Victor Hugo Matos
Ahora,
habiendo entendido esto, resulta fácil comprender que aquellos países con redes
de inteligencias desarrolladas y enfocadas en tareas más allá del espionaje
clásico, logran mediante estas, llenar los vacíos de información a los que se
enfrentan las personas encargadas de formular la política exterior de dichos
Estados; para lo que claramente, es necesario que exista una correcta
comunicación entre los que formulan la política exterior y los que recaban y
analizan la información.
En
el caso de Venezuela, el modelo de inteligencia se mantiene bajo la concepción
clásica enfocada exclusivamente en la seguridad nacional, con una alta
participación en las estructuras de seguridad interna del tipo policial (al
menos en su rama civil), lo que impide que se puedan generar una estructura
eficiente de análisis de inteligencia y limita la operatividad práctica de
organismos como el SEBIN a simples acciones policiales.
Resulta necesario entonces repensar el modelo inteligencia venezolano, adaptándolo a las necesidades de la política exterior y a las dinámicas de seguridad regional y mundial.