Prof. Mirna Yonis
El domingo 25 de octubre coinciden diversos procesos
electorales en tres subregiones del Continente
Americano:
El Caribe, la primera vuelta de elección presidencial
combinada con elecciones municipales y locales en Haití. Un segundo paso en un
calendario electoral que ha estado marcado por
los problemas de gobernabilidad y por la cuasi estructural crisis
humanitaria, así como de una tensa relación bilateral con República Dominicana
derivada de la aplicación de políticas migratorias.
Centroamérica, la segunda vuelta de la elección
presidencial en Guatemala, país donde aún están latentes los hechos que
llevaron a la renuncia de la Vicepresidenta y Presidente de la República y el
inicio de un proceso de enjuiciamiento basado en hechos de corrupción.
Sudamérica. Por una parte, las elecciones
Presidenciales y Legislativas en Argentina, precedida de un proceso de
primarias en el mes de agosto, las cuales significan cambios en lo que se
denominó el “Kichnerismo”. Por la otra, los comicios locales en Colombia
conducirán a la elección de gobernadores, alcaldes, Diputados, Concejales y
Ediles, se desarrollarán en un contexto
de definiciones operativas muy importantes de la Paz Transicional convenida
entre el Gobierno y las FARC.
Cada uno de estos comicios es administrado por
su respectivo organismo y normativa electoral, con particularidades internas
sobre las semánticas discursivas de la Democracia y participación, los tiempos
de escrutinio, emisión de boletines y proclamación de ganadores, pero también
en el relacionamiento con las Misiones de Observación Electoral (MOEs)
particularmente de la Organización de Estados Americanos (OEA). En tal sentido la complejidad de los procesos
domésticos-nacionales y regionales en materia electoral se suman a las ya
manifiestas tendencias divergentes y de confrontación acerca de la
participación de nuevos mecanismos regionales de observación de los procesos
electorales.
La tendencia de acompañamiento ciudadano
(Argentina) y acompañamiento electoral (Venezuela) con poca corporeidad
institucional en un contexto subregional, necesariamente conducirán a una
evaluación del formato de las MOEs pero
igualmente plantea retos para las organizaciones políticas y de la sociedad
civil de varios países que se ven “desguarnecidas” de mecanismos nacionales e
internacionales garantes de la participación y libertades democráticas.
En cualquier caso, el desarrollo de cada caso
permitirá evaluar los resultados y formular otras apreciaciones de los procesos
electorales. Para este domingo 25, observamos una cierta “lógica” en la
concentración de la cobertura informativa: primero en Sudamérica, con Argentina
y Colombia, seguido de Centroamérica con
Guatemala, pero nuestro “foco” estará sobre la región de El Caribe, es decir
sobre Haití.
@mirnayonis