Dr. Carlos A. Romero
Desde
el punto de vista internacional, la agudización de la crisis política en el
Medio Oriente, las dificultades para llegar a un acuerdo nuclear con Irán, el
alejamiento de Rusia de Occidente, las situaciones conflictivas en Palestina,
Ucrania y Siria, más los problemas de salud mundial y el renovado auge del
terrorismo han desplazado sustancialmente el caso de Venezuela en la agenda de
la seguridad de EEUU. A su vez, Washington se ha entendido con los gobiernos
nacionalistas, populistas y de izquierda en América Latina.
Al
Presidente Chávez le encantaba cuestionar y retar a los gobiernos de EEUU en
todos los frentes estimulando el trabajo de la izquierda estadounidense,
practicando lobby en Washington, tratando de influir en la academia,
promocionando la Revolución Bolivariana en los medios de comunicación de ese
país y desde luego haciéndose notar en el resto del Hemisferio.
Hugo
Chávez nunca quiso estabilizar las relaciones entre los dos países. A diferencia
de su predecesor, el Presidente Maduro sí ha dado muestras de querer normalizar
las relaciones que se encuentran en franco deterioro desde el año 2010, en un
momento en que ambos países retiraron a sus respectivos embajadores. La
diferencia está en que antes era más fácil y menos costoso incomodar a EEUU
porque el chavismo tenía más seguidores en el Mundo.
A
Venezuela se le hace ahora más difícil lograr -a pesar de su explícito deseo- un modus vivendi con EEUU. Es lo que se puede calificar como "un sueño imposible".
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