martes, 21 de junio de 2016

De diálogos, maniobras y realidades


Dr. Kenneth Ramírez

Desde hace mes y medio, hemos visto un creciente interés de la Comunidad Internacional por la crisis de Venezuela. Más allá de lo declarativo, se han puesto en marcha iniciativas de diplomacia preventiva, cuyo clímax observaremos esta semana. Existe mucha preocupación por el deterioro de la situación venezolana que puede llevar a escenarios de explosión social, violencia e inestabilidad política con consecuencias para todo el vecindario. Desde el gobierno venezolano se cree utópicamente en la posibilidad de cambiar esta realidad con maniobras diplomáticas. Lo cierto, es que si la crisis sólo fuera política, quizás podría hacerlo. Empero, el agotamiento del modelo económico agravado con la caída del petróleo, ha llevado a una severa contracción del PIB en -5,7% en 2015, y los pronósticos del FMI apuntan a que lo hará en -8% en 2016 y -4,5% en 2017. Además, todas las agencias señalan que los precios del petróleo se mantendrán entre 40 y 50 $/Bl en lo que resta de 2016 y apenas repuntarán un poco más en 2017, sobre todo una vez que han constatado que la OPEP no tomará decisión alguna en el corto plazo. Todo esto, a su vez, ha generado una crisis humanitaria debido a la escasez de alimentos y medicinas, el aumento del desempleo y la delincuencia. La CEPAL señala que niveles de pobreza han aumentado hasta alrededor de 40%.

En este contexto, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, presentó un informe contundente el pasado 30 de mayo, el cual concluye que en Venezuela existe una alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático, de acuerdo al artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana. Lejos de una suspensión de Venezuela de la OEA para lo cual no existe interés en este momento, de activarse la Carta -se requieren 18 votos- se desplegarían gestiones diplomáticas para destrabar la celebración de un Referéndum Revocatorio este año, liberar los presos políticos, abrir un canal humanitario y resolver el conflicto existente entre los poderes públicos. Este jueves 23 de junio, se ha convocado un Consejo Permanente de la OEA para realizar una apreciación colectiva de la situación venezolana a partir del informe Almagro y tomar una decisión.

Por otra parte, tenemos las gestiones de los Ex–Presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández, para propiciar un diálogo político en Venezuela y hacer recomendaciones para atender la crisis económica. Esto nació de una iniciativa del Secretario General de la UNASUR, Ernesto Samper, quien ha tenido un manejo parcializado de la situación venezolana a lo largo de su desempeño, por lo cual estos facilitadores no han sido bien recibidos por toda la oposición venezolana. Incluso, Samper ha sido criticado por Paraguay por no consultar con los países miembros. En consecuencia, estas gestiones no han podido fructificar, aunque fueron avaladas el pasado 1 de junio en una resolución aprobada en un Consejo Permanente de la OEA convocado por Argentina –que busca impulsar a su Canciller a la Secretaría General de la ONU-, donde los países miembros dieron su apoyo a las “iniciativas de diálogo” para la “consolidación de la democracia representativa” y también a los “procedimientos constitucionales” -léase, celebrar un Referéndum Revocatorio. Resultó llamativo que la diplomacia venezolana no pudo suspender esta reunión como quería, ni aprobar una resolución de su autoría, ni modificar la resolución aprobada que contiene un concepto de democracia que ha objetado por años. Atrás quedaron los tiempos donde Venezuela utilizaba PETROCARIBE como minoría de bloqueo. Este martes 21 de junio, se efectuará un Consejo Permanente de la OEA para escuchar a los Ex-Presidentes; y Samper convocó una Reunión Extraordinaria de Cancilleres UNASUR para los mismos fines este jueves 23 de junio –Paraguay ya objetó esta convocatoria por coincidir con el Consejo Permanente de la OEA donde se discutirá el informe Almagro.

No se extrañe usted, amigo lector, estas reuniones yuxtapuestas son producto de las maniobras de la diplomacia venezolana para impulsar la facilitación de los Ex-Presidentes en el marco de UNASUR, debilitar la discusión del informe Almagro y bloquear la activación de la Carta Democrática Interamericana, mientras gana tiempo para evitar como sea un Referéndum Revocatorio este año. Sin embargo, la geopolítica en UNASUR ha cambiado: Caracas sólo cuenta con Ecuador, Bolivia y Surinam tras la victoria de Macri y el impeachment a Dilma, junto a las ventajas de tener como aliado a Samper y detentar la Presidencia pro-témpore de una organización que ya no ofrece el refugio eficaz de otrora.

Asimismo, en la 46° Asamblea General de la OEA aunque el tema venezolano no estaba en agenda, la Canciller Delcy Rodríguez atacó a Almagro para disminuir su prestigio, evadir la discusión de argumentos y huir hacia adelante; presentando incluso una resolución en su contra: sólo fue aprobado permitir que Venezuela vuelva a presentarla en un Consejo Permanente sin fecha exacta, aunque se cantó “victoria”. Paralelamente, 15 países miembros de la OEA –incluyendo los de mayor peso geopolítico y una mayoría clara de países UNASUR- firmaron un Comunicado en Santo Domingo pidiendo que las gestiones de los Ex-Presidentes tengan “resultados positivos en un tiempo razonable” y una “aplicación justa y oportuna de los procedimientos constitucionales” –léase, otra vez, celebrar un Referéndum Revocatorio.

No puede pasarse por alto, la reunión entre la Canciller Rodríguez y el Secretario Kerry, donde acordaron reactivar el canal de diálogo bilateral con Thomas Shannon a la cabeza. Este diálogo no es, como se ha dicho, para mejorar relaciones e intercambiar Embajadores –no hay desde 2010. A Obama le restan 6 meses en la Casa Blanca y no tiene el apoyo del Congreso para esto. EEUU sólo continúa con su estrategia de propiciar un “aterrizaje suave” (soft landing) de Venezuela, evitando un peligroso colapso con posible desbordamiento regional. Shannon viene a negociar fecha y condiciones para un Referéndum Revocatorio, teniendo como bazas la Orden Ejecutiva N° 13692 prorrogada el 3 de marzo y la eventual activación de la Carta Democrática Interamericana.

Finalmente, en una artimaña de último minuto que revela desesperación, el Embajador venezolano en la OEA, Bernardo Álvarez, envió una misiva el pasado lunes 20 de junio pidiendo desconvocar el Consejo Permanente de la OEA de este jueves 23 de junio, ya que a su juicio el tema venezolano ya había sido suficientemente analizado en el citado Consejo Permanente del 1 de junio; además de intentar descalificar una vez más al Secretario General Almagro por su supuesta ojeriza hacia el gobierno de Venezuela y su supuesta usurpación de competencias al invocar la Carta Democrática Interamericana -en un análisis jurídico muy endeble que revela las carencias de la actual Cancillería venezolana.

De manera que, sea cual sea la fórmula que sea acordada esta semana en las reuniones citadas, toda maniobra de la diplomacia venezolana está destinada a fracasar. Se ha constituido un amplio consenso hemisférico sobre la necesidad de un Referéndum Revocatorio este año como paso inicial para resolver la crisis venezolana en clave de seguridad regional. De mantener su inmovilismo acompañado de represión, el gobierno venezolano encarará ostracismo y sanciones. La realidad geopolítica está en contra del Presidente Maduro, el cual se encuentra en zugzwang en términos de ajedrez. ¿Y usted qué opina?

@kenopina

A propósito del diálogo


Luis Manuel Esculpi

En los regímenes democráticos más avanzados el diálogo constituye un aspecto esencial de la vida política. La experiencia venezolana durante el período de la República Civil -pese a sus carencias y limitaciones-  contempló rasgos distintivos propios de regímenes progresistas. El intercambio de opiniones, la búsqueda de consenso entre el gobierno y la oposición y los acuerdos constituyeron parte sustancial del comportamiento político, en ese lapso en que el país alcanzó los avances más notables de su historia.

Son suficientemente conocidos los acuerdos para la Directiva del Congreso y para la integración de los otros poderes, es más,  en la República Civil hubo varias experiencias de coaliciones en diferentes gobiernos.

A ese diálogo propio de las democracias modernas no es al que queremos ahora referirnos, por supuesto radicalmente distinto a la relación entre gobierno y oposición en aquellos regímenes caracterizados por el autoritarismo y con un  gran déficit de funcionalidad democrática.

El diálogo político como un medio para resolver controversias agudas se propone evitar que la confrontación pase a niveles de conflictividad tales, que puedan resultar aún más  traumáticos o cruentos. El diálogo político en estas situaciones es una herramienta útil para cada una de las partes, que les posibilitaría alcanzar metas y la búsqueda de objetivos comunes. En otras palabras el diálogo político es un medio, no un fin en sí mismo. Una obviedad que a veces se olvida.

Ante la reunión del Consejo Permanente de la OEA convocado para tratar el caso Venezuela,  el gobierno hace desesperados esfuerzos para proyectar la imagen de ser un propiciador del diálogo, pretende trasmitir la idea de un país  que marcha en esa dirección. Intenta evitar el debate el escenario internacional bajo ese pretexto.

Por supuesto que ninguna organización política puede en medio de una crisis como la que confrontamos negarse a dialogar, la Mesa de la Unidad (MUD) ha mostrado su voluntad en ese sentido, ahora bien, hay que definir muy claramente los objetivos de las fuerzas democráticas al participar en los encuentros que se han convocado.

Fue justo participar en la primera reunión con la comisión de los ex presidentes en República Dominicana, para conocer las proposiciones y la visión de esa comisión a partir de las conversaciones con el gobierno. Igual de justo consideramos no asistir a la segunda convocatoria, cuando el gobierno introducía un recurso contra la Directiva de la Asamblea Nacional, y apelaba a todo tipo de artimañas para dificultar el famoso invento de la validación de las firmas.
El Gobierno tiene claro su objetivo de ganar tiempo para evitar que el Referéndum Revocatorio se realice este año, además pretenderá igualmente comprometer a la oposición en algunos aspectos de su gestión.  La MUD ha establecido como la alternativa democrática y constitucional para el cambio político la realización del revocatorio, en la agenda trasmitida por los facilitadores y propuesta por el gobierno no figuraba el cronograma para el referéndum. Objetivo fundamental para las fuerzas democráticas.

Hay asuntos elementales para constituir una mesa de diálogo, la concertación de una agenda con definición de prioridades, en caso de necesidad de participación de un tercero (como el nuestro) bien como facilitador o mediador debe seleccionarse de mutuo acuerdo para que pueda gozar de confianza de las partes.

La comisión de los Ex-Presidentes fue designada por UNASUR en acuerdo con el gobierno venezolano, los tres han demostrado sus simpatías con el llamado “proceso”, su coordinador ha expresado desacuerdo con el Referéndum Revocatorio, labor impropia de quién tiene la misión de facilitador. El diálogo político solo tendría viabilidad si incluye como aspecto  prioritario de la agenda, el cronograma para la celebración del referéndum, la libertad de los presos, el regreso de los exilados y el respeto al poder legislativo.

Para que la comisión designada por UNASUR pueda cumplir el rol de facilitador, ella debe ser ampliada con figuras imparciales que garanticen el equilibrio necesario.

A menudo para defender el diálogo en cualquier condición, se menciona la Conferencia de París, a las conversaciones sostenidas por vietnamitas y norteamericanos a partir del año 1969.  Entre muchas anécdotas que se relatan; se recuerda como allí se debatió previamente hasta las características de la mesa y el orden de entrada al lugar de las reuniones. De tal manera que no constituye ninguna extravagancia  exigir el cronograma del Referéndum Revocatorio  como tema prioritario y proponer la ampliación de la comisión negociadora.  Propósitos que se inscriben plenamente en la estrategia diseñada -pese a las triquiñuelas y obstáculos del adversario- que se ha venido ejecutando con éxito.

@lmesculpi

Carta a Rodríguez Zapatero y a los que buscan intermediar en la crisis de Venezuela


Prof. Eloy Torres

Señor Presidente Rodríguez Zapatero y otras personalidades:

Con el debido respeto me permito iniciar esta epístola para presentarme. Soy uno de esos millones de venezolanos que reclaman una salida pacífica, democrática y constitucional, tal como lo indica la Carta Magna de 1999. Como venezolano he crecido  enfrentando serias contradicciones: soy de la generación que llaman en inglés, los Baby Boomers, es decir, nos inscribimos en una visión profética e idealista. Ella se hizo presente en los años luego de la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Fría. Oscilamos en las edades de los 50-70. Una generación enriquecida con acontecimientos políticos de primer orden. Su dinamismo se observa gracias a una mejor alimentación, mejor vestimenta, mejor educación y mayor cultura,  acceso y comprensión de los elementos de internet; en general, una generación consumista de productos materiales y espirituales. También ha sido y es una generación menos tradicionalista y menos religiosa; en fin más liberal en todos los sentidos, incluidos los sexuales.

Una generación que conoció del horror de la ridícula lucha armada en Venezuela, la Guerra del Vietnam, el amor libre, las bondades de la píldora anticonceptiva en sus parejas, el mayo francés, la invasión a Checoslovaquia, la ruptura con el comunismo al ritmo de los Beatles. La misma que observó el paso del televisor en blanco y negro al color, en consecuencia comprendimos que la política es como ese “mago” con  cara de vidrio. Repito, para nosotros, la política, era,  inicialmente, en blanco y negro; hoy la vemos a todo color. Están todos los tonos y matices. 

Señor Presidente, usted también emana de ella; pero, pareciera que usted se inscribe en la anterior generación; esa que se retorcía en medio del dogmatismo ideológico (por creer, entre otras cosas, que el gobierno es el alfa y omega de la sociedad). Usted, se comporta cual esa generación que enfrentó la gran depresión y que observaba a los políticos, especialmente a los gobernantes (que no a los gobernados, pues ellos, en la teoría y práctica política, no existían) como infalibles, justamente, por ser “los gobernantes”. El ciudadano, para éstos, insisto, no tenía valor alguno. Tengo la impresión que usted ha visto muchas películas sobre la guerra, donde los buenos y los malos los identificamos rápidamente. Pienso que no ha leído (y me perdona, no busco ofenderle; es una impresión) suficientes textos históricos explicativos, como tampoco, se ha topado con las grandes novelas, sobre la guerra, especialmente la guerra civil que azotó a España, su país (a pesar de ser usted, ciudadano español y militante del PSOE). Hay obras literarias, cuyo peso interpretativo vale la pena reeditar para comprender lo que pasa en nuestro país. Me refiero muy especialmente las de un autor norteamericano que supo interpretar a España, mejor que lo que usted ha hecho sobre Venezuela y su actual crisis, me refiero a Ernest Hemingway.

Para él, como también lo señalan los textos históricos de su país, la guerra civil española tuvo un conjunto de causas. Las tensiones se incubaron a los largo del tiempo. Las contradicciones las apuntó, Antonio Machado, el poeta español:

Españolito que vienes al Mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.

Fueron muchas las guerras y revueltas las que acosaron a España. El enfrentamiento entre reformistas y conservadores no descansó hasta que estalló la Guerra Civil (1936-1939) No se respetó lo acordado constitucionalmente en 1931. El resultado todos los conocemos. Francisco Franco estuvo en el poder desde 1939 hasta que la muerte lo buscó en 1975. Éste, incluso antes de morir, mostraba tímidos deseos de abrir la posibilidad de un entendimiento. Ello es la política. Faltaba algo. Al marcharse el caudillo Franco, las cosas se aceleraron y surgió: el Pacto de La Moncloa, con un Rey al frente. Hoy España vive los frutos de ese “Pacto” en medio de contradicciones, pero en democracia, aunque es particular: una monarquía constitucional. Hoy, lamentablemente, han surgido unos cuantos irresponsables cuya postura expresada en un “pelo largo” busca desafiar el éxito de la sociedad política española para destruir la democracia que su país  ha logrado; ah y todo esto con ayuda del dinero petrolero venezolano.

En Venezuela, hoy sufrimos las “inconsecuencias” de los tiempos. El paradigma de esos individuos de “pelo largo” que acosan a España, tuvo su momento. Lo vimos llegar, cual jefe de hordas para desconocer las bondades del perfectible sistema democrático. Su figura fue potenciada por “notables” personajes y por medios de comunicación social, los cuales apostaron por algo desconocido y hoy sufren un silencio obligado impuesto por la sombra totalitaria de los dictadores chavistas-maduristas;  mientras, esos medios, procuran olvidar que cuando la derrota militar de 1992 de los sediciosos, fueron ellos los que hicieron digerible, como apetecible, la emblemática frase del golpista en ese momento: “Por ahora”.
Ayer la orgía política devoró a España; hoy Venezuela confronta similares situaciones. Hay una anarquía estimulada por, y desde, el alto gobierno. La oposición, toda variopinta, promueve un proceso de gobernabilidad democrática. El gobierno se opone. Pretenden permanecer en el gobierno a toda costa. La violencia es su arma preferida: “es una revolución pacífica, pero armada”, dicen, dijeron y siguen en esa predica. La crisis está y duerme con nosotros y la sufrimos en forma de pesadilla. Las alarmas se encendieron internacionalmente, luego que los bombillos en el país se quemaron, al confrontar tantos apagones, pues no hay electricidad.

El país hierve en medio de protestas, muchas de ellas sangrientas, contra esta dramática realidad: el aumento de la violencia es patéticamente evidente: basta ver las fotografías y películas de las agresiones físicas al Diputado Julio Borges, ayer a Jesús “Chuo” Torrealba, María Corina Machado y otros  (no es la primera vez)  luego, el fantasma de la hambruna, sí, de una hambruna que recorre al país, las expropiaciones están a flor de piel y luego, se construye un mecanismo, en desuso: un Estado corporativista inspirado en la visión fascista de Italia, sin el encanto ni el fundamento cultural de éste. Desde este gobierno lo que se observa es sólo escatología, procacidad, violencia verbal y física, que no propuestas serias y responsables para superar este estadio de barbarie que nos acosa.

Todo esto viene a cuento, pues al parecer usted observa una postura que apunta a minimizar el esfuerzo de la oposición por alcanzar el referéndum revocatorio, so pretexto que es necesario dar un respiro para que finalice el gobierno electo por una considerable porción de venezolanos. El caso es que el país ya no aguanta tanta crisis, tanta penuria, muertes, sacrificios, inseguridad y fundamentalmente falta de comida; un país, rico y con una pujante porción de recursos humanos; todos dilapidados y despreciados por una minoría, cada más minoritaria que exuda decadencia, indecencia y escatología en el lenguaje, embriaguez por el poder y se aleja cada vez más de la idea de un gobierno que debe buscar soluciones. El poder chavista-madurista se pudre y pudre al país entero. Ya no hay tiempo para más paciencia. El revocatorio aliviaría la crisis del sistema. Sinceramente, no  sabemos que hay detrás de su actitud. Creemos, repito, que usted con sus posturas busca aplacar el ánimo de los venezolanos de encontrar una salida, democrática, electoral y pacífica a la crisis que corroe los cimientos de nuestra estructura material y espiritual. La salida está en la Constitución Nacional y no fuera de ella. Fuera de ella está la postura del gobierno al desconocer la constitución y lo más grave: la realidad. Por la vía que va este gobierno, seguro nos llevará a encontrarnos con lo que no queremos: la guerra. Por ello el referéndum revocatorio es existencialmente urgente y necesario.

Ernest Hemingway, ese gran escritor norteamericano del siglo XX, como usted sabe bien, escribió un libro sobre la guerra civil española que le convirtió en un clásico de la literatura. El mostró, filosóficamente, el drama del hombre y su desgracia por cometer actos violentos. La novela ¿Por quién doblan las campanas? – título que se inspira en la literatura del  siglo XVII-, destaca: “La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti” -nos hace recordar que en Venezuela estamos al borde de un conflicto similar.

Señor Presidente Rodríguez Zapatero, Venezuela, es un país dividido, similar a la España de los años 1936 y 1939. La Europa de entonces, salvo una buena parte de su intelectualidad, cerró sus ojos ante el drama español.  Algunos lo abordaron con frialdad y no lo tomaron con seriedad. Ahora, usted es nieto de esos tiempos. Su partido y sus líderes fueron perseguidos, con inquina, por los factores triunfantes en esa guerra civil. Hoy, España, repito, es acosada por factores que buscan acabar con los logros de su proceso de aggiornamiento a los tiempos. Éstos, han sido financiados por el gobierno al que Ud. paradójica y sibilinamente (es mi impresión) exige, como mediador, el derecho a terminar su mandato. Con ello se hace caso omiso a lo señalado por la moderna teoría política que apunta a la figura del Referéndum Revocatorio; éste, apegado a los tiempos, busca superar la rigidez de los sistemas constitucionales que limitan a la sociedad. Ésta, es apartada de las grandes decisiones y le confiere la titularidad de la soberanía sólo a los gobiernos. Los tiempos han cambiado, Señor Presidente.

No comprendemos como usted, miembro del PSOE, no recuerde que España sufrió y aportó la cifra de casi un millón de muertos, durante su guerra civil, justamente para encontrar hoy un mecanismo incluyente; esos muertos han dado fuerza a esa visión modernizante y que usted inexplicablemente le niega a nuestro país. ¿Acaso hay algo más que una simple opinión “constitucionalista”?

No pretendo dictar cátedra de análisis político sobre mi país. Voy a recurrir a la cita de un hombre a quien seguramente tuvo la ocasión de conocer; pues fue un símbolo de la política española durante más de medio siglo. Fue uno de los arquitectos del proceso de transición. Me refiero a Santiago Carrillo, quien fuere el Secretario General del Partido Comunista Español. Éste, “sin querer queriendo” alumbró el día de hoy y desnudó al gobierno chavista-madurista, cuando en 1977, escribió: “Cuando un gobierno recorta caprichosamente, por ejemplo, los distritos electorales, para alterar el resultado real del sufragio universal, puede parecer que no hace violencia más que al papel en que se recoge el mapa administrativo del país, pero en realidad está cercenando brutalmente el derecho de amplios sectores de ciudadanos a hacerse representar democráticamente en los organismos representativos. Cuando radio y televisión penetran hasta en el último hogar, con una información y una propaganda orientadas desde el poder, aparentemente no realizan ningún acto de violencia; en realidad están practicando una especie de lobotomía en el cerebro de millones de personas, amputando sus posibilidades de reflexionar y autodeterminarse libremente”  (Santiago Carrillo, Eurocomunismo y Estado, Grijalbo, 1977, pp. 187-189).  

Venezuela requiere de comprensión y no de alcahueterías. Es esa misma Venezuela civilista y democrática que fue solidaria con todos aquellos pueblos enfermos de intolerancia, dictaduras y totalitarismos. Su país es testigo de las acciones de un Carlos Andrés Pérez al proteger y estimular a los factores que se oponían democráticamente a Franco. Felipe González (Isidoro) el gran líder del PSOE fue ingresado clandestinamente a España por Carlos Andrés Pérez a sabiendas de las dificultades; pero, su olfato y conocimiento de la realidad internacional le fueron suficientes para comprender que era inevitable la democratización de España. Él asumió los riesgos y lo introdujo a su país para impulsar un proceso democratizador. Hoy su país es un modelo democrático en la Unión Europea, “por ahora”, como dijo alguien en 1992. Igual ocurrió con Chile, República Dominicana, Centroamérica; estas  realidades gozaron de la comprensión venezolana y recibieron su ayuda política y moral. La Venezuela civilista siempre apostó por las causas democráticas. Jamás colocamos el acento en el interés circunstancial del gobierno o crematístico de determinados líderes.

Hemingway utilizó la filosofía del siglo XVII para escribir su novela sobre España; hoy nosotros también le repetimos a usted, Señor Presidente, y demás líderes de la comunidad internacional que buscan ser medidores en nuestra crisis: La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: “doblan por ti”. Venezuela apuesta por una salida democrática, constitucional y pacífica. Nuestra constitución contempla el referéndum revocatorio para salir de esta crisis. No veo porque ustedes apuestan por mantener en el poder a quienes desde el gobierno han creado este estado de caos y miseria. Las campanas también doblarán por ustedes. PODEMOS y su líder de pelo largo, les acecha y cuenta con los recursos de un gobierno que Ud., inexplicablemente, pretende defender desde España.

Presento mis saludos y respetos. No fue mi intención descomedirme para presentarme en forma destemplada. Por el contrario, soy un venezolano normal que por casualidad ha sido diplomático de oficio y de pasión, pues es mi país lo que me mueve. Hoy, no comprendo a un militante del PSOE defender a un gobierno que no representa al pueblo venezolano. Los hechos lo demuestran, las pruebas están en la mesa. Un ruego: comprenda mis letras. En ellas, usted no encontrará palabra alguna que busque ofenderle, pues no soy un escatológico ni un procaz miembro de la nomenclatura chavista-madurista.

¡Viva España y viva Venezuela, pueblos que luchan por vivir en una democracia real que se adapta a los tiempos, y no en un circunstancial gobierno que busca mantenerse en el poder cual depredador de nuestra venezolanidad!

Con saludos y respetos venezolanos, Eloy Torres

@eloicito