Prof. Carolina Abrusci
Para
el chavismo, tanto en el plano interno como en el internacional, todo es
condicional. Deberían ir calculando que sin “real” se pierde fuerza, mientras
esa ambigüedad hace ruido. Muchos habrán recordado ayer a un Nicolás Maduro (Ex-Canciller)
que, en el caso de Honduras (2009), argumentaba que la aplicación Carta
Interamericana era una necesidad y un avance. En el actual contexto, la Carta
Interamericana es, según recientes declaraciones del Presidente venezolano, una
entelequia y una herramienta imperial. ¿Y entonces?
El
Secretario General de la OEA, Luis Almagro, trajo al debate la aplicación de la
Carta Democrática Interamericana con respecto al caso de Venezuela, y hoy la
región se enfoca en una crisis que cada quien evalúa desde sus zapatos. A continuación
algunos datos interesantes en relación a este histórico hecho:
- Es
la primera vez que se llama a la aplicación de la Carta Democrática
Interamericana por iniciativa del Secretario General. En pasadas oportunidades
se solicitó siempre por iniciativa de los Estados. En esta oportunidad, Almagro
publicó una carta dirigida al Embajador Juan José Arcuri, Representante
Permanente de Argentina ante la OEA y Presidente del Consejo Permanente,
explicando la situación de la República Bolivariana a través de un informe de
132 páginas que se convierte en una radiografía del drama que vive Venezuela,
evidenciando la existencia de una situación (en materia social, institucional,
política y económica) que altera gravemente el orden democrático, y que en ese
sentido hace viable –y necesaria- la aplicación de la Carta.
- Luis
Almagro y Nicolás Maduro hoy se enfrentan pero la verdad es que compartieron
escenarios, simultáneamente, desde las Cancillerías de sus
respectivos países. Han trabajado en conjunto y sus desempeños tuvieron
sintonía en no pocas oportunidades durante las administraciones de Hugo Chávez
y José Mujica, por razones obvias. Hoy difieren en sus posiciones y las
declaraciones han llegado a tocar incluso el plano personal.
- José
Mujica, liderazgo respetado por las filas del chavismo y de la izquierda en la
región, se ha pronunciado señalando diferencias con ambas partes. Manifestó
desacuerdo con la actuación de Almagro –quien fue su Canciller- y también ha
señalado que Maduro “está loco como una cabra”. Sin embargo, ha negado que el
primero actúe como un “lacayo del imperio”, como desde el gobierno venezolano
se ha pretendido señalar. Mujica asegura que Almagro “no es ningún traidor, es
un abogado, esclavo del derecho”, mientras que a Maduro asegura tenerle gran
respeto. A pesar de esto, se separa de ambos, advirtiendo que “así no van a
llegar a nada”.
- Con
los cambios políticos que hubo recientemente en Argentina y Brasil, Venezuela
perdió dos grandes y poderosos aliados regionales. O puede que no. En el caso
argentino, Venezuela fue tema en la campaña del actual Presidente, Mauricio
Macri. Sin embargo, no son pocas las polémicas que han circulado en relación a
Susana Malcorra, actual Canciller de Argentina, en relación al caso Venezuela.
Su aspiración a la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas se
ha convertido en una prioridad para la política exterior argentina, y traer un
tema tan espinoso y costoso como el de Venezuela supondría sacrificar un aliado
importante que comprometería la fabulosa hazaña de llevar a la primera mujer a
esta instancia en siete décadas de historia. Malcorra ha sido Jefa de Gabinete
del Secretario General de la ONU, y es veterana en dicha organización. Su
candidatura ya es un hecho confirmado. Su consolidación como sucesora de Ban
Ki-moon necesitaría del apoyo de Venezuela, país que actualmente es miembro del
Consejo de Seguridad. Es por ello que la crisis actual sólo complica sus
cálculos y escenarios.
- El
gobierno venezolano sigue contando con importantes apoyos en la región, aunque
muchos de ellos han perdido la fuerza que solía caracterizarlos, como por
ejemplo en el caso de los países del Caribe. Por un contexto determinado
preserva –a su manera- la complicidad de un país como Argentina. Pero incluso
en las declaraciones de Marco Albuja, Representante de Ecuador ante la OEA,
hubo una especie de disonancia generada por el respaldo que se supone debería
haber con la administración de Maduro, frente al énfasis en la necesidad de un
“diálogo entre partes” que conduzca a una “paz duradera, estabilidad política e
inclusión social”. La propuesta de Venezuela ayer quedó en segundo plano, eso
no era posible en otros tiempos. La realidad venezolana se posicionó en el
tapete y ya es reconocida por todos, aunque el gobierno de Maduro sigue ganando
tiempo frente al mundo, mientras los venezolanos lo pierden frente a la crisis.
- La
acción de Almagro le da un respiro a la OEA pero en el
debate se evidenció que la apuesta en torno a este tema se ha hecho desde
UNASUR. En muchas posiciones se observó el respaldo a las gestiones de los Ex-Presidentes
Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández y se reconoció el esfuerzo mediador
que han hecho. Pero incluso UNASUR atraviesa sus propias turbulencias.
- Ayer,
sea como sea, se evidenció que la situación de Venezuela no es ni puntual, ni
minúscula, ni coyuntural. Se trata de una crisis sin precedentes, interna, pero
que no puede dejar de tener relevancia e importancia para la región. El
Ejecutivo pisotea a las demás instituciones del Estado y ha abandonado el
sendero democrático con sus actuaciones en reiteradas oportunidades. La
población venezolana pasa hambre y angustias tanto por la escasez como por la
inseguridad desbordada. Ya viene siendo hora de aplicar esas rimbombantes
declaraciones y pronunciamientos que emanan de los espacios diplomáticos y que
lucen muy bien en el papel, pero muy pocas veces se observan en la realidad
práctica. Ayer sólo le dieron largas al asunto. Lamentablemente realidad se los
comerá a todos: al gobierno y a la región. Y evidentemente, a Venezuela, por la
acción y omisión de su gobierno... y la complicidad del Mundo.
Publicado originalmente en KonZapata.com
@caroabru
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