Dr. Luis
Daniel Álvarez V.
La Unión Europea, independientemente de los problemas que pueda tener,
ha irrumpido como un modelo a seguir en cuanto a libertades, democracia y
cultura. Los avances tecnológicos son palpables en la medida en que la participación
se manifiesta de muchas formas, incluso a través de la inserción de la sociedad
civil y de individuos que tienen peso y son escuchados de manera regular.
Uno de los mecanismos que mayor reflexión y estudio merece es el
Parlamento Europeo una compleja instancia que tiene entre sus atribuciones
generar normativas que engloben y dinamicen a la organización, para lo cual los
integrantes se esmeran en generar propuestas que puedan debatirse, aprobarse y
aplicarse. La estructura es amplia y compleja, al punto de que los integrantes
por Estado están determinados por el número de habitantes del país al que
representan, comprendiéndose entonces las razones por las que, por citar
algunos casos, Alemania elige 96 parlamentarios, mientras que Malta y Luxemburgo
tienen 6 cada uno.
Además de un número relevante de comisiones, funcionan de manera
permanente diversos grupos parlamentarios que se agrupan desde una perspectiva
ideológica, más allá de la nacionalidad de sus miembros, dotando de sentido
discursivo y filosófico las propuestas.
Todo ello nos lleva a entender que gran parte del desarrollo europeo
estriba en poseer grandes niveles de institucionalidad. Al observar este
ejemplo, cabría preguntarse por el Parlamento Latinoamericano desde la
perspectiva de un escenario en el que es factible hablar de democratizar la
región, vigilar la endeble situación de derechos humanos que existe en algunos
países del continente, estudiar la factibilidad de los mecanismos de
integración y formular políticas de circulación académica y cultural. El gran
reto pasa por tener un ente legislativo activo, concreto y con unas funciones
que logren ir más allá de lo estrictamente formal y se convierta en una
institución obligante para los países.
Para poder impulsar esas políticas y lograr concretar el anhelo de un
Parlamento Latinoamericano similar al europeo, es necesario elegir unos
diputados trabajadores y conocedores de la situación internacional. Sin
embargo, hasta el momento no hay fecha fijada para los comicios e incluso ciertas
voces han manifestado el deseo de eliminar la elección directa de los
parlamentarios, lo cual además de constituir un retroceso, pues Venezuela fue
de los países que primero eligió a los funcionarios, no es más que una grotesca
bofetada a la participación popular. Pueden muchos temer que la votación
nacional evidencie que cada día las fuerzas de la alternativa democrática
crecen y el Gobierno desciende vertiginosamente, además que con una votación
considerable la oposición tendrá mayoría en el Grupo Venezolano pudiendo
aprovechar el escenario para seguir desenmascarando a un gobierno cuya gestión
se ha sustentado en el miedo, la represión y la violencia.
@luisdalvarezva
No hay comentarios:
Publicar un comentario