jueves, 14 de mayo de 2015

¿Y el Parlatino?


Dr. Luis Daniel Álvarez V.

La Unión Europea, independientemente de los problemas que pueda tener, ha irrumpido como un modelo a seguir en cuanto a libertades, democracia y cultura. Los avances tecnológicos son palpables en la medida en que la participación se manifiesta de muchas formas, incluso a través de la inserción de la sociedad civil y de individuos que tienen peso y son escuchados de manera regular.

Uno de los mecanismos que mayor reflexión y estudio merece es el Parlamento Europeo una compleja instancia que tiene entre sus atribuciones generar normativas que engloben y dinamicen a la organización, para lo cual los integrantes se esmeran en generar propuestas que puedan debatirse, aprobarse y aplicarse. La estructura es amplia y compleja, al punto de que los integrantes por Estado están determinados por el número de habitantes del país al que representan, comprendiéndose entonces las razones por las que, por citar algunos casos, Alemania elige 96 parlamentarios, mientras que Malta y Luxemburgo tienen 6 cada uno.

Además de un número relevante de comisiones, funcionan de manera permanente diversos grupos parlamentarios que se agrupan desde una perspectiva ideológica, más allá de la nacionalidad de sus miembros, dotando de sentido discursivo y filosófico las propuestas.

Todo ello nos lleva a entender que gran parte del desarrollo europeo estriba en poseer grandes niveles de institucionalidad. Al observar este ejemplo, cabría preguntarse por el Parlamento Latinoamericano desde la perspectiva de un escenario en el que es factible hablar de democratizar la región, vigilar la endeble situación de derechos humanos que existe en algunos países del continente, estudiar la factibilidad de los mecanismos de integración y formular políticas de circulación académica y cultural. El gran reto pasa por tener un ente legislativo activo, concreto y con unas funciones que logren ir más allá de lo estrictamente formal y se convierta en una institución obligante para los países.

Para poder impulsar esas políticas y lograr concretar el anhelo de un Parlamento Latinoamericano similar al europeo, es necesario elegir unos diputados trabajadores y conocedores de la situación internacional. Sin embargo, hasta el momento no hay fecha fijada para los comicios e incluso ciertas voces han manifestado el deseo de eliminar la elección directa de los parlamentarios, lo cual además de constituir un retroceso, pues Venezuela fue de los países que primero eligió a los funcionarios, no es más que una grotesca bofetada a la participación popular. Pueden muchos temer que la votación nacional evidencie que cada día las fuerzas de la alternativa democrática crecen y el Gobierno desciende vertiginosamente, además que con una votación considerable la oposición tendrá mayoría en el Grupo Venezolano pudiendo aprovechar el escenario para seguir desenmascarando a un gobierno cuya gestión se ha sustentado en el miedo, la represión y la violencia.

@luisdalvarezva