósticos de precios entre 5 $/Bl y 15 $/Bl para 2016. Es decir, habrá más petróleo iraní, pero no una inundación de la noche a la mañana. Sin embargo, la OPEP en general debe irse preparando para hacer espacio al crudo iraní, y Venezuela en particular debe alistarse para este eventual factor que reforzará la actual tendencia bajista de los precios.

De momento pueden seguir aumentando las tensiones entre Riad y Teherán, porque la política saudita de defender cuota de mercado ha dañado mucho a Irán y no se vislumbra un cambio de estrategia de parte del nuevo Rey Salman. Riad prefiere sacrificar beneficios a corto plazo a cambio de asegurarse mercado a más largo plazo, y puede hacerlo porque tiene alrededor de 700 millardos de dólares en reservas internacionales. De hecho su producción ha subido de 9,7 MMBD en el segundo semestre de 2014 al nivel récord de 10,3 MMBD en abril de 2015. Además, el Rey Salman se muestra dispuesto a frenar la proyección regional de Irán, antes de un posible regreso de las empresas petroleras a Teherán.

En materia de gas natural, Irán se ubica en segundo lugar en reservas -17% del total mundial, detrás de Rusia- y tercer lugar en producción –con 8,2 billones de pies cúbicos, detrás de EEUU y Rusia-, y eso le convierte en un potencial suplidor clave para Asia, pero también en una buena alternativa para el gas ruso en la Unión Europea tras el conflicto de Ucrania, como lo ha señalado la propia Comisión Europea. Empero, Teherán deberá antes aumentar su producción (actualmente es un importador neto de gas turkmeno, ya que su consumo interno es muy alto) y construir costosos gasoductos para trasladarlo hasta Turquía camino a Europa, siendo probable que Rusia intente poner obstáculos. También debe considerarse que postura tomará Turquía, que recientemente se ha alineado con Arabia Saudita contra Irán, a quien culpa por la permanencia de Assad en Siria y el conflicto abierto en Yemen. Otra opción sería la construcción de plantas de licuefacción para exportarlo vía buques metaneros, lo cual requerirá cuantiosas inversiones que tomarán al menos un lustro. Por su parte, China ya ha visualizado la oportunidad; por ello el Presidente Xi Jinping durante su reciente visita a Islamabad, anunció la participación de CNPC en la construcción de un gasoducto de 900 kilómetros para llevar el gas iraní hasta Pakistán con un costo de 2 millardos de dólares, que podría ulteriormente ampliarse hasta territorio chino, o conectarse a una planta de licuefacción en el puerto paquistaní de Gwadar.

Sin embargo, aún debe concretarse el Acuerdo Definitivo dentro del plazo que culmina el 30 de junio, y eso no será fácil, ya que todavía existen diferencias entre las partes y actores muy poderosos –la mayor parte de los congresistas republicanos y el lobby israelí y saudita en Washington; y las facciones más conservadoras en Teherán- se esfuerzan para hacer encallar las negociaciones.

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

Parlamentos: Latinoamericano y MERCOSUR


Embajador (r) Julio César Pineda

La Ley Orgánica de Procesos electorales en Venezuela establece la elección directa de todos los parlamentarios nacionales y quienes representan a Venezuela en parlamentos internacionales. La normativa del Parlamento del MERCOSUR y del Parlamento Latinoamericano están en esa misma dirección. Junto a las elecciones para el Parlamento venezolano en el presente año, deberán elegirse 12 parlamentarios para el Parlatino y 18 para el Parlasur. El gobierno venezolano y la Mesa de la Unidad Democrática deberán presentar sus respectivas planchas para esta elección de carácter nacional pero con exigencias internacionales. 

El espíritu de la norma de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuando habla de integración latinoamericana y cuando se refiere a la democracia representativa y participativa también busca la representación directa por la consulta popular con base al pluralismo y al principio de representación proporcional de todos los parlamentarios nacionales o internacionales.

En recientes elecciones Paraguay eligió, en la misma oportunidad, tanto a parlamentarios nacionales como a representantes ante el MERCOSUR. Venezuela ha elegido de esa forma los representantes en el Parlatino y ahora corresponde hacerlo ante el Parlasur. 

Hay una nueva diplomacia parlamentaria internacional y una nueva política integracionista que se genera en los parlamentos comunitarios. El paradigma en todos los continentes, en sus diferentes parlamentos regionales o subregionales, ha sido la Unión Europea, que siempre privilegió en el proceso de construcción de la nueva Europa, no solo el papel de los parlamentos nacionales en su compromiso integracionista, sino fundamentalmente el rol decisivo que debía jugar el Parlamento Europeo. Por eso hoy la UE es un actor de primera clase, tanto en la vida de cada ciudadano, cuya ciudadanía comparten, como en la realidad de cada país miembro y dentro del sistema internacional.

El PE, cuya sede es Estrasburgo, es el órgano de control democrático de los trabajos de las instituciones europeas, establecido desde 1957 por el Tratado de Roma. En 1979 se hizo obligatoria la elección de los diputados europeos por sufragio universal directo. El MERCOSUR, en esta misma dirección, recomendó que a partir de 2011 los Estados eligieran los representantes al Parlasur y así procedió la autoridad electoral del Paraguay.

La representación por cada país ante el PE está en función de la población. Teniendo actualmente Alemania 99 representantes y Luxemburgo y Malta 6 cada uno, los cuales se reparten en los siguientes grupos políticos: el Partido Popular Europeo con la mayoría, seguido por Socialistas, Liberales, el Movimiento Verde Europeo, la Izquierda Unida y los Independientes. En nuestra región es fijo el número de parlamentarios a escoger.

Los poderes del PE se han ido afirmando como debería suceder con el Parlatino y Parlasur, para perfeccionar en lo jurídico, político, cultural y económico la integración. Nuestros parlamentarios deberían extender su competencia hacia asuntos administrativos, legislativos y control democrático de las instituciones, incluso con control en materia presupuestaria. En Estrasburgo es el Parlamento el que aprueba el presupuesto de la UE. 

Con motivo a las elecciones parlamentarias deberíamos presentar una lista de unas cien personas con experiencia y vocación tanto para el Parlatino como para el Parlasur, y preferiblemente por una elección directa en primarias, como lo está haciendo el PSUV, para poder escoger entre esos especialistas a quienes nos representen en estas importantes instancias que trabajan por la justicia y la libertad.

Debemos escoger 12 parlamentarios y sus suplentes para el Parlatino en esa elección directa y universal y 18 representantes para el MERCOSUR. En una futura reforma de esta instancia parlamentaria regional, deberíamos seguir también el modelo del PE en función de la demografía de cada país, como ocurre con la Asamblea Nacional venezolana.

Como son tratados internacionales los que han creado estos parlamentos, y como nos hemos suscrito a ellos debemos cumplir con su normativa, entre cuyos objetivos está garantizar la participación de los actores de la sociedad civil en el proceso de integración, impulsando el desarrollo sustentable de la región con justicia social y respeto a la diversidad cultural de su población. Igualmente, estos parlamentos deben desarrollar trabajos conjuntos, como es el caso del PE, con los parlamentos nacionales. 

El Parlasur quedó establecido el 6 de diciembre de 2006 y el Parlatino el 10 de diciembre de 1964, con imperativos comunes de la defensa de la democracia, no intervención, autodeterminación de los pueblos, pluralidad política e ideológica y solución pacifica de las controversias. En nuestro continente eran los parlamentos nacionales los que designaban a sus representantes ante estas dos instancias, pero ahora, como en el PE, deben ser elegidos por votación directa, universal y secreta.

Publicado originalmente en El Universal

@jcpinedap

Felipe González (Isidoro)


Embajador (r) J. Gerson Revanales

Al ser tema de las relaciones internacionales una cuestión de políticas públicas, llama profundamente la atención, las atribuciones que se asumió la Asamblea Nacional, al declarar “persona no grata” al Ex-Presidente Felipe González, lo cual en un Estado de Derecho con separación real de poderes, se podría considerar como una extralimitación y usurpación de las funciones del Poder Ejecutivo. Constitución en mano, para evitar tergiversaciones, se ve y lee que de las 24 atribuciones del poder legislativo en materia de relaciones internacionales, contenidas en el Art 187, estas se limita a: Autorizar el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras en el país; Autorizar a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para aceptar cargos, honores o recompensas de gobiernos extranjeros; Autorizar el nombramiento de los Jefes o Jefas de Misiones Diplomáticas Permanentes; Autorizar la salida del Presidente de la República del territorio nacional; y aprobar por ley los tratados o convenios internacionales que celebre el Ejecutivo Nacional. En consecuencia la declaración de “persona non grata”, sea quien sea, no está dentro de las atribuciones del legislativo, como si son la de servir de órgano de control y supervisión de los otros poderes nacionales. Zapatero a sus zapatos.

Es al Poder Ejecutivo a quien le corresponde (Artículo 236) Ord-4, Dirigir las relaciones exteriores de la República; por lo cual una declaración de este tenor, además de injerencista, hubiera sido motivo para un incidente diplomático.

Según todos los diccionarios de Derecho Internacional Público entre ellos el del Embajador y Doctor Víctor Rodríguez Cedeño, define a la “persona non grata” como una figura por medio de la cual un Estado (receptor) declara su no conformidad con algún miembro del cuerpo diplomático o consular (léase bien) de otro Estado (acreditante) dentro de su territorio. Agrega el Embajador Rodríguez en su diccionario: el término de “persona non grata” se utiliza solamente en relación con los funcionarios de rango diplomático y consular del Estado acreditante. La Corte Internacional de Justicia, en el caso del personal diplomático de los EEUU en Teherán, explicó que la figura de “persona non grata” constituye el medio normal y eficaz a la disposición del Estado receptor para lidiar con actos ilícitos por parte de diplomáticos en el Estado receptor. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 establece en su Art 9:  “El Estado receptor podrá, en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata”.

Como se desprende de lo antes expresado al Sr. Felipe González no le es aplicable dicha calificación al no ser ni diplomático ni funcionario ni representante del Estado español, por lo que la declaración en cuestión, solo nos deja como ignaros ante los firmantes de la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas de 1961 y el resto de miembros de la Comunidad Internacional. Felipe González durante la dictadura franquista, con el seudónimo de “Isidoro” ejercía como abogado en Sevilla; pero en lugar de venir a defender a los presos políticos, debería más bien asesorar a la Asamblea Nacional, a fin de que no incurra en bodrios como declararlo “persona non grata”.

Nota: Según el DRAE una de las acepciones de bodrio es: cosa mal hecha, desordenada o de mal gusto.

@grevanales

Los cien días de Dilma Rousseff


Dr. Jesús E. Mazzei Alfonzo

El inicio del gobierno parte del resultado electoral del año 2014. En efecto, Dilma Rousseff  obtuvo el 51,58%; Aécio Neves, terminó de carburar con un 48,24% de los votos. La abstención giró en un 21%. Neves perdiendo se posesionó muy bien para las próximas elecciones del 2019, siendo aún joven y tomando lecciones que da el ejercicio de la política, para el futuro, se presenta como una excelente alternativa del PSDB, para ese año. El PT, tendrá 16 años de gobierno y eso podría pasar factura.

La Presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, cumplió recientemente los primeros cien días de su mandato constitucional, es un dato importante en términos  políticos que marcan simbólicamente el rumbo que va tener su mandato. Muestran, por un lado, una caída en la popularidad de la Presidenta que es duro, pero es parte del juego político. En efecto, según la última encuesta de Folha de Sao Paulo que sólo el 13% de los entrevistados considera que la gestión de Rousseff es buena. Es el índice más bajo jamás registrado por la actual Presidenta y el segundo más bajo en la historia democrática de Brasil, sólo por debajo del que tuvo, en septiembre de 1992, el Presidente Fernando Collor de Mello. No se el escenario más deseable para iniciar un gobierno.

Un Congreso compuesto por 28 fuerzas políticas, el PT, PDT, Partido Comunista suman ahora 99. Hay, además, los partidos que no están umbilicalmente ligados a Dilma Rousseff, que aumentaron su fuerza política pasando de 253 diputados de la anterior legislatura a 262 electos en la nueva legislatura, que serán la base de sustentación de la Presidenta, tratase de partidos como el PMDB, PSD, PR, PTB, entre otros, que forman la mayoría simple, quórum exigido para aprobar la mayoría proyectos de ley, necesario para el partido gobernante, PT. Rousseff, deberá gobernar para todo Brasil.

El PMDB, partido histórico que ha gobernado, es resultado del proceso de democratización desde José Sarney, luego partidos pequeños, pero no menos importantes como el PSB, PDT y el PC de Brasil, que dirigirán carteras en el Gobierno y se convierten en bisagras en la relación política con el PMDB, en cuanto a la orientación centroizquierdista del Gobierno, estimo tendrá diferencias con lo que fue su primer gobierno aunque mantendrá las líneas básicas de la política macroeconómica, manteniendo las exitosas políticas sociales y una mayor inversión en infraestructura, sin embargo, con el horizonte de aplicar nuevas reformas económicas tan audaces como las de 1994, esta vez en el mando del nuevo Ministro de Hacienda, Joaquim Levy, un economista más orientado al mercado durante los años 2015-16.

Por otro lado, las discusiones de las reformas políticas que se vienen discutiendo desde el primer período de Dilma Rousseff, que contó inclusive con sendas comisiones parlamentarias, avanzó en un trabajo interesante que se debe retomar, hoy unido a una cruzada contra la corrupción pública  a raíz de las denuncias alrededor de Petrobras. En ese sentido, en los últimos días en Brasil, está en curso una discusión de una reforma política en algunos aspectos puntuales de su legislación político-electoral: financiamiento electoral y partidario, sistemas electorales, suplencias de senadores, filiación partidaria, coaliciones, voto facultativo, cláusula de barrera, fecha de toma de posesión del jefe de Estado, fidelidad partidista, entre otros.

Otro tema que copa los cien días de Dilma Rousseff son las reformas económicas que abarcan los campos de ajuste fiscal, inflacionario, monetario y evitar la desvalorización continua del real frente al dólar, por ello, se están debatiendo dentro de la comunidad brasileña para llegar a un consenso; claro, se hará sin afectar los exitosos programas sociales de los últimos años,  he allí el reto y el dilema. Por supuesto, que la responsabilidad la tiene el gobierno y estimo que Joaquim Levy está claro en lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo y el timing de las diferentes decisiones que deben estar integradas en este plan de reformas económicas, el cual  considero que Brasil, está mejor preparado que en los años 90, cuando se hizo el Plan Real, tanto de la necesidad de los ajustes y reformas como del ambiente macroeconómico es mejor que el de hace 20 años. 

En suma, el gobierno en estos primeros 100 días, tiene dos signos: una oposición más aguerrida y una base oficial poco fiel, si no vean la  elección en la Cámara de Diputados con Eduardo Cunha, del PMDB, más independiente que otros líderes de ese partido. En fin, tiene un apoyo del 60% en la Cámara y del 65% en el Senado que debería darle soporte político para cualquier gobierno, pero, paradójicamente, el de Rousseff está lejos de eso: la Presidenta tiene la base más inestable desde la vuelta de la democracia en 1989. Toda la base aliada debe trabajar en una coalición perfecta en aras del éxito de la presidente Rousseff.