sábado, 19 de marzo de 2016

Un fantasma recorre América Latina


Luis Manuel Esculpi

El comienzo del manifiesto de Marx y Engels señala que un fantasma recorría Europa, el famoso texto fue editado por primera vez en 1848. Durante el resto del siglo XIX y buena parte del siglo XX sus escritos inspiraron la lucha de los revolucionarios , sectores de avanzada y de los trabajadores de ese tiempo. La influencia de sus ideas no se limitó al mundo del trabajo, el espectro se hizo planetario, su doctrina fue adoptada por representantes de las diversas clases sociales y centenares figuras de la academia y la intelectualidad mundial abrazaron la causa del socialismo durante esa época.

Millares de militantes comprometidos ofrendaron sus vidas en la lucha por “tomar el cielo por asalto” y conquistar una sociedad justa donde reinará la igualdad y la libertad.

En nombre de esos ideales y también de la lucha por la honestidad  se alcanzó el poder durante la revolución rusa, la implantación del llamado “socialismo real” en Europa del este posterior a la Segunda Guerra Mundial y algunas otras experiencias en Asia, principalmente la China. Es de destacar que  de la la familia originaria fue la socialdemocracia (tan combatida y despreciada por los dogmáticos) la que más se aproximó en sus gobiernos,   a garantizar igualdad de oportunidades en medio de un respeto pleno a la libertad.

La implantación del stalinismo que en nombre de una falsa igualdad sacrificaron la libertad, implantando un terrorismo de estado, constituyendo en regímenes dictatoriales que no admitían la disidencia. A la larga la falacia quedo develada, el muro de Berlín fue derrumbado , sin que se produjera un disparo (hay quienes actúan como si eso no hubiese ocurrido) y como en un efecto dominó cayeron todos esos regímenes que en apariencia lucían invulnerables.

Apenas sobreviven en este siglo el régimen de Cuba y el de Corea del Norte. Entre tanto en nuestra América asumieron el poder regímenes que asumían con nostalgia la prédica que condujo al fracaso los gobiernos del mal llamado “socialismo real”,  es así como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua los gobiernos se identifican un supuesto “socialismo del siglo XXI” ; también con sus diferencias en gradaciones y matices los gobiernos de Brasil, Ecuador y Chile.

Recientemente la opinión pública ha conocido fabulosos escándalos de corrupción de estos gobernantes, la investigación del mandato de los Kichner en Argentina revela la falsedad de toda su prédica y el enriquecimiento de la familia y su entorno. En Brasil reventó lo de Petrobras y su vinculación con Lula -quien si era en verdad un líder obrero-  en Nicaragua la corrupción esta prácticamente institucionalizada. En Bolivia poco antes del referéndum estalló un caso que involucra a ministros y diputados del gobierno de Evo Morales. El líder indígena no hace honor aquella frase de Gramsci : “La verdad siempre es revolucionaria”. Chile es de estos países, según Transparencia Internacional, el  menos corrupto de este continente, listado que lamentablemente nosotros encabezamos. En el país del sur los hechos de corrupción, que por supuesto existen, no alcanzan la dimensión de los antes mencionados.

En nuestro país los casos de PDVSA, CADIVI, Los negociados alrededor de las compras de alimentos y medicinas, los contratos  con las plantas generadoras de electricidad y todo las negociaciones que enriquecieron a los boliburguesee y bolichicos , en complicidad con altos funcionarios públicos, superan con creces las denuncias y protestas que se desarrollan fuera de nuestras fronteras.

Personajes que llegan al poder en nombre de la lucha por la libertad, la igualdad y contra la corrupción se convierten cuando gobiernan en emblemas de lo que alguna vez combatieron o decían combatir. La corrupción es el fantasma que recorre esta parte del mundo, un fantasma sumamente dañino, su profusión impide el progreso y la felicidad de nuestros pueblos. Tal disonancia plantea una honda  reflexión sobre la naturaleza del poder, esa reflexión es imposible abordarla en estas líneas por lo que me limitaré a transcribir un pensamiento de Abraham Lincoln: “Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre dadle poder”.


@lmesculpi

Salvando al Soldado Lula


Embajador (r) Milos Alcalay

Las acciones judiciales por corrupción que ya habían sacudido a la opinión pública brasileña por escándalos conocidos como “lavajato” y  “mensalao” llegaron a un clímax con las acusaciones del Juez Moro al Ex-Presidente Lula da Silva, contra quien pesan serios indicios de culpabilidad por desvíos millonarios del erario nacional.

Tratando de ayudarlo,  Dilma designó a su guía y predecesor en el cargo de Ministro de la Presidencia para evitar que se formalice el juicio, recibiendo el respaldo automático de Maduro, Castro, Evo, Ortega, Correa y demás soldados del Foro de Sao Paulo que nos recuerdan la película épica de Steven Spielberg “Salvando al Soldado Ryan”, en que siete militares reciben la orden de rescatar con vida al sobreviviente de los miembros de una familia en la que tres hermanos perecieron en el desembarco a Normandia durante la II Guerra Mundial.

Pero en el caso del Ex-Presidente, no se trata de una solidaridad épica –como en la película-  sino de una grosera complicidad  destinada a obstruir la Justicia y esconder las profundas implicaciones de fondos irregulares no solo para enriquecer a la nueva clase de enchufados internacionales, sino para mantenerlos en el poder financiando costosas campañas de publicidad reeleccionista no solo en sus ambiciones  sino también a los dirigentes de países aliados,  que son denominados en el editorial un conocido periódico opositor nacional “La Internacional de los Caraduras”.

Salvar a Lula y pretender al mismo tiempo que vuelva al Poder dentro de algunos años, resulta una misión imposible al igual que resultó imposible mantener en la Presidencia a los hermanos  Lugo, Zelaya, Kirchner, a quienes en una u otra forma se les aplicaron preceptos Constitucionales para terminar con sus desastrosas Presidencias, y  que a pesar de sus errores, con el mayor desparpajo los aliados del ALBA acusaban que se trataba de “golpes de Estado” como repiten nuevamente de manera injustificada en el caso del sindicalista paulista y de casos similares.

Estas acciones de solidaridad automática, lejos de ayudar al Gobierno del PT, lo que hacen es irradiar aun más el incendio, tal como se constata con la explosión de millones de brasileños que han tomado las calles de las principales ciudades para manifestar su indignación, además de que con esta actitud se le suman otros argumentos  para alcanzar el  impeachment del mandato de la Presidenta Rousseff.

Salvar a Lula se ha convertido también en una torpeza que pone fin al “Imperio Socialista del Siglo XXI” en la que se multiplican los electores disgustados que lograron evitar la reelección de Evo, o de Rafael Correa, y destapar los escándalos de corrupción,  a lo que se suma en Venezuela un terremoto político que se acentúa con el desacato del Ejecutivo a la clara mayoría oposicionista parlamentaria con el triunfo del 6 de Diciembre, mientras se constata el distanciamiento de una Cuba, cada vez mas cómoda con sus nuevos socios EEUU y la Unión Europea.


@milosalcalay