Oswaldo Uria
Desde que
comenzaron los rumores de los problemas de salud del Emir en el año 2009,
quienes siguen el desarrollo de este pequeño Estado con un poderío económico y con
una creciente influencia política en el Medio Oriente desde su participación
directa e indirecta en la Primavera Árabe, podían inferir que un trasferencia
de mando se preparaba en los próximos meses. En ese sentido, el anuncio hecho
ante diplomáticos acreditados en Doha (Irán y EEUU, según Reuters) de que el
Príncipe Tamim sería nombrado Primer Ministro como un primer paso para asumir
la jefatura del Estado de Qatar, no sorprende. No obstante, aclara las dudas
que se generaron acerca de la fortaleza del gobierno qatarí a raíz de varios
rumores de golpe de Estado que acompañaron a los de la salud de Hamad bin
Khalifa.
Al menos
unos tres rumores se han desatado en los últimos cuatro años (agosto de 2009,
marzo y diciembre 2011, abril 2012), y produjeron algunos análisis sobre las
contradicciones internas entre los miembros de la familia gobernante del
emirato. Llamó la atención el rumor de golpe (en plena fiebre revolucionaria
árabe) en diciembre de 2011, el cual fue acompañado por un aumento del 60% del
salario para los empleados públicos y 120% para el sector militar de esa
monarquía absoluta.
Por otro
lado se identificaba una diferencia de visiones entre el Emir, Jeque Hamad bin
Khalifa Al Thani y su primo el Primer Ministro Jeque Hamad bin Jassim bin Jabor
Al Thani, siendo el Jefe de Estado más pragmático y con relaciones de amistad
con todos los países aunque fueran antagónicos entre sí (claro ejemplo las
relaciones con su vecino Irán y su protector Estados Unidos), mientras que el
Primer Ministro, apenas bisnieto del fundador de Qatar, nunca ocultó su
simpatía con los países de la OTAN, fue la cara visible de la intervención
qatarí en Libia y ahora en Siria, así como embajador de la fortuna Al Thani en
Europa.
Una segunda
contradicción se identifica entre los tradicionalistas y modernistas. Un ala
tradicional ve con malos ojos la apertura cultural del Emirato, principalmente
el papel activo de la Primera Dama, Jequesa Moza Al Misnad, segunda esposa de
Hamad (única con labor pública) y madre del príncipe heredero así como de la
también activa Jefa de la Oficina del Emir, la joven Jequesa Hint.
La prensa
europea, especialmente la británica, precisamente destaca esta contradicción
dentro de un posible giro que daría Tamim hacia un gobierno más
conservador, dada su excelente relación
del heredero con la Hermandad Musulmana. Con ello también se deduce un papel
más activo en el conflicto de Siria, siguiendo la misma línea de su predecesor
Hamad bin Jassim bin Jabor.
Tamim bin
Hamad Al Thani nacido en 1980 y formado como su padre en la escuela militar de Sandhurst
en Gran Bretaña, es el segundo hijo de Hamad con Moza y asumió en 2003 como
Príncipe Heredero al renunciar su hermano mayor Jassim por razones aún
desconocidas.
Desde ese
momento ha tenido una activa carrera dentro de la administración pública, como
presidente del Comité Olímpico de Qatar y miembro del COI, presidente del
Consejo Supremo de Educación, Presidente de la Junta del Consejo Supremo de
Información y Telecomunicaciones, entre otros cargos.
Pese a la
juventud de Tamim, ha tenido gran experiencia en el mundo diplomático, cuando
actúa como en enviado del Emir o como “vice Emir” (Naib Al Amir en árabe; Deputy
Emir, en inglés) durante las vacaciones del titular. Destaca su visita a
Irán en febrero de 2010, en momentos que
más se rumoreaba un conflicto entre EEUU y el país persa, con Qatar como
principal blanco al alojar la base aérea norteamericana que sirvió para los
ataques aéreos en Irak y Afganistán.
El Príncipe
Tamim no ha demostrado grandes diferencias políticas con su padre y los temores
de que sea más conservador que el actual Emir, quizás quede en medidas
“cosméticas” como la restitución del árabe como idioma principal en la
Universidad de Qatar. Pero la política económica de apertura a las inversiones
pero con participación nacional, la modernización en infraestructura, el
posicionamiento internacional a través de la adquisición de compañías y de
tierras en el exterior, su participación en el conflicto de Siria a favor de la
oposición rebelde, su labor para consolidar el gobierno libio, permanecerá.
La
organización del Mundial de Fútbol en 2022 y su perenne aspiración a ser sede
olímpica (aspiración lanzada personalmente por Tamim) acelerarán irreversiblemente
al país más rico del Mundo a una apertura cultural. La deficiencia en mano de
obra calificada, generalmente proveniente de Occidente también es un
catalizador para que las restricciones de origen islámico se relajen.
No se
percibe grandes cambios en el apoyo de Qatar a la causa Palestina, pues en el
año 2011 en el Foro de Doha, el Príncipe Tamim urgió a presionar más a Israel
para implementar las convenciones internacionales pertinentes a ese problema.
No obstante, el apoyo a Hamas y Hezbollah mostrado por Qatar, pudiese ser
suspendido gracias a la amistad del Heredero con los Hermanos Musulmanes, de
confesión más sunita.