La
Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), en su Informe
Mensual del Mercado Petrolero del mes de abril de 2013, señaló que la demanda
petrolera mundial aumentará en +0,8 MMBD para ubicarse en 89,67 MMBD en 2013,
con 50% de este crecimiento debido a China. Además, el informe agrega que China
desplazará a EEUU como primer importador de petróleo a nivel mundial en 2014
–puesto que ocupa desde hace cuarenta años-. China importó 5,74 MMBD en febrero
de 2013 e importará alrededor de 6 MMBD a finales de este año, mientras las
importaciones de EEUU -que se redujeron en 21% en 2012- se ubicaron en 6,39
MMBD en febrero de 2013 y caerán por debajo de los 6 MMBD a finales de este año.
El informe también apunta que China tendrá que importar hasta el 60% de su
consumo petrolero este año.
Se trata de un cambio radical de
tendencia a partir de 2011, cuando EEUU importó 8,7 MMBD en comparación con China
que sólo importó 5,5 MMBD según cifras del Departamento de Energía de EEUU. En
2009, el petróleo representó menos del 20% del consumo energético total de
China, con la inmensa mayoría de su consumo de energía (70%) cubierto con carbón.
Los líderes chinos han entendido
desde hace tiempo, que el crecimiento exponencial de la dependencia del
petróleo importado crea vulnerabilidades. De hecho, muchos analistas creen que
Beijing ha realizado inversiones en puertos marítimos a lo largo del Océano
Índico siguiendo la llamada “estrategia de collar de perlas”, que está
orientada a aumentar la proyección de la Armada del EPL para proteger los
buques petroleros que transportan suministros a China desde el Medio Oriente,
África y América del Sur.
Por otra parte, el interés de China
en pretender reclamar soberanía sobre la mayor parte del Mar del Sur de China,
se relaciona en buena medida a las reservas de petróleo y gas que se calcula existen
en esas aguas. El Servicio Geológico de EEUU estima recursos prospectivos de
petróleo entre 5 y 22 millardos de barriles, y de gas natural entre 70 y 290
billones de pies cúbicos en el Mar del Sur de China. En efecto, ya que la
producción de los campos petroleros en tierra de Beijing ha alcanzado su pico de
producción, el país ha ampliado su exploración y producción costa afuera, la
cual actualmente representa alrededor de 15% de su producción petrolera total.
Al mismo tiempo, con EEUU aumentando
su autosuficiencia energética, y la demanda energética de la UE probablemente
manteniéndose estancada o incluso disminuyendo como resultado de una mayor
eficiencia y ahorro energético, el aumento de las energías renovables en la
matriz energética, y su lento crecimiento económico; China podría llegar a
tener una presencia dominante en el lado de la demanda del mercado petrolero
mundial. Esto se acentuará si las tasas de crecimiento económico de India no
son tan dinámicas como se esperan. Según cifras OPEP, en febrero de 2013, India
importó 2,45 MMBD de petróleo.
Llevando estas tendencias a un
escenario extremo, la dependencia de China del petróleo importado podría ser
igualada por la dependencia de los grandes países exportadores de petróleo
respecto a China como principal cliente. Así, mientras China seguiría
intentando diversificar sus importaciones petroleras desde muchos países, algunos
países exportadores correrían el riesgo de perder parte del atractivo mercado
chino.
Incluso Rusia es cada vez más
dependiente de China como un cliente para sus exportaciones de petróleo y gas,
debido a la debilidad de la demanda energética de la UE. Según un acuerdo
firmado entre la empresa petrolera nacional rusa Rosneft y la empresa petrolera
nacional china CNPC durante la reciente visita del Presidente Xi Jinping a
Moscú, las exportaciones petroleras rusas se triplicarán a cambio de un
préstamo por 2 millardos de dólares respaldado con suministro petrolero por 25
años. A partir de 2018, Rosneft ha acordado elevar sus ventas de petróleo a
China hasta alrededor de 1 MMBD.
Como resultado, China -que era el cuarto
mercado destino más grande del petróleo ruso en 2011 - se convertirá en el
principal cliente petrolero de Rusia en el próximo quinquenio. China ya se
convirtió en el mayor socio comercial de Rusia en 2010, y en 2011 el comercio
bilateral alcanzó un máximo histórico de 80 millardos de dólares.
Rusia es el mayor exportador de
energía del Mundo y su economía sigue siendo muy dependiente de estas ventas. En
2012, el petróleo y gas natural representaron el 70% de las exportaciones de
Rusia y más de la mitad de su presupuesto gubernamental, por encima de la
década de 1990, cuando el petróleo y el gas natural representaron alrededor del
50% de las exportaciones del país. En total, las materias primas representan 92%
de las exportaciones de Rusia, lo cual denota su vulnerabilidad económica como
potencia global re-emergente.
Con la revolución del petróleo y gas
de esquisto en América del Norte y la mayor producción petrolera de Irak en la
presente década –duplicará su producción hasta alcanzar 6,1 MMBD para 2020-, la
posición de Rusia se torna aún más precaria. En este sentido, Rusia se está
convirtiendo cada vez más, en el socio menor favorito de China. Beijing lo
sabe, y por eso intenta no herir las susceptibilidades de Moscú con gestos
diplomáticos como la visita de Xi Jinping al Kremlin en su primer viaje al
exterior.
Venezuela debe tomar nota respecto a
todo esto. PDVSA se ha planteado elevar el suministro petrolero a China desde
640 MBD en 2012, hasta 1 MMBD en 2015 -27,1% de exportaciones proyectadas,
transformándose a partir de ese momento en nuestro principal cliente- y 2 MMBD
en la década de 2020 -35,7% de exportaciones proyectadas-; todo esto con
mayores costos por flete respecto a otros mercados más cercanos. Para ello, además,
PDVSA se dispone a ampliar la producción de la empresa mixta Sinovensa (área
Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco) y desarrollar la nueva empresa
mixta PetroUrica (bloque Junín 4) junto a CNPC, así como explorar la
posibilidad de desarrollar nuevas empresas mixtas (en los bloques Junín 10-Sur, Junín 1 y Junín
8) con empresas petroleras chinas e invertir en 3 refinerías en el país
asiático (Jie Yang, Weihai y Shanghai) con una capacidad combinada de 800 MBD.
El nuevo gobierno venezolano que
surja de las elecciones del 14-A, debe buscar equilibrar los planes petroleros
de PDVSA, sopesando los costos y riesgos de colocar demasiados huevos en la
canasta china.
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