Embajador (r) J. Gerson Revanales
A dos semanas de haber concluido la VII Cumbre de las Américas, podemos
hacer un análisis post mortem para evaluar más que los resultados, sus
consecuencias repercusiones en impactos en las relaciones intergubernamentales y
extra regionales.
Ab initio podemos afirmar que la democracia como un conjunto de principios
y valores quedo de lado ante la realpolitik dominada por los intereses crematísticos
de cada uno de los países asistentes, comenzando por la Cuba fidelo-comunista
que es diferente a la de Raúl, quien resultó un revisionista al igual que Tito
en Yugoeslavia; Deng Xiaoping en China; Imre Nagy en Hungría y Władysław
Gomułka en Polonia, al apartarse o distanciarse de las teorías ortodoxas del
marxismos.
Durante el encuentro en Panamá vimos como ninguno de los Jefes de Estado
o Gobierno ante la presencia de Raúl Castro se preocupó, no de recordarle al recién
invitado de los cientos de miles de cubanos que murieron fusilados o en busca de
la libertad ya que eso sería aguarle la fiesta de bienvenida, sino de reiterarle
al invitado de los compromisos de los asistentes con el sistema democrático y
de sus elementos fundamentales como son: el respeto a los Derechos Humanos y
las libertades fundamentales; la celebración de elecciones como expresión den
la soberanía; el régimen plural de partidos; y la separación e independencia de
los poderes públicos con plena autonomía en sus actuaciones. La gran paradoja
de este rendez-vous está en que la Cuba comunista pasa a formar parte de las
Cumbres de las Américas, instancia presidencial de la OEA, pero
contradictoriamente este recién llegado, no forma parte de la OEA, por no reconocer
la democracia como sistema político.
En cambio, la diplomacia de los negocios, que en su sentido más laxo va más
allá de la comercial, salió victoriosa. Esta semana el gobernador de Nueva York,
Andrew Cuomo, viajó a La Habana con una delegación de representantes de grandes
empresas como MasterCard, Blue Jet, farmacéuticas, y productos agrícolas. El
Papa y Hollande anuncian sus visitas a Cuba, mientras que el Canciller de Cuba
viaja a Paris; y la UE -el principal inversor en Cuba- reanuda el diálogo
político con La Habana para mejorar las relaciones.
Definitivamente en una evaluación post mortem de la Cumbre, los Derechos
Humanos y la democracia perdieron; la diplomacia crematística salió ganadora,
pero Maduro parece no entender nada al anunciar la construcción de nuevas cárceles
para los empresarios, no así a los corruptos con cuentas en Andorra.
@grevanales
No hay comentarios:
Publicar un comentario