martes, 1 de diciembre de 2015

La Marsellesa en Caracas


Embajador (r) Julio César Pineda

Mientras que París se preparaba para el encuentro de la Comunidad Mundial contra el Calentamiento Global por un desarrollo sostenible y sustentable, donde se espera un acuerdo definitivo que garantice la viabilidad del planeta para las futuras generaciones; el terrorismo internacional con el signo del Islam radical y político, se hizo presente el 13 de noviembre pasado, abriendo lo que algunos han denominado la "III Guerra Mundial por etapas sucesivas". Entre los 129 asesinados por ISIS estuvo un venezolano y varios latinoamericanos, como también entre los 350 heridos hay personas de todo el planeta, pero especialmente el golpe fue contra Francia y sus ciudadanos. El país galo siempre ha sido y será una referencia para la libertad, la igualdad y la fraternidad.

ISIS (Islamic State of Irak and Siria) a diferencia de Al Qaeda y su líder Bin Laden, ya no pretende encabezar la rebelión mundial fuera de las tierras del Islam, como ellos lo hicieron en Afganistán, sino en el corazón mismo del Mundo árabe y musulmán, como es Siria e Irak, donde además del significado religioso del Islam primitivo y los califatos de Damasco y Bagdad, se encuentran las más grandes reservas de petróleo, por eso se llaman también Ejército del Levante, frente al Magreb árabe, Argelia y Marruecos, los últimos lugares donde el sol se oculta.

Abu Bakr al-Baghdadi tomó el nombre del primer Califa después de la muerte del profeta en el 632 y pretende con su revolución de la fantasía tener al planeta de rodillas para instaurar el Mundo del Islam con estas guerras finales. Como yihadistas pretenden establecer después de la batalla final el orden mundial religioso del Corán. En la línea de la profecía en este combate como lo señala un hadith, una tercera parte de los combatientes huirán y la última parte serán los conquistadores.

Así como el Islam venció al Imperio Persa y Bizantino a partir de Siria e Irak, estos nuevos guerreros llegarán hasta la nueva Constantinopla ubicada en Europa y en EEUU; donde la trilogía Alá, Mohammed y el Corán en la unidad de Dios, extenderán sus dominios a toda la Humanidad.

Hoy, fundamentalismo, integrismo, islamismo, después de los atentados de París son el centro del combate de la guerra que ha declarado Francia, como ya lo ha hecho Rusia y EEUU. Este terrorismo va más allá del Islam político religioso que siempre ha querido instaurar un Estado Islámico bajo la Sharía, comprendiendo la Ummah (población islámica sin fronteras). Ahora, con el terrorismo fundamentalista en su triple dimensión, con el uso de la violencia para fines políticos, el efecto mediático y las víctimas civiles, aprovechando las redes sociales y el espacio cibernético ha abierto una nueva era con un creciente proselitismo, armas, recursos y una organización jerárquica cuya finalidad es la toma del poder total.

Una tarea fundamental es la islamización de la sociedad de los no creyentes y una reislamización hacia la fuente primitiva del Islam con el Corán y la Sunna (doctrina). Su éxito dentro del actual desorden mundial y los errores de Occidente, es con el proselitismo en las poblaciones musulmanas empobrecidas y marginalizadas tanto en los ricos estados del Medio Oriente como en los suburbios de las grandes ciudades europeas y en EEUU. Es el caso del barrio Molenbeek de Bruselas.

Más allá del arco shiíta que busca la hegemonía de Irán, con su inmenso poder en Persia, Siria, Irak y en el Líbano con el Hezbollah y del arco sunita con Arabia Saudita, las monarquías del golfo y varias repúblicas árabes; donde el epicentro ha sido la guerra en Siria para mantener o cambiar al gobierno de Bashar al-Asad y ahora la nueva guerra de Yemen. El conflicto se extrapola más allá de Riad y Teherán, con la activa participación de Rusia y China junto a Irán, y de EEUU y Europa con Arabia Saudita.

La nueva variable del Califato y el ISIS rompe la dinámica de esta geopolítica en Medio Oriente y se convierte en un choque de civilizaciones y en la nueva batalla entre creyentes y no creyentes, donde ISIS ubica la deformación del Islam por el shiísmo iraní, pero también por el sunismo revisionista, dentro del cual además de Arabia Saudita, también incluye a Turquía.

Rusos, europeos y norteamericanos no pueden tomar la actitud de dos pesos y dos medidas como ha sucedido en Siria. Como lo ha dicho el Papa Francisco se necesita una nueva ética en las relaciones internacionales y un real compromiso con la paz, la seguridad internacional y una nueva política en la región, superando los conflictos que oponen a Estados y a pueblos, pero también entre las comunidades shiítas y sunitas en lo religioso, así como los persas y árabes en lo étnico y en lo estratégico el control del petróleo y el gas. 

Como en Francia y en el Mundo, acá en Caracas participamos el domingo 15 de noviembre en la Plaza Altamira en el acto de solidaridad con las familias de las víctimas de este atentado y también cantamos “La Marsellesa”, ese himno francés de libertad compuesto en 1792 en plena guerra contra Austria.


@jcpinedap

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