Embajador (r) J. Gerson Revanales
Una de las oportunidades que presenta las elecciones parlamentarias, es
un cambio en la composición de la Asamblea Nacional entre ellos el control sobre
la política exterior. John Locke, en su Tratado
sobre el Gobierno Civil (1689), y posteriormente Montesquieu, en El Espíritu de las Leyes (1748),
propusieron la división de los poderes del Estado, a efectos de establecer un
equilibrio entre estos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); el objetivo de Montesquieu
fue establecer contrapesos entre los poderes; advirtiendo que el Poder
Legislativo no podía convertirse en un ente superior, que impidiera la acción
de gobierno, pero sí consideraba necesario que pudiese examinar cómo se
cumplían las leyes que el ejecutivo promulgaba, ejerciendo así, el control
político.
Según el Art. 187 de la Constitución de Venezuela, al Poder Legislativo,
le corresponde “ejercer funciones de control sobre el gobierno y la
Administración Pública”; según el Art. 222, la Asamblea Nacional ejercerá su
función de control mediante los siguientes mecanismos: 1) las interpelaciones,
2) las investigaciones, 3) las preguntas, 4) las autorizaciones y 5) las
aprobaciones parlamentarias; y en el Art. 223 se indica que la Asamblea o sus Comisiones
podrán realizar las investigaciones que juzguen convenientes en las materias de
su competencia. Atendiendo a los propósitos de equilibrio y control en materia
de política exterior, se cumplen cuando la Asamblea Nacional autoriza el
nombramiento los jefes de misiones diplomáticas y aprueba por ley los tratados
o convenios internacionales que celebre el Ejecutivo Nacional, salvo las
excepciones previstas en la Constitución.
Un cambio en la composición de la Asamblea Nacional, permitirá a la Comisión
Permanente de Política Exterior cumplir con una de sus funciones primordiales
como es la de interpelar al Ministro de Exteriores; algo que hasta la fecha en
15 años, nunca se ha realizado.
Esperemos que a partir de enero, la Comisión Permanente de Política
Exterior, pueda interpelar a la Canciller Delcy Eloina Rodríguez sobre: el porqué
de la injerencia cubana; de la carrera armamentista; de porqué durante 14 años
se dejó de lado la reclamación del Esequibo; de cuál es la situación de los más
de 2500 acuerdos firmados desde 1999, muchos de los cuales seguramente no tuvieron
razón de ser firmados, otros nunca entraron en vigencia o fueron aprobados por
la Asamblea Nacional, lo que hace de estos una tela de araña para su
seguimiento e instrumentación y un peligro para nuestro interés nacional.
@grevanales
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