martes, 8 de julio de 2014

Irak, otra vez: Intriga, petróleo y guerra


Dr. Kenneth Ramírez

A principios de junio de 2014, justo cuando la producción petrolera iraquí alcanzaba 3,18 millones de barriles diarios (MMBD) según la OPEP, excediendo los niveles de la Era Hussein; el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Levante (por sus siglas en inglés, ISIS) invadió el país desde Siria hasta tomar Mosul –la segunda ciudad más importante- y varias localidades del noroeste, colocando bajo amenaza a la propia Bagdad. El Ayatollah iraquí Alí al-Sistani dictó una fatwa –edicto islámico- en la ciudad santa de Kerbala, llamando a los shiítas a la yihad -guerra santa- para defender el país. La sombra de una nueva guerra civil entre sunitas y shiítas, tan sangrienta como la que estalló después del atentado a la Mezquita Dorada de Samarra en 2006, vuelve a asomarse en Mesopotamia.

Todo esto resulta bastante sospechoso, en tanto que, Abubaker al-Bagdadi –jefe del ISIS-había rechazado varios llamados del Emir de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, para que abandonara la guerra civil siria desde 2013 y se concentrara-como ahora hace- en Irak para el establecimiento de un Califato Islámico; lo cual llevó incluso a que Al-Qaeda emitiera un comunicado en febrero de 2014 donde desconoce al ISIS y afirma que su único afiliado en Siria es el Frente Al-Nusra. Quizás la respuesta la encontremos en los otros grupos que están luchando al lado del ISIS en Irak: las tribus del “Consejo del Despertar Sunita” –aliados de EEUU en la lucha contra Al-Qaeda en Mesopotamia desde 2007 hasta su retirada de Irak en 2011-, el “Consejo de Insurgentes de Al Anbar” y antiguos miembros del Partido Ba’ath de Saddam Hussein. Estos grupos sunitas tienen estrecha relación con Arabia Saudita, y su jefe de inteligencia Yusef bin Ali al-Idrisis. Esto explica por qué un miembro no identificado de la Administración Obama, manifestó recientemente,el deseo de EEUU de que Riad“deje de financiar a los yihadistas”.

Durante el último año, Arabia Saudita ha estado muy preocupada por varias cuestiones: 1) El avance de las negociaciones nucleares entre EEUU e Irán, que puede llevar en última instancia a una alianza y a un considerable aumento de la producción petrolera persa; 2) La relativa autonomía energética de EEUU debido a la “Revolución de Esquistos”; 3) El vertiginoso aumento de la producción petrolera de Irak, que lo ha convertido en segundo productor OPEP y cuya meta de alcanzar 6 MMBD en 2017 amenaza el liderazgo saudita; 4) Un posible descenso del petróleo desde los niveles de 100 $/Bl, si todo esto llega a producirse.

De manera que, una invasión de ISIS desde Siria a Irak beneficia mucho a Arabia Saudita, ya que prepara la eclosión de un nuevo orden regional y petrolero bajo sus propios términos. Además, el Primer Ministro iraquí Nouri al-Maliki ha irritado a Riad, ya que ha desplegado una política sectaria para perpetuarse en el poder -privilegiando alianzas con partidos shiítas e Irán- dejando de lado a los sunitas aliados de Arabia Saudita -que antes gobernaban con Saddam Hussein.

A pesar de lo altamente impredecible del devenir de este conflicto que tiene fuertes vinculaciones con actores externos, al tomar en consideración el elemento sectario, luce probable que se produzca un estancamiento como ocurre en Siria, donde ni ISIS logre avanzar a Bagdad ni logre ser aplastado por Maliki. En este sentido, la producción petrolerairaquí concentrada en los campos del sur del país de mayoría shiíta, y sus exportaciones desde terminales en el Golfo Pérsico, probablemente no resultarán afectadaspor el conflicto en el corto plazo, aunque puede verse impactada su capacidad para llevar a cabo sus ambiciosos planes de expansión. Los riesgos más importantes podrían venir de sabotajes y actos terroristas, una gestión poco eficiente y transparente, así como posibles brotes anárquicos en el sur si el esfuerzo bélico genera un vacío de seguridad.

Incluso una eventual toma de Bagdad por ISIS tendría efectos limitados. En el peor de los casos, podría afectar las exportaciones si los yihadistas son capaces de alterar los flujos de agua hacia el sur, importantes para la producción petrolera y la generación eléctrica. Además, la pérdida de la sede de gobierno generaría problemas de gestión en el corto y mediano plazo.A pesar de todo esto, debido a las expectativas, el crudo Brent subió más de 4 $, llegado a precios puntuales de 113-115 $/Bl en junio, sobre el rango 105-110 $/Bl en el que ha estado en 2014.

El Kurdistán iraquí merece tratamiento aparte. Aprovechando el ataque de ISIS, el Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) utilizó su brazo armado -los peshmergas-, para tomar la ciudad de Kirkuk, donde se encuentra el yacimiento petrolero más grande del norte con 8,7 millardos de barriles. Aunque tiene una infraestructura muy dañada y requiere inversiones considerables, en tiempos de Saddam Hussein llegó a producir 650 mil barriles diarios, y por ello Bagdad alcanzó un acuerdo con la empresa BP para su reactivación en 2013, a lo cual se opuso el GRK. El Kurdistán iraquí produce actualmente unos 400 mil barriles diarios, y con esta adición podría aumentar su producción considerablemente. Los objetivos del GRK son alcanzar 1 MMBD en 2015 y 2 MMBD en 2020, ya que afirman tener recursos prospectivos por 45 millardos de barriles, por lo cual con Kirkuk, pasarían a tener más petróleo que Libia. Todo esto, ha alentado sus deseos de independencia. Hasta ahora, Turquía le ha permitido realizar las primeras exportaciones directas, y un primer cargamento partió en mayo pasado desde la terminal de Ceyhan, a pesar de las protestas de Bagdad y Washington. No obstante, aunque Turquía ve en esto un negocio lucrativo y una válvula de escape para su conflicto histórico con el Kurdistán turco, parece poco probable que apoyen su independencia.

En definitiva, se ha abierto un nuevoconflicto regional. La Administración Obama ha tenido que volver a reforzar su despliegue militar en el país en contra de sus deseos, anunciando el envío de un total de 775 soldados en labores de protección y asesoría en las últimas dos semanas, además de drones. Washington también ha hecho llamados para la conformación de un gobierno de unidad nacional, lo que en el fondo implica prescindir de Maliki. Todo esto, ha disgustado a Irán a pesar de tener en ISIS un enemigo común con EEUU. En consecuencia, la desconfianza ha empezado a perturbar lacomplicada mesa de negociaciones nucleares. De hecho, el Ayatollah Khamenei señaló desde Teherán, que la lucha en Irak no se trataba de shiítas contra sunitas, sino de “un Irak libre y uno dominado por Occidente”. Seguramente el Rey de Arabia Saudita sonrió al saber la noticia y recordó al Cardenal Richelieu: “Resulta mucho mejor matar con un cuchillo ajeno”.

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

jueves, 3 de julio de 2014

Revisitando 1914



Dr. Kenneth Ramírez
El pasado 28 de junio, se cumplió un siglo del asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Habsburgo –heredero del Imperio Austrohúngaro- en Sarajevo, lo cual desembocó en el estallido de la I Guerra Mundial. Cuatro imperios quedaron liquidados y el Imperio Británico quedó debilitado, dos potencias emergían por el Este y por el Oeste de una Europa destruida, alrededor de veinte millones de muertos, hambruna, auge de los extremismos, y como si fuera poco, una Paz de Versalles –tan utópica como miope- que condujo a la siguiente guerra aún más destructiva.
La larga sombra de la “Gran Guerra” se extiende hasta nuestros días para plantearnos algunos paralelismos inquietantes. Hoy, como entonces, las comunicaciones, el comercio y las nuevas tecnologías –el teléfono, el tren, el barco de vapor y la lámpara incandescente, entre otros- vivían una Edad de Oro –incluso llamada por algunos “primera globalización”. Sin embargo, nada de ello impidió el inicio de una gran conflagración como nunca antes había visto el Mundo, donde incluso se utilizaron por primera vez armas químicas.
Si en 1914 teníamos a Gran Bretaña como potencia hegemónica en declive relativo frente a Alemania como potencia emergente, hoy tenemos una historia similar con EEUU y China. De hecho, el “Pivote al Pacífico” de la Administración Obama en 2014, recuerda al “Compromiso Continental” de Gran Bretaña en 1914 –ambos orientados a crear un sistema de alianzas para fortalecer el statu quo-; así como el “Sueño Chino” de Xi Jinping en 2014, recuerda a la “Weltpolitik” del Káiser Guillermo II en 1914 -ambos obsesionados con la paridad estratégica con la potencia hegemónica.
La remembranza de 1914 se acentúa en Asia Oriental con la rivalidad entre China y Japón -que recuerdan al Imperio Alemán y Francia respectivamente, este último además, aliado del hegemón y una potencia regional declinante-; con las disputas territoriales; con el regreso del nacionalismo de la mano de Xi Jinping en China, Shinzo Abe en Japón y Narendra Modi en India; la competencia económica; las carreras armamentistas y la proliferación nuclear; la división de la Península Coreana; una obsesión con el prestigio; y la casi inexistencia de mecanismos de cooperación para resolver conflictos. La desconfianza y la política de poder están a la orden del día en la Asia de 2014, como lo estuvieron en la Europa de 1914.
Abriendo aún más el lente, se encuentra el Medio Oriente -los “Balcanes Globales”-, de los cuales depende cada vez más energéticamente Asia Oriental en general, y China en particular. El mapa de Medio Oriente fue redibujado después de la I Guerra Mundial siguiendo el Tratado Sykes-Picot de 1916, mediante el cual fue liquidado el Imperio Otomano, mientras Francia y Gran Bretaña como potencias coloniales se encargaban de gestionar conflictos y mantener las fronteras trazadas, que posteriormente constituyeron los actuales Estados. Asimismo, la Declaración Balfour de 1917, puso en marcha el proceso de creación de Israel en Palestina, dando origen a un conflicto que aún sigue abierto.
Después de la crisis de Suez en 1956, EEUU asumió el rol hegemónico en la región. Empero, hoy por hoy, un EEUU agotado y dubitativo tras las guerras de Irak y Afganistán, ha hecho que el “Orden de Sykes-Picot” luzca insostenible. El vacío de poder ha sido ocupado por potencias regionales como Irán, Arabia Saudita y Turquía, grupos terroristas y movimientos islámicos. De hecho, durante la reciente invasión del grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Levante –ISIS, por sus siglas en inglés- a Irak desde Siria, los yihadistas han colocado como etiqueta en Twitter “fin de Sykes-Picot” (#SykesPicotOver), cuestionando las fronteras existentes –más específicamente, la existencia de Siria, Irak, Jordania, Líbano e Israel- con su proyecto de construcción de un Califato Islámico en el Mediterráneo Oriental. En todo caso, las alianzas de estos diversos actores regionales con potencias globales, señalan los riesgos de escalada global de un conflicto local, tal como sucedió en 1914 con los Balcanes.
Mucho hemos progresado desde 1914, y la existencia de armas nucleares como elemento destructivo y disuasivo a la vez, invita a pensar que los altos costos de una guerra a gran escala la hacen absolutamente irracional. Sin embargo, siempre resulta necesario revisitar las lecciones del pasado para construir un Mundo más seguro. No olvidemos que meses antes del estallido de la I Guerra Mundial, los principales actores políticos involucrados consideraban el desastre inminente como “imposible”; y la opinión pública europea en la “Era Eduardiana” creía que la guerra era una “reliquia del pasado”, ya que el último conflicto a gran escala en Europa había sido zanjado en el campo de batalla de Waterloo y los salones diplomáticos de Viena en 1815. Como ejemplo de ello, el escritor y político británico, Sir Norman Angell, publicó La Gran Ilusión en 1910, donde señalaba que una guerra entre Gran Bretaña y Alemania resultaba “impensable” e “irracional”, debido a su gran “interdependencia económica”. Esto nos lleva a concluir, que los mayores peligros pueden estar en el pensamiento utópico, en la complacencia de la opinión pública y la falta de un liderazgo político responsable.
Las Relaciones Internacionales como disciplina científica nació producto de los horrores de la I Guerra Mundial, que políticos, diplomáticos y académicos buscaban que no volvieran a repetirse; de manera que, los Internacionalistas como sus cultores, debemos invitar a reflexionar un día como hoy sobre los ecos de 1914 y los riesgos de repetir errores que nos lleven a un nuevo infierno.
@kenopina