lunes, 28 de mayo de 2012

¿Fracasó la ONU?

Prof. Giovanna De Michele

En los últimos tiempos, la agudización de la crisis en Siria y el alarmante incremento del número de víctimas fatales, han provocado cuestionamientos cada vez más recurrentes a la efectividad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su propósito de garantizar la paz y estabilidad internacionales, tal como reza el artículo 1 de la Carta de San Francisco, suscrita en junio de 1945.
 
De hecho, la exposición de motivos que sirve de preámbulo a la Carta de la Organización de Naciones Unidas, ha caído en el vacío arrastrando consigo a buena parte del articulado subsiguiente, demostrando entre otras cosas un desfase conceptual con las perturbaciones a la paz y la estabilidad internacionales de este siglo XXI, al señalar por ejemplo: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles,……..”
 
Lo anterior es una inequívoca alusión a las dos grandes guerras mundiales; lo cual resultaba muy pertinente y loable en el año 1945. No obstante, más de medio siglo después, vemos como el mundo se desangra por varios costados producto de conflictos que obligan a repensar los conceptos de guerra, paz y estabilidad. Inclusive, los Propósitos y Principios recogidos en el Capítulo I de la Carta se presentan limitados al referirse casi exclusivamente a la eventualidad de conflictos entre Estados, en menoscabo de las situaciones de violencia que derivan de enfrentamientos entre facciones de un mismo país.
 
Adicionalmente, la estructura de la Organización ha sido en la mayoría de los casos el principal obstáculo a su efectividad en materia de preservación de la paz y la estabilidad internacionales, por cuanto esa responsabilidad quedó delegada de forma exclusiva al Consejo de Seguridad, el cual según el artículo 23 de la Carta “se compone de quince miembros de las Naciones Unidas. La República de China, Francia, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (hoy República Federal de Rusia), el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América serán miembros permanentes……..”; quienes de acuerdo al art 27 gozan de lo que se conoce como la regla de la "unanimidad de las grandes potencias" o, como se dice a menudo, el poder de "veto".
 
Precisamente, la actitud y postura asumida por Rusia y China con relación a la situación en Siria ya se inscribe en la historia de las Naciones Unidas que exhibe centenares de acciones de veto, poniendo de relieve la supremacía de intereses particulares por encima de los propósitos de paz y estabilidad expuestos y repetidos poéticamente a lo largo de la Carta de la Organización.
 
Lo cierto es que desde la creación de las Naciones Unidas, en 1945, han perdido la vida más de 22 millones de personas en el mundo, entre otras razones debido precisamente a los vetos reiterados en el Consejo de Seguridad; por ello en 1993, el entonces Secretario General de la ONU, el egipcio Butros Butros Ghali, con el propósito de honrar la función primordial del Organismo, sin necesidad de esperar la actuación del Consejo de Seguridad, propuso robustecer la Diplomacia preventiva, concebida como el conjunto de medidas destinadas a evitar que surjan controversias entre dos o más partes y/o evitar que las controversias existentes se transformen en conflictos y/o que se extiendan.
 
En los últimos años, la ONU ha creado una valiosa red de sistemas de alerta temprana, particularmente en relación con las amenazas ambientales, el riesgo de accidentes nucleares, los movimientos masivos de la población, la amenaza del hambre generalizada y la propagación de enfermedades. En este sentido, las organizaciones regionales y subregionales también juegan un rol importantísimo en la misión de alerta temprana, por lo que se requiere que soliciten a la ONU su reconocimiento como misiones de observación.
 
Otro de los grandes retos a la paz y estabilidad internacionales, tiene que ver con las operaciones de paz en las zonas de crisis; las cuales se han establecido generalmente luego de estallado el conflicto, por lo que a nivel de Naciones Unidas se planteó la necesidad de elaborar planes para las circunstancias en que se justifique un despliegue preventivo, lo que puede hacerse en diversos casos y de diversos modos.
 
En este sentido, hay quienes defienden la tesis de que la disponibilidad de fuerzas armadas en situación de alerta podría servir, por sí misma, para disuadir posibles violaciones de la paz, ya que los agresores potenciales sabrían que el Consejo de Seguridad dispone de medios para reaccionar. Sin embargo, una vez más nos encontramos frente a los límites impuestos por el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y la imposibilidad de tomar decisiones de este tenor en cualquier otra instancia dela Organización.
 
Sin lugar a dudas, se puede afirmar que el mantenimiento de la paz es un concepto y un propósito inventado por las Naciones Unidas; sin embargo, el complejo proceso de toma de decisiones a lo interno del organismo ha limitado la efectividad de tales operaciones. Es precisamente esta realidad lo que vulnera la efectividad de la ONU, como garante y defensor de la paz mundial; con el agravante de las simplificaciones o generalizaciones que conllevan a desconocer los importantes avances en otras áreas de su competencia.