martes, 5 de mayo de 2015

El factor Irán


Dr. Kenneth Ramírez

Esta semana serán retomadas las negociaciones entre el Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania) e Irán en el Palacio de Coburgo en Viena, para tratar de pactar los detalles específicos dentro del Acuerdo Marco Provisional alcanzado el pasado 2 de abril en el Palacio Beau-Rivage en Lausana, lo cual hará posible cerrar el Acuerdo Definitivo que limite los aspectos controversiales del programa nuclear iraní –que ha tenido un costo directo de 100 millardos de dólares- a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales –que han supuesto otros 100 millardos de dólares en pérdidas.

Un éxito pondría fin al dossier nuclear de Irán y evitaría una peligrosa carrera armamentista en Medio Oriente. Además, Teherán podría abrir una nueva era en sus relaciones con Washington y asumir un nuevo rol en el tablero geopolítico regional –la gran apuesta de la Administración Obama por la reedición de la política de los “pilares gemelos” vigente hasta la caída del Sha en 1979-, lo que es temido en Arabia Saudita e Israel. Esto supondría también el regreso de Irán con todo su potencial al mercado petrolero, siendo relevante reflexionar al respecto.

Con la imposición de sanciones y el consiguiente aislamiento internacional, la producción petrolera promedio de Irán descendió desde 3,61 millones de barriles diarios (MMBD) en 2011 a 2,77 MMBD en el primer trimestre de 2015 –con una caída de sus exportaciones en alrededor de 50%; desde 2,5 MMBD en 2011 a 1,2 MMBD en el primer trimestre de 2015. Recientemente, el Ministro de Petróleo persa, Bijan Zanganeh, ha dicho que Irán podría aumentar su producción en 1 MMBD en pocos meses. No obstante, esto parece muy optimista en el contexto de un mercado con exceso de oferta, precios moderados y la necesidad de fuertes inversiones en infraestructuras y tecnología en el sector petrolero iraní. Además, el momento es poco favorable pues un informe de Goldman Sachs estima que proyectos energéticos por el orden de un billón de dólares serán pospuestos debido a la caída de los precios del petróleo. Eliminar las sanciones, firmar nuevos contratos y reactivar proyectos tomará tiempo, por lo menos hasta el final de 2016, aunque el simple anuncio del Acuerdo Marco Provisional haya hecho bajar un 5% los precios de los crudos marcadores hace un mes.

Para el Departamento de Energía de EEUU, tras un Acuerdo Definitivo y en función del cronograma de levantamiento de sanciones, Irán buscaría liberar progresivamente al mercado los 30 millones de barriles que tiene almacenado a lo largo del segundo semestre de 2015, como preparación a un aumento de producción. Esto reducirá los pronósticos de precios entre 1 $/Bl y 3 $/Bl para 2015. Además, estima que si se eliminan las sanciones Irán estaría en capacidad de producir por lo menos 0,7 MMBD adicionales para finales de 2016, de los cuales 0,6 MMBD es capacidad cerrada y 0,1 MMBD sería capacidad nueva. Esta mayor oferta implicaría una reducción en los pronósticos de precios entre 5 $/Bl y 15 $/Bl para 2016. Es decir, habrá más petróleo iraní, pero no una inundación de la noche a la mañana. Sin embargo, la OPEP en general debe irse preparando para hacer espacio al crudo iraní, y Venezuela en particular debe alistarse para este eventual factor que reforzará la actual tendencia bajista de los precios.

De momento pueden seguir aumentando las tensiones entre Riad y Teherán, porque la política saudita de defender cuota de mercado ha dañado mucho a Irán y no se vislumbra un cambio de estrategia de parte del nuevo Rey Salman. Riad prefiere sacrificar beneficios a corto plazo a cambio de asegurarse mercado a más largo plazo, y puede hacerlo porque tiene alrededor de 700 millardos de dólares en reservas internacionales. De hecho su producción ha subido de 9,7 MMBD en el segundo semestre de 2014 al nivel récord de 10,3 MMBD en abril de 2015. Además, el Rey Salman se muestra dispuesto a frenar la proyección regional de Irán, antes de un posible regreso de las empresas petroleras a Teherán.

En materia de gas natural, Irán se ubica en segundo lugar en reservas -17% del total mundial, detrás de Rusia- y tercer lugar en producción –con 8,2 billones de pies cúbicos, detrás de EEUU y Rusia-, y eso le convierte en un potencial suplidor clave para Asia, pero también en una buena alternativa para el gas ruso en la Unión Europea tras el conflicto de Ucrania, como lo ha señalado la propia Comisión Europea. Empero, Teherán deberá antes aumentar su producción (actualmente es un importador neto de gas turkmeno, ya que su consumo interno es muy alto) y construir costosos gasoductos para trasladarlo hasta Turquía camino a Europa, siendo probable que Rusia intente poner obstáculos. También debe considerarse que postura tomará Turquía, que recientemente se ha alineado con Arabia Saudita contra Irán, a quien culpa por la permanencia de Assad en Siria y el conflicto abierto en Yemen. Otra opción sería la construcción de plantas de licuefacción para exportarlo vía buques metaneros, lo cual requerirá cuantiosas inversiones que tomarán al menos un lustro. Por su parte, China ya ha visualizado la oportunidad; por ello el Presidente Xi Jinping durante su reciente visita a Islamabad, anunció la participación de CNPC en la construcción de un gasoducto de 900 kilómetros para llevar el gas iraní hasta Pakistán con un costo de 2 millardos de dólares, que podría ulteriormente ampliarse hasta territorio chino, o conectarse a una planta de licuefacción en el puerto paquistaní de Gwadar.

Sin embargo, aún debe concretarse el Acuerdo Definitivo dentro del plazo que culmina el 30 de junio, y eso no será fácil, ya que todavía existen diferencias entre las partes y actores muy poderosos –la mayor parte de los congresistas republicanos y el lobby israelí y saudita en Washington; y las facciones más conservadoras en Teherán- se esfuerzan para hacer encallar las negociaciones.

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

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