martes, 17 de noviembre de 2015

Petróleo y MERCOSUR en las elecciones de Argentina


Dr. Kenneth Ramírez

El próximo domingo 22 de noviembre, tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones de Argentina. La cita viene marcada por una transformación del escenario electoral. Durante meses, varias encuestas mostraban que Daniel Scioli, candidato del “Frente para la Victoria” y sucesor de Cristina Fernández de Kirchner, ganaría la primera vuelta con hasta 10 puntos de diferencia. En lugar de ello, un sorpresivo y apretado resultado (37%-34%) en la primera vuelta del 25 de octubre, ha forzado un ballotage con Mauricio Macri, candidato de la coalición opositora “Cambiemos”. Las últimas encuestas revelan que ahora Macri podría ganar las elecciones con hasta 8 puntos de diferencia, ya que ha logrado atraer un caudal importante de votos peronistas disidentes que apoyaron a Sergio Massa en la primera vuelta. La crisis económica generada por la caída de los precios de las materias primas (sobre todo soya, maíz, trigo, leche y carne; principales rubros de exportación argentinos), ha tenido mucho que ver con este viraje de las preferencias electorales. El FMI señala que Argentina está pasando de una desaceleración a una recesión económica; el PIB creció sólo 0,5% en 2014, y lo hará 0,4% en 2015, para retroceder en -0,7% en 2016.

Gane quien gane, el próximo Presidente de Argentina será mucho más pragmático. En primer lugar, ninguno tendrá el liderazgo político hegemónico que detentaron los Kirchner. La trayectoria de Scioli lo muestra como un peronista realista -capaz de pactar con Menem y los Kirchner-, pero deberá coexistir con grupos afectos a Cristina Fernández de Kirchner, desde su candidato a Vicepresidente, Carlos Zannini, hasta la poderosa juventud de su movimiento político “La Cámpora”. De ganar Macri tendrá que buscar pactos en un Congreso adverso –el kirchnerismo es la primera minoría en la Cámara de Diputados y mayoría en el Senado. En segundo lugar, ambos tendrán que gestionar la crisis económica, lo cual pasa por implementar una política que genere estabilidad y confianza, luchar contra la corrupción, mejorar las relaciones con el empresariado, fortalecer la seguridad jurídica para atraer inversiones y negociar los vencimientos de deuda que ascenderán a 30 millardos de dólares en 2016 –incluyendo 10 millardos de dólares con los fondos de riesgo, los llamados “fondos buitre”. En tercer lugar, tendrán el reto de mantener los indicadores sociales en positivo.

Todo esto les llevará a una política exterior mucho más moderada y realista. En este sentido, el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) impulsó un diálogo entre los equipos de política exterior de todos los candidatos para encontrar un programa mínimo de consenso; lo cual logró con el documento “Seremos afuera lo que somos adentro”, presentado en abril pasado. Allí se establece entre otras cosas, que Argentina debe “revalorizar las relaciones con los centros de decisión que más nos afectan”, es decir, EEUU y la Unión Europea. Además, se señala que debe “priorizarse nuestra alianza estratégica con Brasil” para impulsar una “rápida, amplia y franca discusión” en el MERCOSUR, y propiciar su convergencia con la Alianza del Pacífico a partir de la “dimensión bioceánica” de la política exterior argentina, léase sus relaciones con Chile. Por último, establece que deben fortalecerse las relaciones con México, utilizar su potencial en alimentos y energía, e incorporar valor agregado en la oferta exportable. Es decir, tanto Scioli como Macri buscarán relanzar el MERCOSUR fenicio -en alianza con Brasil- y motorizar una agenda externa centrada en lograr el Acuerdo de Asociación con la UE y un acuerdo con la Alianza del Pacífico, así como revitalizar las relaciones económicas con EEUU. Esto podría ser materializado más rápidamente por Macri que por Scioli, quien tendría obstáculos dentro de su propia base de apoyo. Lo cierto es que todo esto converge con las nuevas prioridades brasileñas y envía un poderoso mensaje a Venezuela: Es hora de tomarse en serio MERCOSUR, y cumplir toda su normativa. Por otra parte, Macri se ha mostrado crítico con la situación política venezolana, mientras Scioli ha preferido guardar silencio, lo que indica un futuro distanciamiento bilateral entre Caracas y Buenos Aires –desde lo conflictivo a lo discreto- gane quien gane.

En materia energética, los candidatos apuestan por el desarrollo del yacimiento de Vaca Muerta en la Provincia de Neuquén -30 mil kilómetros cuadrados de roca con petróleo atrapado en sus microporos, a 3 mil kilómetros de profundidad, para cuya explotación debe utilizarse la polémica fracturación hidráulica-, donde creen tener una joya de esquistos como la que ha dinamizado la economía de EEUU. Por ello, han hablado de mejorar las condiciones para fomentar la explotación de los promisorios recursos de petróleo y gas no convencional que posee Argentina -802 billones de pies cúbicos y 27 millardos de barriles; segundo y cuarto lugar a nivel mundial respectivamente. Empero, se requiere un precio del petróleo en 75-80 $/Bl para hacer estos proyectos rentables en Argentina, y en consecuencia, las empresas petroleras transnacionales se han mostrado cautas. Sólo el liderazgo de la empresa petrolera renacionalizada YPF –que concentra el 86,5% de la producción de este yacimiento en la zona Loma Campana en sociedad con Chevron- ha permitido mantener el proyecto en marcha. Hoy por hoy, Vaca Muerta produce 41 mil barriles de petróleo equivalente diarios, y YPF estima alcanzar al menos 120 mil barriles para 2020, con más pozos horizontales –actualmente sólo 20 de los 380 pozos activos. El objetivo es alcanzar el autoabastecimiento que perdió Argentina en 2010 y convertirse en un exportador neto de hidrocarburos a largo plazo. Para esto, se requiere atraer inversiones cifradas en 88 millardos de dólares –rivalizando con otros proyectos latinoamericanos como la Faja Petrolífera del Orinoco y las áreas pre-sal en Brasil en un contexto de precios bajos-, y cooperación con el gobierno y las empresas de EEUU que tienen la tecnología. Argentina está a las puertas de un reacomodo geopolítico. ¿Y usted qué opina?

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina