domingo, 12 de octubre de 2014

Brasil entre la razón y el sentimiento


Embajador (r) Julio César Pineda

La segunda vuelta en la elección presidencial de Brasil enfrenta a los tradicionales movimientos políticos de centro derecha, el Partido Social Demócrata Brasileño y en la centroizquierda el Partido de los Trabajadores. La ventaja de la candidata del PT, Dilma Rousseff, es menor a 8 puntos ante el candidato del PSDB, Aécio Neves. 43 millones de brasileños se manifestaron por la continuidad del proyecto del expresidente Lula y Rousseff mientras que más de 50 millones lo hicieron por el cambio y por la oposición. Preocupados Lula y Rousseff apenas lo separa 9 millones de votos entre el Gobierno y el candidato del PSDB, pero hay 21 millones de votos de Marina Silva la candidata ecologista que podrían decidir. Todo depende de la evaluación final de los 12 años de gobierno del PT. Por sexta vez el Gobierno entre el PT y el PSDB. Como en el 2010, la presidenta Rousseff tratará de derrotar en la segunda vuelta al compañero de partido de José Serra del PSDB, Aécio Neves.

Las encuestas se equivocaron cuando proyectaron como triunfantes en la primera vuelta a Marina y Dilma. Marina Silva llegó en varias oportunidades a sobrepasar a Dilma Rousseff en intención de voto con un mensaje renovador y su preocupación por el medio ambiente en un Brasil donde el tema ecológico es fundamental por su biodiversidad disminuida y por el ecocidio permanente de gobiernos de izquierda y de derecha, por eso le había renunciado a Lula cuando ejercía en el ministerio del Ambiente, pero también por la corrupción del régimen.

Como El País de España lo señaló "fue una auténtica montaña rusa de encuestas que subían y bajaban, reflejo de una campaña imprevisible e hipnótica, marcada por un accidente aéreo que lo revolucionó todo". 

A la ecologista Marina Silva le pasó lo mismo que en las elecciones colombianas cuando todos esperaban el triunfo del candidato de partido verde Antanas Mockus en el 2010 en contra de Santos. En ambos casos terceras vías con un mensaje nuevo frente a la corrupción y frente a la violencia contra el hombre y contra la naturaleza. Ambos candidatos habían sido la esperanza para los verdes del continente que como en Europa quieren convertirse en fuerza determinante en los destinos nacionales. Antanas y Marina hicieron extraordinarias campañas y entusiasmaron a las nuevas generaciones, pero fueron víctimas de su idealismo galopante sin estructuras partidistas y sin especialistas de marketing político. En Brasil tanto el PT como el PSDB son formaciones con estructuras solidas con financiamiento permanente, con experiencia de gobierno y con el necesario pragmatismo de la lucha política. En el caso colombiano se le acusó al candidato de ateo en un país evidentemente católico y a Marina se le estigmatizo por su pertenencia a la iglesia Evangélica y su posición conservadora. Los golpes bajos y el fantasma del miedo de los dos grandes partidos fue palpable en los mensajes propagandísticos, el objetivo era destruir la esperanza que representaba Marina Silva. Una de las propagandas presentaba una familia brasileña, a quien si ganaba Silva se le quitaría su trabajo, su educación y su comida, de la misma manera se presentaba el peligro para los nuevos derechos humanos, los matrimonios del mismo género y el tema de la homosexualidad. Igualmente, el candidato Aécio Neves centró su crítica en la ecologista para sacarla del juego con el permanente señalamiento del pasado político de Silva y su afinidad con el PT y con el proyecto de Lula, incluyéndola en los fracasos frente a la inclusión de la clase media y la corrupción continuada de los gobiernos anteriores.

Los jóvenes en esta primera vuelta, y en la segunda determinaran la elección, porque el 35% de los electores tienen entre 16 y 34 años y fueron los primeros en salir a las calles para oponerse a las políticas del partido de gobierno, incluso a pesar de su amor al fútbol, por la corrupción e inoportunidad de la Copa Mundial de la FIFA 2014.

Precisamente acaba de salir un libro escrito por un equipo de periodistas de investigación brasileños "El lado sucio del fútbol", con una investigación donde el lavado de dinero, la evasión fiscal, el nepotismo, la manipulación de deportistas en campañas políticas y el tráfico de influencias ensombrecen al balompié carioca.

Como en Hong Kong y en tantas partes de mundo, y así en Brasil los jóvenes son los nuevos indignados. La llamada "generación online" están llamados a decidir el destino de los países y los gobiernos deben escuchar.

En Brasil frente a la emocionalidad de las mujeres candidatas y la confrontación entre ellas, Aécio Neves supo imponer el lenguaje de la razón como activo deportista del surf, su eslogan fue aprovechar la fuerza del viento y del mar para montarse en "la ola de la razón frente a la ola del sentimiento". 

Importante lo que van a decidir los 39 millones de electores abstencionistas, más allá de la decisión de Marina Silva y de los partidos que la apoyaban.

Seguiremos interesados en estas elecciones porque lo que pasa en Brasil influirá en toda la geopolítica latinoamericana.

Publicado originalmente en El Universal

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