sábado, 18 de junio de 2016

La OEA en la encrucijada


Embajador (r) Milos Alcalay

La OEA conmemorará pronto 70 años de existencia. La máxima institución hemisférica  ha vivido varias encrucijadas desde la reunión del Congreso de Panamá convocada por el Libertador en 1826; luego con la Conferencia Panamericana de Washington en 1889 y finalmente en la actual etapa que nace en Bogotá en 1948. La adopción por unanimidad en 2001 de la Carta Democrática Interamericana, incorpora al sistema interamericano los principios y valores de la Democracia Representativa.

Esta semana, los días 21 y 23 de junio, los países miembros han sido llamados a pronunciarse en relación a Venezuela y su decisión marcará los pasos futuros de la institución. Siempre ha animado a los gobiernos procurar la solución de conflictos a través de medios pacíficos como los buenos oficios, la mediación, la conciliación, el arbitraje. Lo cierto es que se evidencia que la “solidaridad  automática” de respaldo incondicional que se produjo a inicios del Siglo XXI con los gobiernos de la ALBA en general y con el gobierno de Venezuela en particular, ya no parece estar vigente, ya que la crisis política, económica e institucional es conocida y reconocida por todos los países miembros del máximo organismo hemisférico. La posición de la OEA no es la única, ya que repite las mismas preocupaciones de otros organismos internacionales como la ONU, la Unión Europea, el G-7, MERCOSUR, además de las Declaraciones de las  Internacionales Políticas de los más variados signos políticos e ideológicos. Es decir, el actual gobierno venezolano -que estará en el “banquillo de los acusados”- se encuentra cada vez más aislado, y deberá responder sobre los compromisos democráticos asumidos e incumplidos.

La encrucijada en la que se encuentra la OEA esta semana, tiene dos fechas: el 21 y el 23 de junio: El 21 de junio el Consejo Permanente de la OEA se pronunciará sobre el “diálogo” en Venezuela  a instancia del gobierno de Maduro quien solicitó se escuchara a los Ex-Presidentes Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Torrijos. Si bien se trata de personalidades destacadas, lo procedente sería aceptar que la oposición propusiera una lista adicional de otros Ex-Presidentes de UNASUR para que de esa manera se constituya un grupo más equilibrado. Esta semana, 30 ex-mandatarios iberoamericanos le dirigieron una comunicación de respaldo a Almagro, de los cuales la OEA debería aceptar algunos para incorporarlos ya que no puede existir una mediación creíble propuesta sólo por una  de las partes en conflicto tal como ha afirmado acertadamente el ex-candidato presidencial Henrique Capriles y otros destacados dirigentes de la oposición venezolana.

El 23 de junio el Consejo Permanente se reunirá nuevamente, esta vez a instancia del Secretario General  de la OEA, Luis Almagro, haciendo uso de las atribuciones que le otorga la Carta Democrática Interamericana en el artículo 20. El otrora Canciller de Uruguay ha asumido su responsabilidad con mucha dignidad y valentía a pesar de los insultos, amenazas y chantajes recibidos por parte del gobierno venezolano en su desesperado intento de evitar que se evalúe el incumplimiento con ese compromiso internacional. Hubiera sido más fácil para el Secretario General de la OEA no enfrentarse a una “diplomacia de carritos chocones”, pero prefirió asumir riesgos defendiendo los principios y valores democráticos de la OEA.

Ahora le corresponde a los gobiernos del Hemisferio pronunciarse. Uno de los errores de la “diplomacia bolivariana”, ha sido creer que con atropellos y amenazas logrará hacer cambiar las posiciones de los gobiernos. Y por más que convoque múltiples  reuniones del Consejo Permanente, estamos esperanzados de que los gobiernos sigan siendo fieles a la posición interamericana que fomenta la prevención de conflictos, apoyo a un diálogo veraz, contribuir a que se dé una solución pacífica a la controversia, y exija a ambas partes el cumplimiento de la Constitución y de los acuerdos internacionales. En todo caso, el 23 de junio con la presentación del Informe Almagro de 123 páginas -que es una fotografía de la triste realidad venezolana-, será un documento oficial de la OEA. Los gobiernos tienen la palabra para definirse en esta nueva encrucijada.

@milosalcalay

No hay comentarios:

Publicar un comentario