domingo, 30 de agosto de 2015

Dinámica política en El Caribe 2015: Tan cercano y tan distante


Prof. Mirna Yonis

Parece una letanía señalar “la cercanía y distancia” en el conocimiento sobre la región de El Caribe desde tierras “continentales”, como también parece lugar común recordar el argumento de las barreras lingüísticas. A esto se contraponen la retórica discursiva de la historia común compartida. De allí el insistente debate acerca de las visiones e imaginarios sobe una región en la que la diversidad parece ser el punto de unidad, de la cual se nutren tanto los académicos como líderes y decisores políticos.  En este contexto,  la intención  de presentar algunos eventos políticos e intergubernamentales ocurridos en El Caribe puede pecar de panorámica. Sin embargo, asumiendo la deformación profesional y la identidad caribeña, es un recurso de escritura que permite dar cuenta de esos eventos no de manera aislada o particular sino con una perspectiva regional. En este contexto consideramos relevante destacar tres grupos de eventos.

En primer lugar, los de corte ‘local’ referido a los procesos electorales en El Caribe. El tamaño en superficie y población pareciera ser inversamente proporcional a la cobertura informativa sobre los procesos electorales  en los países de El Caribe. Afortunadamente los sistemas de búsqueda de la Internet permiten que tanto los medios de comunicación locales-regionales pero también los centros de investigación y redes  que hacen seguimiento sobre el acontecer caribeño, compensan esas ausencias.

Dicho esto, en el año 2015, hemos visto procesos electorales cronológicamente se ha realizado elecciones en: San Kitts y Nevis (Febrero), Belize (Marzo) Anguila (Abril), Guyana (Mayo), Surinam (Mayo), Islas Vírgenes Británicas (Junio), Haití (Agosto); y restarían las de Trinidad y Tobago (Septiembre), San Vicente y las Granadinas (Diciembre), y Haití (Octubre y Diciembre). Cada una tiene sus particularidades en relación al sistema político que las rige, algunos con sistema parlamentario y otros con mixturas de parlamentarismo presidencialista. De estas, parecen haberse “descubierto” que hubo elecciones y cambio de gobierno en Georgetown, por lo que se ha generado tensión en la relación bilateral Venezuela-Guyana debido al tono diplomático que ha tomado el tema de la controversia y reclamación territorial sobre el Esequibo. Hasta el caso de las elecciones en Haití que ha tenido tantas dificultades para su realización y sigue mostrando los problemas de gobernabilidad en ese país ha logrado superar la cobertura noticiosa de las elecciones de primarias ocurridas el mismo día (9 de Agosto) en Argentina.

En segundo lugar, la tensión en la relación bilateral República Dominicana-Haití debido a la falta de acuerdo relacionados con la aplicación de la legislación sobre regularización de la migración haitiana y sus descendientes en suelo dominicano.  

La decisión del Tribunal Supremo de República Dominicana,  las disposiciones gubernamentales para su ejecución y las dificultades para coordinar acciones con el gobierno de Haití, entretejen una compleja y accidentada historia de relación bilateral que ha requerido la instalación de una comisión de alto nivel, pero también las visitas y buenos oficios de personalidades y organizaciones como la OEA y de Naciones Unidas. El posicionamiento de las partes ha generado distancias pero también congelamiento de negociaciones en la incorporación de República Dominicana como miembro de la CARICOM, afectando el camino recorrido en acciones conjuntas dentro de CARIFORUM. En este contexto ambos países desarrollan una diplomacia marcada por una tensa relación bilateral y una concurrente estrategia de clarificación de sus posiciones y políticas domésticas. En el caso de Haití señalando la limitación de las instituciones haitianas en proveer de la identidad generando una delicada situación de “apátridas” así como denunciando la posible crisis que representaría el retorno/deportación de la migración ilegal. En el caso de República Dominicana demostrando la paciencia que ha tenido en el tiempo con la implementación paulatina del mandato del Tribunal constitucional y defendiéndose de las etiquetas de derechos humanos que se le han dado sobre su política migratoria.  La comprensión de esta situación es compleja y posicionarse a favor de uno y otro es extremadamente comprometedor.

En tercer lugar, la dimensión multilateral que tanto en su aspecto regional como global, que muestra como la diplomacia regional tiene su  impacto entre sus miembros pero también en su relacionamiento con sus vecinos inmediatos como espacios estratégicos más lejanos.

Hablar de los encuentros multilaterales intergubernamentales obliga un sumario: Cumbre Ministerial AEC en Guatemala (Marzo); Cumbre CARICOM-Estados Unidos en Jamaica y Cumbre de las América, en Panamá (Abril); Foro Futuro del Caribe en Trinidad y Tobago y Cumbre Caribe sobre Cambio Climático en Martinica y Cumbre CELAC-UE en Bruselas-Bélgica (Mayo); Ministerial de PETROCARIBE en Caracas-Venezuela (Junio); Cumbre  CARICOM en Barbados (Julio),  y próximamente CARIFESTA en Haití. Cada una de estas reuniones permitiría en escritos separados dar cuenta del papel de la  diplomacia caribeña. En algunas de estas reuniones CARICOM es la organización convocante en otras es el grupo participante, pero en todas ellas hay una acción conjunta derivada de agenda  estratégica regional en un contexto global. Algunas de esas acciones de CARICOM tienen distinto impacto. De las más recientes se pueden destacar: la posición apoyando la integridad territorial de Guyana, la crítica a la política migratoria de República Dominicana, pero también el posicionamiento ante la Cumbre de Cambio Climático y los Objetivos del Milenio en la agenda post-2015.

A modo de cierre

Destacamos algunas omisiones. Eventos que solo mencionaremos pero que invitan a la escritura de futuras notas.

Primero, lo que podríamos calificar como las pendulares relaciones de cooperación y tensión geopolítica. Por una parte, el restablecimiento de relaciones diplomáticas Cuba-Estados Unidos  y las interrogantes sobre el desarrollo de una relación cordial de desacuerdos. Por la otra, el seguimiento de la iniciativa de Seguridad Energética Regional que ha venido desarrollando Estados Unidos hacia los países de El Caribe. Por último, la tensión bilateral  entre Guyana  y Venezuela por las discrepancias sobre las estrategias  seguidas con la reclamación venezolana del territorio Esequibo.

Finalmente, la evasión intencional de introducir las variadas definiciones sobre la región Caribe que dan algunas señas explicativas de la característica de diversidad lingüística y cultural de los países y territorios caribeños involucrados. Cada uno de los tres aspectos puede ser amplificado en su análisis y en el impacto que los mismos tienen para los actores políticos involucrados como para muchos otros interesados en conocer las dinámicas regionales en/del Caribe. Esperamos que esta panorámica contribuya con el conocimiento y comprensión de una región que a veces parece lejana y está tan cerca de Venezuela y de sus habitantes.

@mirnayonis

miércoles, 26 de agosto de 2015

Impacto petrolero del "nuevo" Canal de Suez


Dr. Kenneth Ramírez

El pasado 6 de agosto se realizó la fastuosa inauguración del “nuevo Canal de Suez” por el Presidente de Egipto, General Abdel Fatah al-Sissi. Se trata en realidad de una ampliación del histórico Canal construido entre el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo en 1869, que consta de una nueva ramificación de 35 kilómetros y una ampliación de 37 kilómetros de la vía original -que contaba con 163 kilómetros. La primera inauguración en plena Era Victoriana, reunió al compás de Giuseppe Verdi, al Valí de Egipto, Mohamed Said Pasha, con la esposa de Luis Napoleón Bonaparte y Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo; el Emperador de Austria y Rey de Hungría, Francisco José I Habsburgo; y el Rey de Prusia y futuro Emperador de Alemania, Guillermo I Hohenzollern. En la segunda inauguración, el General al-Sissi sólo contó con el Presidente de Francia, François Hollande; el Primer Ministro de Rusia, Dimitri Medvédev; y algunos mandatarios árabes y africanos. La primera inauguración dio paso a una auténtica revolución del comercio mundial; mientras la segunda ha dado paso a grandes interrogantes. 

La ampliación del Canal de Suez fue hecha en menos de un año con un costo de 8,6 millardos de dólares, y hará posible el tráfico bidireccional y una reducción del tiempo de tránsito de 18 a 11 horas, pero no ha elevado el máximo tonelaje aceptable. El gobierno egipcio espera que duplique el tránsito desde 43 buques/día en la actualidad hasta 97 buques/día en 2023, lo cual aumentará la recaudación por concepto de derechos de tránsito desde 5,5 millardos de dólares en 2014 hasta 13,2 millardos de dólares en 2023. Sin embargo, los expertos señalan que estas expectativas son muy optimistas. En lugar de un cuello de botella, las estadísticas reflejan un crecimiento más lento del comercio mundial, que el Fondo Monetario Internacional ubica en un promedio de 3,4% en el período 2007-2016, en comparación al 7% en la década anterior. Además, aunque el tonelaje total se ha venido recuperando después de la crisis económica mundial, el número de buques aún sigue 20% por debajo de su nivel en 2008. Asimismo, muchos consideran que el tráfico es más sensible a los derechos de tránsito.

En 2014, el Canal de Suez fue utilizado para transportar 3,7 millones de barriles diarios (MMBD) de petróleo y productos derivados; lo cual representa 9% del volumen comercializado por vía marítima y 4,6% de la producción petrolera mundial. Un aumento respecto a los 1,8 MMBD de 2009 y 2,97 MMBD de 2012. Los mayores volúmenes han sido de petróleo -2,1 MMBD rumbo a Europa y EEUU-, y productos -1,6 MMBD, sobre todo de fuel oil y nafta, rumbo a Asia.

La industria petrolera no espera ningún cambio significativo derivado de la ampliación del Canal de Suez. Actualmente, los buques petroleros VLCC totalmente cargados no pueden navegar por el Canal, y por ello deben descargar parte del crudo que transportan en Ain Sukhna en el Mar Rojo, el cual es trasladado a través del oleoducto SUMED hasta Sidi Kerir en el Mar Mediterráneo, donde los buques deben proceder a recargar una vez realizada su travesía. El Canal de Suez ampliado no permitirá que los buques VLCC naveguen con plena carga, por lo que las empresas petroleras tendrán que seguir utilizando el oleoducto SUMED para transportar cargamentos de más de 1 millón de barriles. Ergo, la industria petrolera no gozará de ningún beneficio concreto. Adicionalmente, el aumento de la demanda petrolera en las próximas décadas se centrará en Asia, y en concreto en India y China, y no se necesitará del Canal.

El mercado de productos derivados nunca ha estado restringido por las limitaciones del Canal de Suez, debido a los buques más pequeños que son utilizados, y los agentes esperan que los flujos comerciales sigan siendo los mismos. Pero existe la preocupación por un aumento de los derechos de tránsito que afecte la cadena de costos. Además, algunos envíos de productos podrían hacerse en el futuro desde el Golfo de México hasta Asia-Pacífico gracias a la proyectada expansión del Canal de Panamá, con ahorro de tiempo y dinero.

Por otra parte, 10% de todo el comercio de gas natural licuado -1,2 billones de pies cúbicos- se realizó en 2014 a través del Canal de Suez. Sin embargo, los buques más grandes Q-Max y Q-Flex seguirán siendo incapaces de utilizar el Canal ampliado si están a plena capacidad, y la opción de cargar y descargar no es rentable. Esto resulta una verdadera limitante para construir un verdadero mercado global de gas, que el proyecto egipcio ha obviado. Además, los flujos han caído un 8% desde 2011, debido a la “revolución de los esquistos” en EEUU.

En consecuencia, la ampliación del Canal de Suez junto a la construcción de un “Nuevo Cairo” en pleno desierto –que contempla un Parque Central que dobla al de Nueva York y un parque de diversiones cuatro veces más grande que Disneylandia-, forma parte de la agenda de obras faraónicas poco justificadas con las cuales el General al-Sissi -que obtuvo el poder tras el golpe de Estado contra Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes en julio de 2013- pretende legitimarse internamente evocando a Gamal Abdel Nasser –fundador del Egipto moderno al socaire de la nacionalización del Canal de Suez en 1956-, así como proyectar internacionalmente un “Egipto estable” tras la “tumultuosa Primavera Árabe”. Empero, los problemas de competitividad económica, desempleo, ineficiencia burocrática, corrupción y falta de libertades que originaron la caída de Mubarak en 2011 subsisten. Como bien señaló Karl Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, los grandes hechos y personajes de la historia aparecen, como si dijéramos dos veces, la primera como tragedia, y la segunda como farsa. Gran advertencia en contra de la imitación para todos los políticos del Mundo. En definitiva, ni Sissi es Nasser, ni 2015 es 1956 o 1869. ¿Y usted qué opina?

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

Cuba post-Cuba. Utopía y distopía


Prof. Eloy Torres

Releyendo la “Historia general de las civilizaciones. Oriente y la Grecia antigua”, trabajo realizado  por André Aymard y Jeannine Auboyer, ambos franceses, nos topamos con ese intento por explicar las consecuencias de la extensión de Grecia; ella de la mano de Alejandro Magno, tropezó con una realidad. Cito: “…era fatal que extendiendo desmesuradamente su espacio geográfico, prestándose a contactos múltiples con civilizaciones centenarias, amoldándose a nuevas condiciones, el helenismo evolucionara e incluso se dejara penetrar por influencias extranjeras. De esta forma nació y se desarrolló la civilización helenística, no tan puramente helénica como la civilización griega clásica, también de menos altura y de menor rigor lógico, pero más flexible, más variada, mejor adaptada a una humanidad muy varia, a cuyas necesidades comunes tiene la ambición de responder” (pag. 595).

Ese fatalismo minado por el estoicismo nos señala que todo vive su determinación. Mas, también hay que decirlo, en algunos casos, ese fatalismo necesariamente no implica pesimismo. Esto, viene a cuento por el ejercicio de extrapolación que realiza, el muy respetado analista chileno, Fernando Mires, sobre la realidad cubana y su inevitable aterrizaje o fatal desenlace en el modelo chino o vietnamita.

Es muy cierto, levantar el embargo sobre Cuba configurará un ejercicio liberador sobre la sociedad cubana desde el punto de vista económico. En tanto que en lo político se busca apuntalar un esquema de dominación similar a los países señalados anteriormente. Eso es lo que se intenta. Mires considera que habrá significativos “… cambios que van más allá de las relaciones entre EE UU y Cuba. Pues aquello que ya comienza a configurarse es el fin de un proyecto estatista, vale decir, la renuncia implícita del régimen a controlar a todo el aparato económico”. Más adelante, el mismo Mires, remata con esta sentencia “… el fin del totalitarismo económico no llevará de por sí al fin del totalitarismo político, entre otras razones porque el concepto de totalitarismo tiene una connotación política y no económica”.

Si bien es cierto que el totalitarismo político trae en consecuencia la confiscación del pensamiento de la sociedad por aquellos que conducen al Estado en todas sus esferas y niveles, no menos cierto es que esa “confiscación” no se aguanta per saecula saeculorum. La sociedad encuentra los mecanismos para abrirse. Esto lo decimos desde una perspectiva histórico- evolutiva del hombre. Máxime que, Cuba, en alguna ocasión conoció las bondades de un régimen democrático.

La aludida confiscación, como dice Mires, por parte de esa “clase dominante cubana (ejército + partido)” (¿?) en efecto tiene una existencia objetiva, mas, ella  será efímera. No puede durar mucho. Cuba soportó 50 años, es verdad, pero era la guerra fría y el paredón estaba ahí; éste, acostumbra a cualquiera. Pero, también hay que decirlo: Cuba no es réplica de las sociedades aludidas, léase Vietnam y China. Sobre este última, al seguir a Martin Jacques en su obra “Cuando China gobierne al mundo”, diremos que, en efecto, ella ha alcanzado un éxito en la imposición de ese modelo, justamente por ser asiático y por responder a una axiología en específico. Ese modelo exuda éxitos por cuanto China ha evolucionado con éste y se apalanca no en el modelo clásico de “Estado- Nación, sino en el Estado-civilización. Nosotros en Occidente nos hemos formado sobre la base de la  Nación, mientras que China sobre la base de la Civilización. Ella, por lo tanto, no es sólo su historia, sino también es su propia civilización. Es un proceso vivo y dinámico, en lugar de ser estática y sin vida como aquellos cuyo objetivo es observar sólo el pasado. China piensa en el país y no en individuos, muertos o vivos. Ellos superaron a su último Dios: Mao Tse Tung y piensan, como país, que busca la felicidad para ellos y no para otros.

Paradójicamente, esa transformación en gran potencia es obra de un partido comunista. Ese proceso se inició cuando éste, como sistema universal, se derrumbaba en Europa. Ello tiene una explicación: el sistema político chino ha conservado los ancestrales rasgos tradicionales y culturales, incluso, durante el comunismo más duro. Jamás se entregaron a potencia alguna; mucho menos a países pequeños. La política China tradicionalmente ha puesto un alto valor en la importancia de la creencia moral y el ejemplo ético. Los funcionarios son educados por la enseñanza de Confucio. El compromiso de las normas éticas, como principio para gobernar, se combina con la fuerte creencia del papel de la familia y la educación en la formación de los niños.

La familia china y el Estado son complementarios, se apoyan recíprocamente. La democracia China, difiere de la que conocemos. Ellos toman como base a Confucio; ponen énfasis en la legitimidad tradicional, como la llama Max Weber. Su dominación comunista no se asemeja a la versión soviética o cubana, mucho menos a la venezolana en sus dos versiones: la inicial y mucho menos la que heredó  el poder.

Mires argumenta que la dificultad de Cuba para adaptarse a ese modelo asiático reside en la inexistencia de una “burguesía nacional”. Todos los países de la región sufren del mismo mal. Es el resultado de una forma específica del mercantilismo español. No obstante, hay que leer bien la historia. Cuba antes de la Revolución era un país dueño de éxitos que la apuntaban como próspero y culto. Pero, hay que subrayar: durante más de 55 años hemos creído en datos falseados por la imponente realidad adornada con la humeante barba de Fidel y sus 12 héroes de la Sierra Maestra. Esto es, Cuba era un burdel, propiedad de los EEUU. La mitología hollywoodense sirvió a los que la combatían: Fidel y sus 12 hombres.

Para aquellos que no tenían a mano cifras concretas, Cuba fue, repito, un burdel manejado por Washington. Por supuesto, Cuba no era un país desarrollado, ni sus riquezas se distribuían equitativamente, por cierto tampoco Fidel lo hizo. No obstante, en 1958, Cuba y su economía  saboreaba apenas el 16% del capital norteamericano invertido. En tanto que el azúcar, el principal comodity cubano era manejado en un aproximadamente 60% por cubanos. Cuba antes de Fidel tenía unas políticas sanitarias de primer orden superior frente a la región. Por ejemplo, la mortalidad infantil era la más baja. Basta releer los datos de la Organización Mundial de la Salud. Cuba había eliminado prácticamente el analfabetismo.

En 1958, Cuba tenía una población un poco menos de 6.500.000 habitantes. Disponía de una legislación laboral adelantada. Contaba con un poco más de 2,000.000 trabajadores. El desempleo era bajo. Fue el primer país latinoamericano que tuvo TV: la poderosa CMQ. Cuba observó el crecimiento de poderosa clase media; la misma que se enamoró de Fidel y su tabaco, vestido de verde oliva. Era el caudillo necesario. Igual suerte ocurrió en Venezuela y todos sabemos el resultado.

Cuba no era un burdel, como propagó la ideología del Caudillo guerrillero. Era, eso sí, un país enfermo de exclusión, incluso racial. Todavía se respira el racismo en esa isla, a pesar de los avances sociales de la misma revolución. Tampoco hay que negarlos. Insisto Cuba tenía todo para convertirse en una sociedad moderna. Faltaba el elemento político democratizador. Batista fue el epitome de esa ausencia de democracia. Es ahí donde apareció el comandante y mandó a parar y se apoderó de toda la sociedad e incluso sirvió de modelo para otras realidades en el hemisferio. Hoy Venezuela es un ejemplo. Cuba, como sociedad, se estancó en el año 1959. Quien visite ese país podrá verse en una película hollywoodense de los años 40 y 50. La realidad física cubana no ha cambiado y el transporte que permite la movilidad, no arranca pues están detenidos en esos años; no hay repuestos y la gasolina es escasa.

De modo que esa visión ideologizada y convertida en religión para la izquierda mundial y particularmente la latinoamericana según la cual Cuba antes de Fidel era una aldea empobrecida e insalubre es totalmente falsa. Lo que si hay que decir es que el sacrificio ha sido enorme para aparentar esa mentira. Cuba superará su realidad sin ese fatalismo en el cual la quieren encallejonar. La guerra fría acabó y el paredón es inservible. Ella tiene elementos estructurales en su población que la hacen dueña de un optimismo. El espíritu innovador del cubano, renacerá cual Ave Fénix, gracias a la inversión que ese Estado revolucionario hizo durante mucho tiempo: ciencia y tecnología. Hoy la dirigencia cubana es débil. Sabe que su prolongación en el poder, en tales condiciones, es finita. Ese aludido esquema oriental no puede ser instaurado en Cuba porque no es Vietnam ni China. Las nuevas relaciones entre los EEUU y Cuba confirman ese aserto La democracia fundamentada en la axiología occidental, tarde o temprano, se impondrá, tal como dice la canción de Serrat: “Si cuando se abre una flor, el olor de la flor se le olvida a la flor”.

@eloicito

Gira por El Caribe: 3 errores estratégicos


Embajador (r) J. Gerson Revanales

Lamentablemente, la última gira del Vicepresidente Arreaza y la Canciller Delcy Rodríguez, realizada por partes a lo largo del mes de agosto (Grenada, Dominica, Barbados, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Cuba, Surinam, Jamaica, Haití y Belice), en busca de apoyos en El Caribe, no obtuvo los resultados esperados.

Esto se debe a que el gobierno venezolano ha persistido en tres errores estratégicos en la negociación con Guyana y la reclamación del Esequibo: politizarlo, personalizarlo y polarizar a los países de El Caribe.

El Profesor Roger Fisher, Director del Proyecto de Negociación de Harvard en su libro Getting to Yes basado en cinco principios: “separar las personas del problema”; “centrarse en los intereses, no posiciones”; “Inventar opciones de ganancia mutua”; “Insistir en el uso de criterios objetivos”; “Conocer el MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado)”, considera que involucrar terceras partes en una negociación no es lo más aconsejable, debido a los múltiples, ocultos y desconocidos intereses que se involucran.

Como advierte el Profesor Fisher, el involucrar terceras partes, que es lo mismo que internacionalizar el tema del Esequibo, no es la mejor vía para alcanzar un arreglo práctico y satisfactorio como establece el Acuerdo de Ginebra.

El gobierno desde un principio violó el primer principio, al dirigir sus ataques al recién electo Presidente de Guyana, en lugar de centrarse en el problema de fondo que es la reclamación y la violación al Art. V/2 del Acuerdo de Ginebra por los gobiernos de Jagdeo y Ramontar; los verdaderos responsables de la rebatiña de concesiones en la zona en reclamación, beneficiándose entre ellas una de las principales empresas petroleras asiáticas, China National Offshore Oil Company (CNOOC).

Varios errores graves se han cometido: el primero, el sorpresivo e inconsulto decreto 1787 que finalmente tuvo que derogarse debido a las reacciones negativas que generó desde Colombia hasta el Océano Pacifico e Indico a miembros de la Mancomunidad Británica, y el segundo, pensar que con PETROCARIBE se podía condicionar el apoyo de la CARICOM, lo cual significa la falta de conocimiento de El Caribe.

El Acuerdo de Ginebra es específico en su Art. IV al establecer como mecanismo de solución, el Art. 33 de la Carta de la ONU. Los errores están: en no tener una estrategia definida; en no tener presente que CARICOM es el organismo menos indicado para involucrarlo en la reclamación por ser parte interesada; en no tener claro cuál mecanismo de solución de controversias se ajusta a su estrategia; a que organismos o acuerdos regionales pudieran solicitarse su intervención; no tener presente que en una decisión jurisdiccional no funcionan las giras informativas y que el peor aliado es Cuba por sus relaciones históricas con Guyana.

@grevanales

miércoles, 12 de agosto de 2015

El futuro de nuestro petróleo


Embajador Alfredo Toro Hardy

El futuro de Venezuela se sintetiza en una palabra: petróleo. Encabezamos la lista de los diez países con mayores reservas probadas en el mundo. Con un factor de recobro del 20% tenemos garantizada la extracción de 300 mil millones de barriles en la Faja del Orinoco. No obstante con los adelantos tecnológicos el factor de recobro podría llegar a 35%, lo cual se traduciría en una capacidad de extracción de 504 mil millones de barriles. Planteado en esos términos no habría razones para no ser optimistas de cara al futuro.

Las cosas, sin embargo, son más complicadas. El petróleo confronta tres conjuntos de amenazas. Primero, los avances en las técnicas extractivas que hacen económico al petróleo no convencional. Segundo, una expansión tecnológica en áreas diversas que converge en la sustitución del petróleo como matriz energética predominante. Tercero, la concepción y desarrollo de una logística que integra a los factores que persiguen la sustitución de la actual matriz energética.

La primera de dichas amenazas se ha materializado ya con la competencia proveniente del petróleo de lulita. En 2014 se estimaba que, en base a este último, la producción petrolera de Estados Unidos podía llegar a 14,2 millones de barriles diarios en 2020. Ello se traduciría en una era de precios petroleros bajos. Para evitar la materialización del escenario anterior Arabia Saudita lanzó un ataque preventivo, por vía de la sobreproducción, en contra de la rentabilidad del petróleo de lulita. El mismo, sin embargo, no solo se ha evidenciado infructuoso sino que está propiciando una mayor racionalización y eficiencia productiva de dicha industria. Lo único que Arabia Saudita pareciera estar logrando es adelantar en varios años la era de los precios petroleros bajos.

El petróleo de esquistos o lulitas constituye, desde luego, la más benigna de las amenazas planteadas. En lugar de propiciar la sustitución de la matriz energética petrolera, busca tan solo repotenciarla. Gracias a la fracturación hidráulica y a la perforación horizontal, la producción petrolera estadounidense podría incrementar entre 100 y 200 por ciento su potencial productivo para 2025. Ello, sin duda, consolidaría a esta fuente energética. El problema para Venezuela es que lo haría sobre la base de precios estructuralmente bajos.

La segunda de las amenazas enumeradas es inmensamente más grave. Allí el salto tecnológico se hace sentir con toda su fuerza por caminos distintos pero confluyentes. Algunos datos pueden dar idea de lo planteado. El costo de la energía solar ha caído en 85% desde el 2000, mientras el de la energía eólica (viento) ha caído en 85% desde finales de los noventa. En ambos casos se está replicando de cerca la Ley de Moore, identificada con la tecnología de la información, doblándose cada dos años la capacidad de la industria de la energía solar y cada dos años y medio la de la eólica. De acuerdo al más renombrado futurólogo de nuestros días, Jeremy Riffkin, ambas industrias avanzan aceleradamente hacia el espacio del cero costo marginal, mientras detrás de ellas vienen las energías de la biomasa, la geotérmica y la de las olas. Estas últimas deberán estar alcanzando su verdadero despegue en una década, proyectando a la energía renovable en una curva exponencial.

El Plan de Energía Limpia lanzado la semana pasada por Obama tiene inmensa significación. El mismo pone el acento en la energía renovable en un país que, hasta este momento, había basado su revolución energética en la industria del esquisto. Pero más allá de la energía renovable el precio de las baterías de litio ha caído en 40% desde 2009, mientras su capacidad de almacenamiento ha aumentado drásticamente. Ello comienza a brindar competitividad a los vehículos eléctricos frente a los de pistón. A la vez, la biotecnología avanza en la sustitución del petróleo para la elaboración de plásticos y fertilizantes. La energía de la biomasa, de su lado, está dejando atrás la fase de fertilizantes intensivos y tierra y agua abundantes, para adentrarse en una segunda generación de biocombustibles mucho más económicos y limpios.

La última de las amenazas planteadas se expresa por vía del proyecto de la "Tercera Revolución Industrial" que desde hace algunos años adelanta la Unión Europea. El mismo se apoya en cuatro pilares. El primero es el desarrollo intensivo de la energía renovable que para 2050 deberá representar 70% de su matriz energética. El segundo sería el de edificios que, en lugar de ser consumidores voraces de energía, se transformasen en plantas autónomas generadoras de energía (vía paneles solares u otras fuentes de energía renovable). El tercero sería el del almacenamiento de la energía obtenida por la vía anterior a través de la tecnología del hidrógeno. El cuarto sería el de una red eléctrica europea bidireccional que funcionase bajo los mismos parámetros de Internet, es decir, que permitiese el intercambio y la interconectividad de la energía generada por infinidad de fuentes autónomas. Esta misma red alimentaría, desde luego, a los vehículos eléctricos.

El reto es inmenso.

Publicado originalmente en El Universal

¿América Latina, quo vadis?


Prof. Eloy Torres

Definitivamente América Latina es un continente maldito. Dicho esto por ser empobrecido y degradado por quienes lo han conducido. Sus escasas ideas llenaron los archivos de la Historia con discursos y proclamas. Muchos creen ver en el pasado la respuesta a sus problemas. Creemos que esto es la demostración de una insuficiencia de ideas viables. Ello ha fortalecido “el canto de sirenas” de esos especímenes que han dirigido al Continente.

Voy a ser directo: Soy de las tesis que el lenguaje “izquierdoso” y su práctica política populista tienen una cuota grande de responsabilidad. Así es. Hay quienes muestran ante esta afirmación una cara de asombro y la llegan sólo a compartir a medias. Sin embargo, insisten en que la culpa mayoritariamente recae en los “factores de la derecha” pues son los que han gobernado desde que somos un Continente independiente. No pretendo hurgar en la Historia tras ejemplos. Ubiquémonos en el siglo XXI.  Este Continente está huérfano de mentes racionales. Todos los que gobiernan, una vez en el poder, se enferman y se transforman en seres predestinados: comandante en jefe, comandante eterno, esposas herederas, presidente obrero, presidente indio,  comandante-presidente,  guerrilleros “heroicos” y  luchadores por la liberación y la “dignidad de los pueblos”. Toda una fauna de individuos nimbados de esa absurda idea del poder.

Se necesitan respuestas y las mismas no pueden ser reflejo del mismo discurso de siempre: derechas e izquierdas. Los primeros son los malos y los segundos los buenos; o viceversa. Ya basta. La discusión se centra en España, Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, y por supuesto Venezuela. El primer país citado corre desesperadamente tras una pesadilla. Podemos e Iglesias se  acercan al poder con la ayuda del dinero y ejemplo de Venezuela. Ya tienen  claro de cómo se puede destruir un país. Lo que confirma que no es privativo de América Latina. Ellos lo saben pues, ya tuvieron a Mussolini y Hitler. Hoy el discurso está renovado: la culpa es de los partidos: el PSOE, PP e Izquierda Unida (lo que queda del viejo PCE). El segundo país se mueve con dificultades. Experimenta una crisis de crecimiento y el sistema político que surgió de la sangrienta dictadura militar, los encontró con un discurso que no se amolda a las exigencias de una sociedad que cambia a un ritmo muy rápido. El tercero, Brasil, sufre la desgracia de su tamaño, de su riqueza desigual, como desigual su composición racial. Un país que experimentó durante mucho tiempo un aislamiento, luego explota y asume un papel hegemónico. Falta mucho y dudamos poco en las habilidades de la Rousseff para ir más adelante. Grande y mucha corrupción como es grande su futbol, hoy en crisis. Sobre Uruguay, por su tamaño, sus problemas son pequeños, como su población. Un país educado y culto, poco a poco encuentra, su derrotero. Atrás quedó el fantasma de los Tupamaros, burdo e irresponsable grupo de guerrilleros, quienes  pretendieron encontrar en las tesis del Che Guevara la solución a sus problemas. Por su parte Argentina, sufre su propia maldición. Esa condición es específica. Un país formado por diversos elementos civilizatorios no atina a una síntesis. Individualidades han marcado positivamente su condición de gran país. No obstante, su dirigencia es tradicionalmente esclava de sueños fatuos de grandeza. Envenenaron el  alma del argentino con un populismo fascistoide que todavía suena en sus oídos con la misma fuerza de las letras y música de Carlos Gardel, el morocho del abasto, como le llaman en la bonaerense y bella ciudad.

Dejamos para el final, a propósito a nuestro país, pues es el mejor que conocemos. Un país que pensó en 1958, encontrar definitivamente, como diría el Dr. Germán Carrera Damas, el cauce para la instauración del “primer ensayo consecuente y sostenido de institucionalización del Estado liberal democrático”. Pero, esa conjunción adversativa presente en todo discurso, observa en Hegel una frase citadas pocas veces por el pensador de Jena: la astucia de la razón. Ella se hizo famosa por que, según él, toda teoría o creencia encuentra su obstáculo en la historia de los hechos reales. Ella es el gran desafío que busca afirmarse mediante la idea de que la Historia siempre encuentra elementos negativos. Venezuela pensó encontrar su senda racional, dentro de sus dificultades, pues no. En 1992 apareció la sombra militarista, estimulada por diversos elementos; muchos anclados en su pasado revolucionario, otros ávidos de poder  y riqueza fácil, y unos ciudadanos que buscaron eludir su compromiso  con la civilidad. Nada de deberes, pero si muchos derechos. El petróleo, oro, agua y tierras son de los venezolanos. Cada uno buscaba su parte. El hombre y sus conmilitones que pretendieron alcanzar el poder y fracasaron en 1992, pero luego fueron catapultados por una pléyade de insensatos medios de comunicación e individuos vestidos con el traje de “notables”. Hoy todos sufrimos la impaciencia de esos algunos. Hoy esos individuos están arrepentidos, y otros despiertan de la falsa creencia que los partidos tradicionales eran los únicos culpables de la crisis del sistema político desde 1998.

Hay que repensar a Venezuela con la participación de todos, incluidos los que hoy siguen a las falsas banderas del populismo. Lo mismo debe hacer España, enferma de novedad, con Podemos amenazando sus instituciones. Olvidan que tuvieron 900.000 muertos y que la Monarquía Constitucional, con sus defectos, es lo mejor que les ha podido ocurrir a España después de Franco. Brasil, no termina de digerir que ellos son un país muy grande y que no basta con el fútbol y la Bossa nova. Chile tímidamente busca asentar una democracia definitiva e impulsar una economía que satisfaga sus ciudadanos. Uruguay, debe mantener esa imagen del venerable Mujica, pero un tanto más audaz, al devolverle a sus ciudadanos más protagonismo. Hoy Tabaré, al parecer lo intenta. Argentina está obligada a curarse de ese nefasto populismo peronista que ha ensombrecido a la Argentina en un manto fatuo con la imagen del Che Guevara y para completar con Maradona. Pobre país no termina de bailar el tango para bailar salsa venezolana, de donde vienen los petrodólares. ¿Hasta cuándo?

Venezuela es prisionera de un discurso populista militarista. Un Mesías vino al país en 1992 y lo tenemos todavía, por lo menos en imagen. Hoy lo sufrimos con su heredero, que se hace llamar “presidente obrero”, quien no sabe si es presidente, pero tampoco si es obrero. Éste conduce, literalmente al país hacia un desastre de proporciones apocalípticas, a pesar de tener petróleo. Pobres de mentes  y voluntad, los venezolanos, seguimos aferrados, falsamente, a una maldita condición: “somos ricos”. Es una  riqueza que no ha sido creada por nadie. La madre naturaleza nos regaló esta maldición. Hagamos un esfuerzo. Es la civilización y el  civilismo los que nos pueden sacar de donde estamos. Eso sí con esfuerzo y audacia.

@eloicito

La importancia geopolítica de Crimea


Lic. Jonás Estrada Aguilera

La base de Sebastopol permite a Rusia el control del Mar Negro y un rápido acceso y presencia naval en el Mediterráneo. Desde su fundación en el siglo XVIII, en tiempos de la emperatriz Catalina II “La Grande”, ha sido de gran importancia estratégica para Moscú, y los muchos episodios relacionados con la flota y con su historia la han convertido en parte del imaginario nacionalista ruso. Además, en estos momentos, es vital para Rusia ya que la base de Novorossiysk está todavía en fase embrionaria para que pueda ser una base naval a gran escala.

La Armada rusa lo utiliza para naves pequeñas y como punto de aprovisionamiento. Y la guerra civil de Siria imposibilita también al Kremlin el uso de su base naval en el puerto sirio de Tartus. Por todo ello, Sebastopol es clave para la seguridad de Rusia, lo que ha quedado patente en varias crisis y conflictos internacionales. Vladimir Putin ha dicho claramente que la presencia de la flota en Sebastopol es determinante. Durante la guerra de Georgia estableció bloqueos en el Mar Negro y fue utilizada para lanzar amerizajes anfibios. También fue usada durante la crisis de Libia, en las misiones contra la piratería en el Océano Índico o en el desmantelamiento de las armas químicas de Siria.

En cuanto a la riqueza que posee el Mar Negro es importante mencionar que la energía es uno de los problemas fundamentales en la región y la posibilidad de una Crimea rica en hidrocarburos aviva, sin duda, la tensión. Su anexión supone para Rusia una ampliación de sus límites marítimos en el Mar Negro. Esto incluye el petróleo y el gas que pueda haber dentro de esos límites. Y se calcula que pueden tener un valor de miles de millones de dólares. Hace menos de dos años, Rusia intentó infructuosamente asegurarse esos recursos a través de negociaciones.

Ya para el año 2012, un informe del Ministerio de Energía ucraniano establecía que "el potencial geológico que existe en Ucrania para producir volúmenes más amplios de gas de lo que lo hace hoy y, atendiendo a una correcta demanda, incluso puede llegar a ser autosuficiente en gas natural". Pero reconocía también que para conseguir ese objetivo harían faltan muchas más inversiones en la exploración de gas. También añadió que esa inversión y desarrollo sólo se podían esperar si se reformaban la estructura industrial y el clima regulador para atraer al sector privado, tanto interior como internacional. En este informe ya se indicaba que el potencial era mayor del que se pensaba y que había que seguir explorando, y que uno de los lugares sería el sur de Ucrania, incluyendo el Mar Negro.

Ucrania firmó antes de que estallase el actual conflicto acuerdos de exploración y explotación con empresas occidentales y esto molestó a Rusia. La pérdida de Crimea supone también un parón en las ambiciones energéticas ucranianas de gas y petróleo. Kiev estuvo a punto de firmar un acuerdo con un consorcio de empresas petroleras internacionales que suponía una inversión inicial de 735 millones de dólares para perforar dos pozos en alta mar. El consorcio, dirigido por Exxon con intereses de Shell, la rumana OMV Petrom, y la ucraniana Nadra Ukrainy, estaba particularmente interesado en el campo Skifska en el Mar Negro, que se estima que cuenta con unos 200 a 250 millardos de metros cúbicos de gas natural. Exxon esperaba producir eventualmente 5 millardos de metros cúbicos al año. El consorcio de Exxon pujó más alto que la empresa petrolera rusa Lukoil. Los planes todavía estaban en su primera fase cuando estalló el conflicto, ya que el gobierno de Yanukovich y el consorcio no se ponían de acuerdo. Como es obvio, desde la caída de Yanukovich, los planes de Exxon están en suspenso.

El Presidente del Parlamento de Crimea, Vladimir Konstantinov, ya dijo el 13 de marzo que los campos petroleros y gasíferos pasaban a manos de Moscú: "Rusia y Gazprom con Rosneft deben hacerse cargo de la producción de petróleo y gas". Ucrania puede dar por perdidos estos potenciales recursos, porque de facto, ya están bajo control ruso. Y Exxon ha tenido que detener su participación en Skifska, así como en el Ártico ruso junto a Rosneft, debido a las sanciones de EEUU y la Unión Europea a Rusia. La empresa petrolera italiana ENI, otro de los interesados, ha señalado que esperará a que la situación se normalice.

Moscú ha querido centrar la atención en la reclamación de derechos históricos sobre Crimea para proceder a su reunificación, pero lo cierto es que, como hemos visto, con esa decisión extiende sus límites marítimos y el acceso a esos posibles recursos, en los que Ucrania tenía puestas sus esperanzas para poder empezar a pensar en tener una independencia energética. Así, Ucrania sigue siendo vulnerable a la presión rusa.

Resulta natural que esas potenciales riquezas en el Mar Negro han jugado un papel determinante en la reunificación rusa de Crimea y han sido una ficha importante en el tablero de ajedrez, a pesar de que Moscú niegue que haya conexión entre las dos cosas y repita que no le preocupan el gas y el petróleo en la zona. Alega también que Rusia tiene un gran potencial por sí mismo, lo cual es cierto, pero nadie renuncia a la posibilidad de sumar riqueza y mucho menos aquellos países que, como Rusia, dependen de los hidrocarburos. Incluso, algunas estimaciones optimistas señalan que el Mar Negro posee potenciales recursos petroleros que podrían rivalizar con el Mar del Norte.

Aunque Rusia pueda llegar a un acuerdo con Ucrania para detener el conflicto en el este del país, no tiene ninguna intención de dar marcha atrás en la anexión de Crimea. Por lo tanto, Rusia será la gran beneficiaria de los recursos de petróleo y gas natural existentes, y Ucrania se ha quedado sin una importante y muy valiosa pieza para su futuro económico y energético.

Pero queda también por ver hasta dónde llegan finalmente las sanciones de los países occidentales y cómo pueden afectar éstas a esas posibles exploraciones en el Mar Negro. Eso queda también abierta la cuestión de qué empresas extranjeras estarían dispuestas a invertir y trabajar en el territorio anexionado.

En conclusión, podemos decir que la reunificación de Crimea a Rusia constituye un acontecimiento muy importante para la política internacional de comienzos del siglo XXI y señala un nuevo capítulo del proyecto de Vladimir Putin. Su privilegiada ubicación geográfica le permite controlar el centro del Mar Negro con sus recursos energéticos y cerca de la rica región del Cáucaso, al tiempo que resulta clave para ejercer el control y la vigilancia de los mares de Azov y de Mármara; y de los estrechos de Kerc, Bósforo y Dardanelos. Con todo esto, Moscú obtiene una rehabilitada proyección geoestratégica sobre la periferia oriental del Mar Mediterráneo.

@jonaspatriota

Elecciones parlamentarias y control sobre la política exterior


Embajador (r) J. Gerson Revanales

Una de las oportunidades que presenta las elecciones parlamentarias, es un cambio en la composición de la Asamblea Nacional entre ellos el control sobre la política exterior. John Locke, en su Tratado sobre el Gobierno Civil (1689), y posteriormente Montesquieu, en El Espíritu de las Leyes (1748), propusieron la división de los poderes del Estado, a efectos de establecer un equilibrio entre estos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); el objetivo de Montesquieu fue establecer contrapesos entre los poderes; advirtiendo que el Poder Legislativo no podía convertirse en un ente superior, que impidiera la acción de gobierno, pero sí consideraba necesario que pudiese examinar cómo se cumplían las leyes que el ejecutivo promulgaba, ejerciendo así, el control político.

Según el Art. 187 de la Constitución de Venezuela, al Poder Legislativo, le corresponde “ejercer funciones de control sobre el gobierno y la Administración Pública”; según el Art. 222, la Asamblea Nacional ejercerá su función de control mediante los siguientes mecanismos: 1) las interpelaciones, 2) las investigaciones, 3) las preguntas, 4) las autorizaciones y 5) las aprobaciones parlamentarias; y en el Art. 223 se indica que la Asamblea o sus Comisiones podrán realizar las investigaciones que juzguen convenientes en las materias de su competencia. Atendiendo a los propósitos de equilibrio y control en materia de política exterior, se cumplen cuando la Asamblea Nacional autoriza el nombramiento los jefes de misiones diplomáticas y aprueba por ley los tratados o convenios internacionales que celebre el Ejecutivo Nacional, salvo las excepciones previstas en la Constitución.

Un cambio en la composición de la Asamblea Nacional, permitirá a la Comisión Permanente de Política Exterior cumplir con una de sus funciones primordiales como es la de interpelar al Ministro de Exteriores; algo que hasta la fecha en 15 años, nunca se ha realizado.

Esperemos que a partir de enero, la Comisión Permanente de Política Exterior, pueda interpelar a la Canciller Delcy Eloina Rodríguez sobre: el porqué de la injerencia cubana; de la carrera armamentista; de porqué durante 14 años se dejó de lado la reclamación del Esequibo; de cuál es la situación de los más de 2500 acuerdos firmados desde 1999, muchos de los cuales seguramente no tuvieron razón de ser firmados, otros nunca entraron en vigencia o fueron aprobados por la Asamblea Nacional, lo que hace de estos una tela de araña para su seguimiento e instrumentación y un peligro para nuestro interés nacional.

@grevanales