Dr. Luis Daniel Álvarez V.
La
época navideña y el cambio del año son fechas propicias para reflexionar y
vislumbrar cuáles son los cambios pertinentes para que desde el primero de
enero se consigan las metas anheladas.
Sin
embargo, poco se ha analizado en los últimos años la vida y la obra del Ex-Presidente
guatemalteco Vinicio Cerezo Arévalo, quien el pasado 26 de diciembre cumplió 72
años y que gobernó su país entre 1986 y 1991.
Sobre
Cerezo puede hablarse de un gobierno muy turbulento en el que tuvo que afrontar
violentos atentados y asonadas militares. Sin embargo, logró iniciar la era
democrática guatemalteca, cuyo legado se extiende hasta nuestros días, impulsó
el proceso de integración centroamericano y fue uno de los artífices de la paz
en la región, después de años de cruentos combates y macabras violaciones a los
derechos humanos.
Existe
además, una vertiente tan interesante de estudiar como su gobierno, en la que
conviene comprender cómo en medio de regímenes dictatoriales, sin ningún asomo
de institucionalidad y provistos de una crueldad sin límites, pudo alcanzar la
Presidencia y convertir a su partido, la Democracia Cristiana, en una
referencia.
En
primer término Vinicio Cerezo no dudó ningún momento en buscar la vía
electoral, llegando incluso a fomentar una alianza con sectores
socialdemócratas para poder incidir en la Asamblea Nacional Constituyente que
elaboraría la Constitución de 1985. Este ejercicio de búsqueda democrática se
complementaba con una denuncia constante ante instancias internacionales y con
un planteamiento ideológico y programático que le permitió erigirse como una
alternativa.
Es
probable que en su momento algunos dijeran que en un país sin garantías, con
las instituciones sumidas ante la dictadura y con los factores militares
persiguiendo cualquier sombra de disidencia, resultaba absurdo creer en la vía
electoral. Sin embargo, Vinicio Cerezo Arévalo demostró que pese a las
adversidades, si hay claridad de objetivos, un plan de acción y exigencia de
condiciones, entonces el retorno a la democracia es factible.
Publicado originalmente en El Universal
@luisdalvarezva