martes, 26 de abril de 2016

El fracaso de Doha


Dr. Kenneth Ramírez

Todo estaba dispuesto. Con gran esfuerzo diplomático, 18 delegaciones de países OPEP y No OPEP que representaban alrededor de 50% de la producción petrolera mundial, se reunieron en el lujoso Hotel Sheraton de Doha el pasado 17 de abril. La noche anterior cuando intercambiaron saludos y el primer borrador del texto, lucía casi como un trámite, hacer definitivo y extensivo al resto de los asistentes, el frágil acuerdo alcanzado en la misma ciudad hacía un mes entre Arabia Saudita, Rusia, Venezuela y Qatar para congelar la producción en los niveles de enero. Sobre todo porque la mayoría de los involucrados no podía aumentar la producción, y Arabia Saudita -único con capacidad ociosa- había mostrado recientemente su disposición a firmar el acuerdo sin Irán, contrario a lo que planteó inicialmente. Esto era clave, ya que Irán mantenía su tajante rechazo a sumarse al acuerdo, porque desea recuperar el nivel de producción que tenía antes de sufrir las sanciones en 2011. En todo caso, la mayoría de los analistas coincidíamos en que el congelamiento apenas ayudaría a mejorar las expectativas y consolidar un piso en 40 $/Bl, pero no corregiría la situación de exceso de oferta.

No obstante, a las 3 de la mañana –horas antes del inicio formal de la reunión-, el joven Príncipe heredero Mohamed bin Salman –hijo favorito del Rey y nuevo hombre fuerte del Reino conocido en los corrillos diplomáticos como “MbS”- llamó a la delegación saudita encabezada por el Ministro Alí Al-Naimi y le ordenó regresar a Riad. Naimi permaneció en Doha para expicar que Irán –que apenas había enviado observadores- debía ser incluido o no podría firmar el acuerdo definitivo. Es decir, retomaban su posición de febrero. El Ministro Eulogio del Pino, dijo: “Desafortunadamente, quienes representaban a los sauditas no tenían autoridad para decidir sobre nada. Fue una decisión puramente política. Todos estaban decepcionados”. El Ministro de Energía ruso, Alexander Novak, manifestó sorpresa y disgusto. Incluso las petro-monarquías –aliados cercanos de Riad- mostraron perplejidad. ¿Cómo puede explicarse entonces la conducta saudita?

En primer lugar, debemos decir que el Príncipe MbS, ha hecho sentir su autoridad como nuevo máximo responsable de la política exterior y petrolera, así como su ya famosa temeridad. El octogenario Ministro Naimi –que ocupa el cargo desde 1995- tendrá ahora el rol de consejero y negociador, con mucha menor autonomía que en el pasado. Si se siente cómodo o no, es irrelevante, su jubilación se acerca.

En segundo lugar, es necesario apuntar que el Príncipe MbS es un avezado lector de El Arte de la Guerra de Sun Tzu, el clásico manual de la guerra indirecta. Por tanto, la decisión de Doha no tiene que ver sólo con el mercado petrolero, sino con la puja geopolítica que sigue Arabia Saudita con Irán en el Medio Oriente, y específicamente en Siria. El estratega chino señala que “el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”, aconsejando un amplio uso del engaño. De hecho, el Príncipe MbS señaló días antes de Doha que “no nos preocupa los precios. 30 $/Bl ó 70 $/Bl es lo mismo para nosotros”. Se trata de una verdad a medias. Bien sabe que, aunque Riad tiene bajos costos de producción y margen de maniobra gracias a sus reservas financieras, necesita precios razonables para mantener sus cuentas equilibradas y la paz social. Además, requiere circunstancias benignas para consolidar su liderazgo regional y materializar su Visión Saudita 2030 que busca “conducir al Reino a una era post-petrolera” mediante privatizaciones, reducción de subsidios, la venta de 5% de las acciones de la empresa petrolera nacional Saudi Aramco y la creación de un gigantesco Fondo Soberano de 2 billones de dólares para invertir en negocios no petroleros.

Asimismo, Sun Tzu dijo que para vencer “lo que es de máxima importancia es atacar la estrategia del enemigo; lo segundo mejor es romper sus alianzas con la diplomacia; en tercer lugar viene atacar a su ejército”. Toda la puesta en escena de Doha, se trató de una estratagema saudita para quebrar las alianzas de Irán y entorpecer su intento de regresar al mercado petrolero. Así, Riad envió un claro mensaje a Rusia e Irán: deben escoger entre abandonar a Assad en Siria –lo que quebraría la proyección iraní hacia el Levante mediterráneo- o un acuerdo de congelamiento –incluso sin Irán- que inicie un proceso de recuperación de precios.

Con esta perspectiva, queda claro que Riad accedió a firmar el acuerdo de congelamiento preliminar en febrero como respuesta al anuncio de Rusia y EEUU del cese al fuego en Siria y el inicio de conversaciones entre Assad y los rebeldes en Ginebra. Y fue más allá, señalando que congelaría incluso sin Irán, cuando el Presidente Putin anunció que retiraría sus tropas de Siria el 14 de marzo. Empero, cuando trascendió que Moscú sólo había reemplazado los aviones Sukhoi por helicópteros, y que el cese al fuego colapsaba; vino el viraje saudita en Doha. Acto seguido, los rebeldes se retiraron de Ginebra, y el Rey Salman presionó al Presidente Obama durante su visita a Riad el 20 de abril, para suministrarle armas. Moscú y Teherán deben abandonar a Assad o pagar el precio.

Tras el fracaso de Doha, Venezuela, Irak y Qatar han propuesto que se realicen nuevas consultas al margen de la reunión OPEP en junio. No obstante, Rusia ha manifestado escepticismo. A partir de ahora, Riad puede aumentar la producción desde 10,2 hasta 11 millones de barriles diarios, para satisfacer el aumento de su demanda interna en el verano y seguir presionando a Irán y Rusia. La credibilidad de la OPEP ha sufrido un duro golpe y los precios pueden hundirse hasta 30 $/Bl. El gobierno venezolano no tiene capacidad para cambiar esta realidad geopolítica; por tanto, debe impulsar reformas económicas en el marco de un amplio diálogo nacional, lo que supone abandonar la estéril estrategia de pinzas que sigue junto al Poder Judicial contra la Asamblea Nacional. ¿Y usted qué opina?


@kenopina

Aylwin y la posteridad


Dr. Luis Daniel Álvarez

El pasado 19 de abril dejó de existir a sus 97 años una de las figuras más representativas de la lucha política latinoamericana y quien sin lugar a dudas es y será una referencia obligada al momento de conversar sobre las transiciones políticas, la paciencia, los principios ciudadanos y la ética. Don Patricio Aylwin Azocar logró erigirse como el abanderado del sueño que permitió a Chile avanzar luego de una aberrante dictadura militar para convertirse en un país que crece y avanza considerablemente en el marco de las libertades plenas.

Se ha dicho insistentemente que a lo mejor Aylwin no era la figura con mayor popularidad para el momento en que se requería un candidato posterior al triunfo del “no” en el plebiscito y que otros podían calar mucho más en las preferencias de su grupo. Sin embargo, Aylwin tenía la paciencia, la entrega y la sabiduría para poder llevar con cautela y decisión un gobierno que se asomaba complicado y que nacía con factores encontrados al haber mantenido la dictadura la conducción del ejército y representación parlamentaria.

De hecho, al asumir tuvo que enfrentar episodios en los que los que añoraban la dictadura o se vanagloriaban de utilizar un uniforme castrense y trataban de imponerse, quisieron ofender y humillar. Sin embargo, el presidente Aylwin mostró cautela para no sucumbir a las provocaciones que proferían los que pedían excusas para sustituirlo y volver al régimen superado. De igual manera, tuvo que actuar con determinación cuando ciertos grupos actuaban, sin entender que su violencia beneficiaba a los enemigos de la libertad.

Tuvo también el enorme mérito Patricio Aylwin de comandar a un gobierno de unidad nacional en el que hacían vida personalidades de diverso origen político, algunos de los cuales provenían de toldas que estaban enfrentadas desde los años setenta y que se culpaban por la llegada de la dictadura. Finalmente, lograron unirse para derrotar al aparataje de recursos y miedo del régimen criminal y una vez ganaron decidieron seguir unidos (al menos gran parte de ellos), logrando que además del de Aylwin gobernaran Eduardo Frei, Ricardo Lagos y dos veces Michelle Bachelet. Un solo período posterior a la dictadura ha estado en manos de otro grupo cuando triunfó Sebastián Piñera.

En países en los que las transiciones parecen estar más cerca de lo que se piensa, es necesario evocar el pensamiento de Patricio Aylwin y examinar que fue un hombre que supo entender el momento que vivía, que soñó mejores realidades y que presentó en muchos casos la acción sustentada en la razón y no en los arrebatos, para impedir que la democracia colapsara y se perdiera. La sencillez, moderación y humildad son elementos adicionales de un líder que desde hace muchos años se ganó un lugar en la historia y de un ser cuyo legado servirá para izar las banderas de la esperanza y la libertad.

@luisdalvarezva

sábado, 23 de abril de 2016

América Latina hacia una Era Post – Ideológica


Prof. Carlos Luna

El juicio político a DilmaRousseff, el triunfo de Mauricio Macri en Argentina, las protestas frecuentes en Ecuador, y la decisión del Presidente Rafael Correa de no presentarse a una nueva reelección; el acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC; el Acuerdo del 17 de diciembre de 2014 entre Cuba y los EEUU para iniciar la “normalización de las relaciones bilaterales” que han hecho posible el encuentro de ambos mandatarios en la Cumbre de las Américas de Panamá (2015) y la apertura de misiones diplomáticas en ambos sitios… La llegada de Luis Almagro a la Secretaría General de la OEA y su sucesiva potenciación; las elecciones parlamentarias y el resultado de las mismas en Venezuela… Todo esto es sin duda un cambio de época en América Latina, hacia lo que hemos de llamar una “Era Post-Ideológica”.

Nuestro continente viene de una década (1999-2010) marcada por el ascenso de gobiernos de corte izquierdistas / progresistas cuyo factor común ha sido sin duda, hacer énfasis en la visualización y sucesiva atención de las grandes mayorías desposeídas y sumidas en la pobreza, y tratar de desarrollar estrategias y políticas asistencialistas dirigidas a la distribución equitativa de la riqueza para cerrar la brecha entre ricos y pobres, y por ende, generar una sociedad más justa e igualitaria. De igual forma, -y bajo distintas intensidades en la mayoría de los países del Hemisferio- se ha tratado de fomentar un cambio de las relaciones sociales por vía dela transformación de valores en la superestructura para de esta manera alejarse del capitalismo liberal y de las dinámicas imperialistas desarrolladas por EEUU.

Así, frente al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en la Cumbre Social de las Américas, fue lanzada la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP); frente a la Organización de Estados Americanos, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –considerados como instrumentos de EEUU para la dominación imperialista- fue creada UNASUR y la CELAC, y producto de los altos precios del petróleo en los mercados internacionales, se generó la plataforma de cooperación económica-energética PETROCARIBE. Todo ello para crear, fortalecer y expandir la propuesta del Socialismo del Siglo XXI, que buscaba “generar un mundo pluripolar, pluriétnico con Relaciones Internacionales más equitativas y justas y libres de Imperialismo”.

Hasta acá puede verse que la política internacional del Hemisferio estaba sustentada en una visión ideológica de izquierda, que si bien tuvo logros en la reducción de la pobreza en países como Brasil con los programas sociales o “Bolsas” para los más necesitados, o las “Misiones” en Venezuela;  no es menos cierto que también se desarrollaron tendencias negativas como los controles de precios, control de cambio, inamovilidad laboral y el incremento exponencial en muchos casos de la deuda –tanto interna como externa-; acompañado de procesos políticos de persecución a la disidencia, desequilibrio de los poderes públicos a favor del poder ejecutivo, restricciones a la libertades de expresión, información y pensamiento; expropiaciones, confiscaciones, etc., fenómenos estos que junto a las denuncias crecientes de corrupción, hicieron que el pueblo, pero sobre todo millones de habitantes de clase media, les quitaran su apoyo a estos gobiernos de izquierda a través de los votos.

Podemos tratar de buscar múltiples razones “sistémicas” –desde la perspectiva de la Teoría de las Relaciones Internacionales- a este proceso de “Movimiento de las Estructuras Políticas en América Latina”, que cual placas tectónicas mueven el piso de la Geopolítica Regional; empero, vayámonos a la perspectiva de que es lo que quieren los ciudadanos.

Desde nuestra perspectiva, la “Era Post-Ideológica” en América Latina, es un proceso impulsado desde las clases medias latinoamericanas, aquellas olvidadas por la izquierda al considerarlas también como “Oligarcas”, cuando al contrario, han sido producto de la movilidad social fomentadas por las políticas públicas diseñadas otrora. Ellos, -la clase media, a través de “la Revolución de las Habilidades” en palabras de James Rosenau y Mary Durfee-, hoy exigen, a través de una visión consciente de la realidad continental, Políticas distributivas, que generen bienestar, y haya una distribución más justa del ingreso para romper con dinámicas como la de las “Trampas de la Pobreza”, pero que al mismo tiempo, se trabaje en pos del Progreso Económico y Material, que sólo es posible a través de un aparato productivo pujante, activo en cuanto a la producción nacional para poder competir en el marco cada vez más exigente de la globalización.

Finalmente, pero no menos importante, en la Era Post-Ideológica de América Latina, todo este proceso “Armónico” entre PRODUCCION-DISTRIBUCION, sólo puede ser sustentable en el tiempo en el marco de un Sistema Democrático y de Libertades tanto individuales y colectivas, con un ciudadano activo, corresponsable y activo en la contraloría de un Pacto Social que sea con visión incluyente de Estado, y no un plan para favorecer solo a una parte de la población. Este nuevo Pacto Social es la única vía para garantizar Paz Social, Desarrollo y Bienestar.

Así, en América Latina, estamos quizás, ante la inminente llegada de una “Era Post-Ideológica” signada por “gobiernos pragmáticos”, que hagan menos énfasis en los dogmas derivados de las nomenclaturas de Izquierdas y Derechas –propios de la Guerra Fría que ya quedó atrás-, y trabajen más enfocados en la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos, en términos de políticas públicas, para poder afrontar de mejor manera, el juicio de unos ciudadanos electores, cada día más conscientes del Mundo que los rodea, y que juzgan, premian y castigan, no a través de las armas, sino a través de los votos.


@carlosjrlunar

miércoles, 20 de abril de 2016

Tributo a Patricio Aylwin, 1918-2016


Dr. Abraham Lowenthal
Dr. Sergio Bitar

Patricio Aylwin, abogado constitucionalista y dirigente político, fue una figura fundamental en la recuperación de la democracia en Chile. Jugó roles decisivos ante tres encrucijadas: la militar (1973), la lucha contra la dictadura (1974-88), y la recuperación de la democracia (1989-1994). En cada fase, reveló una postura firme, sustentada en principios, argumentó sus razones y buscó el entendimiento.

Durante el gobierno de Salvador Allende (1970-73), Aylwin fue un duro opositor, encabezando la frontal disputa entre la Democracia Cristiana y la Unidad Popular al final de ese periodo. Pero también participó en las últimas conversaciones en casa del presidente Allende para buscar una salida democrática, las cuales no resultaron exitosas. Aylwin pensaba que la tragedia de 1973 fue la consecuencia de una estructura política formada por tres tercios ideológicamente distintos y no dialogantes. Chile terminó siendo gobernado en minoría, sin el sustento necesario para acometer los cambios que se proponían. Su lección principal fue que para realizar transformaciones importantes, tales como profundizar la democracia, reducir la desigualdad, alentar una cultura de derechos e impulsar una economía con equidad, era indispensable contar con un respaldo mayoritario.

Contra la dictadura, Aylwin reaccionó temprano. Se opuso con firmeza y promovió la convergencia política de los demócratas, creando el llamado Grupo de los 24 es 1979, juristas democráticos de distintos pensamientos políticos, para preparar un proyecto de Constitución alternativo al que finalmente impuso Pinochet en 1980. Como opositor a la dictadura estuvo inspirado en la convicción de sumar y conformar una mayoría. Buscó la unidad de las fuerzas democráticas.

Como Presidente de la República (1990-94), dio inicio a los gobiernos democráticos. Durante su mandato quedaron configurados los contornos estratégicos que encauzarían los 20 años de la Concertación (1990-2010) y en parte también los de la Nueva Mayoría (2014-18). Supo elegir y confiar en personas de alta competencia política y técnica, hábiles para enfrentar situaciones complejas. Fue capaz de interpretar los anhelos del pueblo chileno y animar a los partidos políticos a actuar con responsabilidad y unidad, con ello concitando fuerte apoyo ciudadano.

Aylwin debió conducir el reinicio de la democracia conviviendo con el ex- dictador Pinochet, todavía en la comandancia en jefe del ejército. Esa fase inicial requirió un liderazgo firme en el objetivo y prudente en la forma. La coalición se inspiró en convicciones sólidas, en los derechos humanos, la justicia y en la subordinación de los militares a la autoridad civil.

Para sustentar ese proceso, el gobierno de Aylwin contribuyó a afianzar la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas y alentar el “reencuentro de los chilenos”. Aún contra la recomendación de sus asesores políticos, dio un paso decisivo al crear la Comisión de Verdad y Reconciliación en 1990, para dar a conocer la realidad de los desaparecidos y asesinados por la dictadura. Esta iniciativa ayudó a que los familiares de las víctimas a encontrar un camino de justicia en democracia, y provocó un prolongado periodo de procesos judiciales contra los culpables de violación a los derechos humanos. Posteriormente, muchos países han creado semejantes Comisiones de Verdad y Reconciliación para esclarecer los hechos, mitigar el dolor y abrir pasó al reencuentro basado en la verdad y la justicia.

En el ámbito político, Aylwin realizó una afirmación que ha sido motivo de debate: avanzar "en la medida de lo posible". Fue un contrapunto con la afirmación "avanzar sin transar" de sectores partidarios de la Unidad Popular en el periodo final de aquel gobierno. Algunos de los críticos le asignaron, y siguen asignando, a esa expresión de Aylwin un ánimo restrictivo. Para quienes participaron en esa etapa se trataba de conseguir un avance progresivo, aprovechando cada oportunidad.

En el plano económico, desde 1990 se afianzó el concepto de "crecimiento con equidad ", que reemplazó al modelo económico de la dictadura y consiguió simultáneamente crecimiento rápido, fortalecimiento de las organizaciones sociales y una reducción significativa de la pobreza, que a la sazón superaba el 40%.

Hoy, Chile y otros países democráticos encaran nuevos desafíos: alcanzar mayor igualdad y participación, y a la vez superar el desprestigio de la política y la corrupción, el consumismo y el interés personal, el predominio del dinero y la pérdida de sentido colectivo. El antídoto es reafirmar con el ejemplo valores superiores: el humanismo y la austeridad. Aylwin ejemplificó ambas cualidades.

Tuvimos el honor de realizar una entrevista extensa al Presidente Aylwin en 2012 sobre la transición hacia la democracia en Chile, solicitando su consejo para otros países que buscan construir la democracia. Su consejo fue sabio y pertinente: “buscar más lo que une que lo que divide… No hay que partir de cero. Es mejor hacer los cambios a partir de lo que hay… Lo posible va cambiando con el tiempo; no se puede hacer todo a la vez”.

Publicado originalmente en El País

martes, 12 de abril de 2016

Los hermanos Castro y el arte de gobernar


Dr. Kenneth Ramírez

En 1952, Isaiah Berlin escribió en la revista Foreign Affairs, un artículo brillante “El Generalísimo Stalin y el arte de gobernar”. En este texto señala que el principal problema práctico para quienes han logrado realizar una revolución es evitar que sucumba en los extremismos del cansancio y oportunismo post-revolucionario (Caribdis) o el fanatismo ideológico auto-destructivo (Escila). Para evitar esos extremos ruinosos y conservar el poder, Stalin inventó –según Berlin- la llamada “dialéctica artificial”, lo cual permitía explicar los cambios bruscos en la línea oficial del Partido Comunista de la URSS –experiencia bien conocida por los Castro. El gobierno revolucionario, en cuanto observa indicios de anhelo fatídico de una vida tranquila, debe apretar las riendas, intensificar la propaganda, exhortar e intimidar. Los que evadan las responsabilidades, los amantes de la comodidad, los que dudan y los herejes se eliminan. Esta es la “tesis”. El resto de la población, debidamente aleccionada y dominada por el temor, se lanza a las labores requeridas y todo avanza durante un tiempo. Pero los puristas revolucionarios van demasiado lejos. Entonces llega el momento en que la población, demasiado atemorizada o hambrienta, se torna apática; ha llegado la hora de la clemencia. Se acusa a los fanáticos de oprimir al pueblo, se les castiga y purga. Se permite un pequeño aumento de la libertad. Esta es la “antítesis”. El pueblo vuelve a respirar, hay optimismo, y sigue un período relativamente más feliz. Esto conduce de nuevo a la indisciplina; y una vez más a la necesaria vuelta del rigor ideológico.

“Se trata de un instrumento mecánicamente poderoso y exhaustivo para la sumisión de seres humanos, para quebrar sus voluntades al tiempo que éstos desarrollan sus máximas habilidades para la producción material organizada, el sueño de los explotadores capitalistas más despiadados y megalomaníacos. Pues emerge de una represión aún mayor de la libertad y los ideales de la Humanidad de la que Dostoyevski otorgó a su Gran Inquisidor”.

Este zigzag dialéctico constante en la línea oficial del Partido Comunista, también ayuda a dar sensación de debate interno y permite responder a las necesidades de política exterior según los períodos históricos. “En situaciones revolucionarias (picos), liquida a los aliados inservibles, avanza y lucha; en situaciones no revolucionarias (valles), acumula fuerza mediante alianzas ad hoc, construye frentes populares, adopta disfraces liberales y humanitarios, y cita textos antiguos que impliquen la posibilidad, casi la conveniencia, de una coexistencia pacífica y tolerancia mutua. Esto último tendrá la doble ventaja de comprometer rivales potenciales, al tiempo que avergüenza a las oposiciones de derecha porque van contra los mejores y más sinceros defensores de la libertad y de la Humanidad”.

Tras la muerte de Chávez y la crisis económica en Venezuela –su principal socio comercial e impulsor de la ALBA-, los hermanos Castro detectaron que América Latina entraba en una fase de valle. Además, ya estaban en cuenta de la apatía y malestar del pueblo cubano. Así, con la ayuda del Papa Francisco y Canadá, Raúl Castró sostuvo por año y medio conversaciones secretas para el deshielo con EEUU, que -no olvidemos- el Presidente Obama ofreció desde la campaña de 2008. En diciembre de 2014, fue anunciado públicamente la oscilación dialéctica que sorprendió a propios y extraños, y descolocó a una Caracas desinformada.

Después de quince meses se han reabierto las Embajadas, se ha flexibilizado el embargo, y se produjo la visita de Obama a Cuba en marzo pasado –la primera de un Presidente de EEUU en 88 años. Esto último marcó el cénit del restablecimiento de las relaciones, mientras Raúl Castro reiteró que para normalizarlas debe finalizar el embargo –lo cual compete al Congreso de EEUU. En todo caso, los hermanos Castro han obtenido legitimidad y una victoria simbólica con la aceptación de Obama del fracaso de la política de aislamiento de EEUU a la Revolución Cubana. Por otra parte, han conseguido una alternativa al menguante financiamiento de Venezuela –se estima que las remesas, viajes y comercio con EEUU pueden significar entre 5 y 7 mil millones anuales-, y apoyo a las reformas económicas para alcanzar un “socialismo próspero y sostenible”.

Naturalmente, el Presidente Obama ha pedido apertura política y respeto a los derechos humanos, pero también ha subrayado que los cambios dependerán del pueblo cubano, como lo manifestó en el Gran Teatro de La Habana. Por su parte, los Castro han respondido con una vieja táctica de negociación: el policía bueno (Raúl) y el policía malo (Fidel). El segundo encargado de defender los principios socialistas y el anti-imperialismo como supuesta crítica al acercamiento a Washington del primero. Esto explica la visita del Presidente Maduro a La Habana a pocos días del arribo de Obama, y el artículo “El hermano Obama” de Fidel en el Granma respondiendo a sus “palabras almibaradas” a pocos días de su partida.

De esta forma, los Castro intentan manejar las demandas de EEUU, minar las esperanzas de la disidencia y mitigar riesgos, mientras replican el modelo chino en Cuba y hacen del Mariel un “Shanghái caribeño”: apertura económica sin cambios políticos pero con relevo de liderazgo en 2018, que permita insuflar optimismo al pueblo cubano y preservar el poder en manos del Partido Comunista. Paralelamente, respaldan al Presidente Maduro frente a la Orden Ejecutiva de Obama y le aconsejan un equívoco inmovilismo, para seguir beneficiándose del crudo venezolano y utilizar su influencia en Caracas como baza con Washington. A nivel regional, optan por el antifaz humanitario albergando las negociaciones de paz de Colombia y colaborando en la lucha contra pandemias –del ébola al zika-, para avergonzar a los críticos de la política de compromiso de Obama hacia Cuba. Si algo cambia –verbigracia, un triunfo republicano en las elecciones de EEUU que trabe el proceso o un rebote del petróleo que fortalezca a Venezuela-, pueden hacer que la tesis fidelista pase a ser otra vez la línea oficial del Partido –nuevo zigzag-, y defenestrar a los exaltados con la antítesis raulista. He aquí la estrategia de “dialéctica artificial” y la táctica teatral de los Castro, que ha confundido a no pocos colegas que creen observar una incipiente lucha por el poder en La Habana, incluso con toques de comedia clásica. El Presidente Maduro debe entender el juego cubano y dar su propio golpe de timón. ¿Y usted qué opina?

@kenopina 

Obama en Cuba (II): Sobre Revoluciones, Democracia y Cambio


Prof. Carlos Luna

Terminamos nuestro último artículo sobre la visita de Barack Obama a La Habana diciendo que “lo que sí es seguro, es que estamos en un momento de “Ruptura Histórica, Turbulencia y Transición”, donde los cambios se producen a un ritmo y a una intensidad, que si bien no sea con la prontitud que muchos quieren, son indetenibles y abren una nueva era para Washington, para La Habana, para la región y para el Mundo entero”; y sin duda alguna los hechos nos dieron la razón.

Al partir de ahora, la historia de la relación bilateral EEUU-Cuba, así como la geopolítica regional quedó dividida en un antes y un después. Definitivamente Obama con su visita echó abajo los últimos vestigios de la Guerra Fría en América Latina y dejó “a más de uno” -y no me refiero precisamente a Raúl Castro-, descolocados y obligándolos a estar a la altura de los tiempos: O se adaptan o perecerán.

Obama fue a La Habana con una estrategia bien clara: la Guerra Fría ya acabó, por ende los embargos y atacar las amenazas por la fuerza de las balas, de las invasiones y del enfoque de seguridad tradicional ya quedó caduca. Ahora estamos en la Era de la Globalización, de la Interdependencia Compleja, del Internet y del papel protagónico del Individuo como actor de las Relaciones Internacionales, por consiguiente, la forma de derrocar una autocracia no es aislándola, -ya que ello hace que el único discurso que existe y que la gente escucha es el de los autócratas-, sino muy por el contrario es integrándolas más a la “red o tela de araña de Nye y Keohane”; para de ese modo competir en el terreno de las ideas y por ende, la gente pueda elegir y solventar soberanamente su futuro.

Esa es la Revolución que fue a llevar Obama a La Habana. Habló de Martí, de hablar y decir la verdad con honestidad; habló de Martin Luther King –su gran inspiración- al decir que “no debemos ser presa ni estar atrapados por el pasado, sino avanzar al futuro con creatividad”. Más importante aún Obama le habló a quienes constantemente están insatisfechos con el statu quo, es decir, le habló a los jóvenes, quienes quieren un futuro mejor, para que fueran irreverentes como él lo está siendo frente al establishment en EEUU, un país que en estos momentos dijo: “tienen a un Presidente Negro, y en la carrera a la Casa Blanca por los Republicanos hay dos Cubano-Americanos y por los Demócratas una Mujer y un Demócrata Socialista… Algo impensable en los años 50 del siglo XX, pero que sólo es posible por el espacio que deja al cambio una Democracia”.

Sin duda, un discurso revolucionario. Una revolución “pasiva” con Soft Power, y el desarrollo de una percepción benevolente y humilde, del Presidente de la mayor potencia global.

Obama vendió –aunque sin expresamente pretender imponerlo- liberalismo en La Habana, mostrando la necesidad de realizar elecciones, de permitir la libertad de expresión, información y pensamiento; de no generarse ningún tipo de detención arbitraria, y mucho menos si es por expresarse en contra del gobierno de turno, sino más bien abogó por los avances que se pueden lograr en una sociedad democrática producto de las protestas, del debate permanente de ideas, y hasta citó a Nelson Mandela y su lucha contra el Apartheid en Sudáfrica.

En fin, el Presidente de EEUU nos dio, junto a Raúl Castro una demostración de lo que es “Negociar desde el método de Spill Over” –cascada-; donde ambos hicieron referencia a ver, no lo que los separaba –que es mucho por cierto- sino más bien hacer énfasis en lo que los unía. Así, se llegó a acuerdos en términos de inversiones, de interconexiones de internet, marítimas y de correo, y hasta hubo un juego de beisbol entre los Rays de Tampa Bay y la Selección de Cuba; no sin antes poner en una situación incómoda a Castro con el tema de los Presos Políticos y los Derechos Humanos, en vivo y en directo frente al mundo entero; ya que “Si hay presos políticos y se me dan los nombres… Esta misma noche están libres”… Y todo, sin tiros, sin Bahía de Cochinos. Simplemente con la fuerza de la opinión pública global y el poder de los compromisos…

Si Castro quiere que el proceso continúe, debe cumplir su palabra, si no, someterse al escarnio global. Obama nos ha demostrado que para lograr cambios a veces es necesario ceder para que la contraparte ceda.

Hay que hacer dos reflexiones finales de este viaje. Uno respecto al tema de las falencias estructurales del Sistema Internacional actual y uno respecto a Venezuela y su situación interna.

Respecto al Sistema Internacional actual, más allá de que la Anarquía fenezca producto de la Interdependencia compleja, muy por el contrario, pareciera que se afirma, dándole la razón a aquellos que indican que estamos en “un regreso a las tendencias del Realismo Político Clásico”. Eso lo pudimos ver cuando en la rueda de prensa Castro-Obama se tocó el tema del cumplimiento de los Derechos Humanos, y como los Estados los cumplen o hacen énfasis en algunos de ellos de acuerdo a su cosmovisión y a sus intereses.

Todo esto reafirma la idea de la necesidad de que para su respeto cabal y el de otros valores universales, hoy más que nunca es necesario desarrollar “Regímenes Internacionales” (definidos estos como normas, principios y valores) para fomentar el cambio en paz, que ya que no existe una estructura coercitiva centralizada que los haga cumplir y respetar a semejanza del Estado; ello sólo puede ser posible conectándolos con los intereses más sentidos por gobiernos y pueblos, para de ese modo, elevarles el costo de evadirlos.

Y respecto al tema Venezuela, creemos que junto al proceso de Paz en Colombia, fueron los temas de “Alta densidad” de la reunión, y que de manera conjunta, ambos Presidentes decidieron no darle salida pública para no incrementar el nivel de ruido que pueda entorpecer su evolución. No obstante, reafirmamos nuestra opinión de que estamos en un “Ajedrez Geopolítico” entre EEUU y Cuba, y la moneda de cambio sea la Revolución Bolivariana venezolana, en pos de que el gobierno de la isla interceda a propiciar una transición pacífica, democrática y constitucional en nuestro país –ya que Raúl es un interlocutor válido y confiable para Maduro y la élite gobernante de la Revolución Bolivariana-, como muestra de “Buena Voluntad” que abone la cooperación entre Washington y La Habana.

Lo que si podemos agregar es que si creemos que la estrategia para generar un cambio geopolítico en la región por parte de Obama contra las “Autocracias Competitivas”, no será precisamente las de los bloqueos o los aislamientos, muy por el contrario, estamos convencidos que la estrategia será la de mayor interconexión y presión internacional respecto de lo que pasa dentro de dichos regímenes.

Por ello Obama habló con Castro, y luego con Macri, para sacudir geopolíticamente la región, primero por El Caribe y luego América del Sur en una suerte de “Revolución en pinzas”. Mientras tanto, Maduro debiera, si quiere el bien de Venezuela y su supervivencia en el poder y por encima de eso, del Socialismo del Siglo XXI como legado de Chávez; generar para si un repliegue estratégico y adaptarse a los nuevos vientos. Amanecerá y veremos.  

@carlosjrlunar

miércoles, 6 de abril de 2016

Obama en Cuba (I): El fin de la Guerra Fría en América Latina


Prof. Carlos Luna

Hace pocos días se produjo un hecho trascendental en la historia contemporánea. Barack H. Obama fue el primer Presidente de EEUU en visitar La Habana en casi 90 años. Así, generó una ruptura de paradigmas, prejuicios, predisposiciones y profundizó la transición en la relación bilateral entre EEUU y Cuba que ha estado en proceso desde el 17 de diciembre de 2014, de la mano de la intermediación del Papa Francisco y de la premisa de Albert Einstein respecto a que “Si quieres ver resultados distintos… Pues debes hacer las cosas distintas”.

Este hecho fue prácticamente el equivalente a las acciones sucedidas entre 1989 y 1991 en una Europa, que casi sosteniendo el aliento, vio como cayó el funesto Muro de Berlín, así como también fue testigo de cómo la URSS se disolvía muy a pesar de la Perestroika y el Glasnot, con la influencia entre muchos otros, del Papa Juan Pablo II. Por esto, y porque partimos de la idea de que el “Desarrollo Discrónico” –en palabras de la Dra. Graciela Soriano de García-Pelayo- es una realidad en nuestro continente, es que pensamos que finalmente América Latina y El Caribe asisten al fin de la Guerra Fría en 2016; confirmando una vez más que los Estados no tienen ni se desenvuelven en una dinámica de “Amigos y/o Enemigos”, sino que tienen “Intereses”, que son variables de acuerdo a las circunstancias y coyunturas de tiempo y lugar.

Por una parte, Cuba se enfrenta a dos grandes problemas y de allí que se conviertan en intereses prioritarios en su agenda:

1. Mantener la Revolución y sus valores vigentes, pero inserta en la Globalización. De allí que pareciera que Raúl Castro en cierta forma trate de tomar en cuenta el ejemplo chino y siga en un proceso de apertura económica y modernización. De acá a que se permitan los créditos para la apertura de micro productores y comerciantes en la Isla; se invierta en el Puerto de Mariel (de aguas profundas) para atraer los cruceros, y ahora sean bien recibidas las remesas provenientes de los EEUU.

2. Avanzar en el tema de la Transición Política Interna que permita la sostenibilidad en el poder de la Revolución más allá de los Castro. Esto es un punto clave, que nos hace pensar que los Castro quieren, mediante un diálogo, garantizar un tránsito a la democracia que los incluya, bajo una visión centrista, y no la extremista que pudieran mostrar muchos de los grupos disidentes dentro y sobre todo fuera –a 90 millas náuticas de la isla-. Si bien esto no puede representar impunidad, no es menos cierto que en todas las “Transiciones” pacíficas en el Mundo, quien deja el poder, es parte del proceso y de la solución (Recuerdese a Daniel Ortega en Nicaragua y a Augusto Pinochet en Chile, por tan sólo presentar dos casos).

Creemos fervientemente que Raúl Castro está teniendo clara la necesidad de leer los tiempos que corren, así como también comprende algo a lo cual se enfrentan todos los líderes de regímenes personalistas: La necesidad de la transferencia del poder para la sustentabilidad del proyecto más allá de él a través de instituciones; por cuanto se es finito en el tiempo. Por ello, asimila y se coloca norte franco para hacer historia sin abandonar sus principios.    

Por su parte, la agenda que llevó Barack H. Obama cuando el Air ForceOne tocó el Aeropuerto de La Habana, estuvo marcada por la “Soft Diplomacy” y por el principio de “Leading from Behind”, tanto para la política exterior estadounidense como para la geopolítica regional.

Obama, como buen líder del siglo XXI, sabe y comprende el hecho de que “La Política hoy por hoy es 80%, o quizás más, un hecho de Símbolos y Percepciones”, por lo que pretende, desmarcarse de los pareceres previos respecto de gobiernos como por ejemplo el de George W. Bush, y pasar a la historia, no solo de EEUU, sino del Mundo, bajo la idea de romper esquemas, cambiar la percepción  intervencionista y violenta por una “hegemonía benevolente” y con ello, cambiar la geopolítica regional y reposicionar a los EEUU en su “Backyard” (Patio Trasero) para frenar a actores extrarregionales como Rusia y China.  

Obviamente su agenda también tiene dos puntos, uno visible, como lo es continuar en el proceso de “Normalización de la Relación Bilateral”, bajo una dinámica de “Spill Over” (Cascada) que comienza en los temas económicos-comerciales para ir generando confianza hacia lo político y principista, aprovechando que Venezuela sufre una grave crisis económica a raíz de los bajos precios del crudo en el mercado internacional; abriendo las puertas de un mercado casi virgen a los capitales norteamericanos –a la espera, claro está, del levantamiento del embargo a Cuba, cosa que es ley en los EEUU.-

Y el segundo punto, que no es fácilmente perceptible, es el de utilizar la visita para procurar un “Terremoto de Baja Intensidad respecto a la Hegemonía de la Democracia en  Cuba y en América Latina y el Caribe como zona de paz”, primero que nada, moviendo los cimientos de Cuba, generándole compromisos ineludibles que pudieran abrirle las puertas a un régimen de libertades a sus grupos disidentes y a los presos políticos y en general a todo el pueblo de la isla; tal y como sucedió en la URSS, durante la década de los ochenta.

Y ya en cuanto a la región, podemos estar en presencia de la intención de repetir el escenario de “ajedrez geopolítico” que jugaron EEUU y la URSS en 1962, luego de la Crisis de los Misiles Cubanos, y donde Cuba fue la “Moneda de Cambio para evitar la Mutua Destrucción Asegurada”, que llevó a que se escribieran graffitis en esa época que rezaban: “Mikita, Mariquita… Lo que se da, no se quita”; pero ahora los jugadores racionales sean EEUU y Cuba y la moneda de cambio sea la Revolución Bolivariana venezolana, en pos de que el gobierno de la isla interceda a propiciar una transición pacífica, democrática y constitucional en nuestro país –ya que Raúl es un interlocutor válido y confiable para Maduro y la élite gobernante de la Revolución Bolivariana-, como muestra de “Buena Voluntad” que abone la Cooperación entre Washington y La Habana.

Esta acción es paralela al incremento de la presión internacional-regional que se puede estar propiciando a partir de la extensión de los efectos de la orden ejecutiva que declara a Venezuela como una “Amenaza Inusual y Extraordinaria para la Seguridad de EEUU”; dado que la situación de la democracia y los Derechos Humanos en nuestro país “más que mejorar, ha empeorado”; para de ese modo crear las condiciones para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA o la Cláusula Democrática de MERCOSUR (prevista en los Protocolos de Ushuaia y de Montevideo).

No obstante, todo queda en el campo de la especulación, y será a partir de ahora que veamos cómo se desenvuelven los acontecimientos.

Eso sí, lo que sí es seguro, es que estamos en un momento de “Ruptura Histórica, Turbulencia y Transición”, donde los cambios se producen a un ritmo y a una intensidad, que si bien no sea con la prontitud que muchos quieren, son indetenibles y abren una nueva era para Washington, para La Habana, para la región y para el Mundo entero.           

@carlosjrlunar

martes, 5 de abril de 2016

Fidel, Raúl Shakespeare y la Comedia de las Equivocaciones


Prof. Eloy Torres

En días pasados se produjo una noticia que rompió el celofán mediático: la visita de Obama a Cuba para definitivamente “bautizar” sus relaciones con la isla. El Mundo observó como todo el aparato del Estado cubano se puso al servicio, exclusivamente, de esa visita, a pesar de que hubo un “pequeño” e inesperado movimiento turístico bolivariano que aterrizó en suelo cubano a última hora, antes de iniciarse la vista. Fue una picada de zancudo en la parte trasera de un elefante. Ese país completo, el que vive en la isla y el otro que está en Miami, transpiró esperanza en la búsqueda de una nueva realidad. 57 años de un régimen cansado por los tiempos y una población envejecida por el recuerdo de lo que no pudo conocer. La realidad es la realidad. Raúl lo comprendió y Obama también. Hay que aprender a vivir con las diferencias (Raúl Castro) y si quieres resultados distintos, no debes seguir en lo mismo (Barack Obama).

El peso de esos 57 años, seguramente hace que algunas personas no comprendan esos cambios en su complejidad. Éstos, son vistos con suspicacias y además percibidos como imposible. No es para menos. Es mucho el tiempo transcurrido. No obstante, hay que ponderar que Cuba no es la misma de hace 20 años ni los EEUU tampoco. Hemos dicho, en reiteradas ocasiones que Cuba, durante todo el siglo XX, estuvo marcada por las figuras de Fulgencio Batista y Fidel Castro. Ambos líderes y caudillos, poco dados a aceptar una contradicción. Ha sido su visión y punto. Ellos marcaron con su impronta a Cuba. El segundo está cansado y busca revivir su “gloria”. Morirá con las botas puestas y en su ley.
Por lo que hay algunos que no creen en la acción política de Raúl Castro y de los cubanos. Algunos fraternales e inteligentes amigos estiman que la actitud de los Castro resume, de alguna manera, la visión del “Good cop/Bad cop”. Esto viene a cuento, pues, luego de la pomposa visita, apareció Fidel, con una epístola para el hermano Obama. El envejecido caudillo bramó con sus escasas barbas y criticó el lenguaje “almibarado” del Presidente norteamericano. En efecto, esa misiva, publicada en el Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, asoma una cierta disonancia con la música que hasta ese momento estuvo sonando. Éste remató con una larga y muy característica frase suya: “Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”.

Más adelante y para terminar, el envejecido patriarca, sentenció: “Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”.

Al parecer hay una seria lucha entre bastidores en la nomenclatura cubana. Creemos es así. El hijo de Fidel, que no Fidel Castro Díaz-Balart (1949) sino Alejandro Castro Sotodel Valle (1971) asomó una sui generis realidad al mejor estilo de los Borgia, al sentenciar: “aquí en Cuba no hay dinastías”. Lo afirmó en una entrevista con Univisión y agregó: cuando el tío Raúl Castro “concluya su mandato” en 2018, el poder “no pasará a alguien de la familia, sino a personas que estén preparadas para ello”. Estas expresiones aparecen luego de la visita de Obama.

Creemos estar ante una lucha por el poder. Ello no es nuevo. La historia siempre ha sido un reservorio de hechos similares. Como quiera que la ideología ya no está presente en las relaciones EEUU-Cuba, el fantasma que recorre a América, vale decir el fantasma del mercado, enfila sus fuerzas hacia la isla mayor de El Caribe. Son muchos los negocios. El hijo de Raúl, Alejandro Castro Espín, quien es ingeniero y magíster en relaciones internacionales, asoma su rostro como el sucesor quien por cierto acompañó a su Padre, durante la recepción oficial a Obama y su delegación.

Se habla de una  transferencia del poder de Raúl a Alejandro Castro Espín quien desde ya ocupa posiciones claves en la estructura del gobierno. Le apoya, Mariela Castro Espín, su hermana, la sexóloga y principal soporte de los cambios en la antropología cubana, forzada ésta por la dictadura. Se observa el cambio de la visión oficial sobre la homosexualidad, gracias a esta mujer abanderada de su inclusión en la sociedad cubana ¡Cómo han cambiado los tiempos!

La permisividad en los viajes allez retour Miami–La Habana fortalecerán los cambios. El país se reencontrará. En cuanto a los cambios políticos, “es cuestión de tiempo”, como decía el Cardenal Richelieu. No se trata de traición, sino de realidades. En una ocasión citamos una canción cubana que burlaba la censura impuesta en los años 30 por el dictador Gerardo Machado, el asno con garras, como le llamare Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista cubano. Se trató de una canción: el ratoncito Miguel.

Una aparentemente pieza infantil que buscaba estimular la alegría y el baile, pero sin alborotar al gato Misifú que podría despertar. No hay queso y los ratones morían de hambre, a menos que alguien le arrancase el corazón al gato. Esa canción le costó la cárcel al autor, Félix Benjamín Caignet, el mismo que escribiese la obra ligera El derecho de nacer.  En Cuba, él dinamizó el género que había nacido en Francia, gracias a Eugene Sue con sus famosos “Misterios de Paris”. Félix B. Caignet lo aplicó en Cuba e irradió a toda Latinoamérica. Por cierto, Gabriel García Márquez, expresó que ese género “abrió caminos en Latinoamérica e hizo más que todos los programas de gobiernos antipopulares por llevar a las grandes masas analfabetas un sentido de la justicia social”. La realidad cubana se mueve como una telenovela por capítulos. Hoy esperamos que pasará más adelante ante estas jugadas de los hijos de los principales líderes de Cuba. Uno que ya está ido y el otro que anuncia su pronto retiro.

Personalmente no creo, estar ante un drama machbethiano donde la sangre correrá cual ríos en la lucha por el poder en Cuba. Más bien pensamos en una inminente puesta en escena de la “Comedia de las equivocaciones” del mismo Shakespeare. El Mundo debe prepararse para ser espectador de una pieza donde el humor será la clave. No hay que olvidar ni echar en un saco roto, la manera tan jocosa, como Obama saludó a los cubanos. Nosotros en Venezuela debemos abandonar esa visión, comprensible por demás, pero inútil, pues los cubanos, tras 17 años de convivir “involuntariamente” con los venezolanos y su tendencia democrática, gracias a Chávez y Maduro, no querrán volver a su miseria comunista de 57 años de “dignidad”, pues, como dicen los cubanos, ella es la de Fidel, no la de ellos. El Mundo ha cambiado y Fidel se apresta a morir con sus botas puestas y su “dignidad”. Mientras que en nuestro país, mejor nos preparamos para decirle a los cubanos: Asere, ¿qué volá?

@eloicito

viernes, 1 de abril de 2016

El ascenso de la derecha populista radical en Europa


Lic. Jonás Estrada

En Europa se están suscitando unas series de fenómenos político-electorales sin precedentes en su historia reciente. Se trata del resurgimiento y ascenso de movimientos y partidos nacionalistas y de derechas radicales al socaire de la dura crisis económica, el cual para algunos analistas, podría cambiar el panorama político tanto en sus respectivos países como de la Unión Europea en general -por su tendencia euroescéptica y anti-OTAN. Según estos líderes nacionalistas y de derechas, sus respectivos países sufren la pérdida de sus soberanías, la descontrolada inmigración, los peligros del multiculturalismo fomentados por el fenómeno de la globalización que atentan contra sus culturas nacionales, el peligro de la islamización de Europa; mientras los partidos tradicionales sólo velan por sus intereses políticos parroquiales y no por los “verdaderos” intereses nacionales.

Empezando por el triunfo en Polonia del partido nacionalista-conservador y católico Ley y Justicia cuyo líder es Jaroslaw Kaczynski, el cual tiene mayoría en el Congreso polaco, y ha generado muchas polémicas para la UE por ciertas decisiones que no están acordes a lo dictado por Bruselas. En Hungría, tenemos el polémico Primer Ministro Viktor Orbán, líder del partido Fidesz-Unión Cívica Húngara de orientación de derecha, el cual ha sido un duro crítico de la actual UE en muchos aspectos y en especial al tema de las vallas que levantó para no permitir el paso de los refugiados musulmanes a territorio húngaro y cuando reformó la constitución húngara basado en los valores cristianos -la UE está en contra de esto, ya que atentaría contra la libertad de cultos. Peor aún, la oposición húngara que son las izquierdas y los liberales no tienen oportunidad de ganar, y la única oposición real frente a Orbán es el partido político de tendencia neofascista JOBBIK, cuyo líder es Vona Gábor.

Asimismo, en Grecia, tenemos a los ultranacionalistas de Amanecer Dorado como tercera fuerza política; en Dinamarca el partido DanskFolkeparti (Partido Popular Danés) como segunda fuerza; en Finlandia el partido ultranacionalista de tendencia conservadora los Perussuomalaiset (Verdaderos Finlandeses), cuyo líder es Timo Soini, que tras las elecciones parlamentarias del 2015, es la tercera fuerza política. En Eslovaquia, se realizaron las elecciones parlamentarias el pasado 6 de marzo, donde el nacionalista Partido Popular Nuestra Eslovaquia (LSNS), cuyo líder es Marian Kotleba que a su vez el gobernador de la región de  Banská Bystrica -bastión original de ese partido-, logró ingresar al parlamento eslovaco con 8% de los votos y 14 escaños -actualmente quinta fuerza política.

Por último, pero si se quiere el caso más importante, se encuentra el Frente Nacional francés, bajo el liderazgo de Marine Le Pen hija del líder fundador del partido Jean Marie Le Pen. En caso de llegar a la Presidencia de Francia puede generar un terremoto político y un mayor auge a los partidos políticos nacionalistas radicales en Europa. Tras asumir la presidencia del partido, Marine Le Pen –quien juega con la imagen de una nueva Juana de Arco salvadora de la Patria- ha conquistado importantes logros electorales. En las elecciones al Parlamento Europeo del 2014, el Frente Nacional francés se consagró como el primer partido de Francia al obtener un 25% de los votos, con 24 eurodiputados superando por más de 4 puntos al UMP (actualmente Los Republicanos) y por 10 al Partido Socialista.

Dentro de los planteamientos fundamentales del Frente Nacional están la anti-inmigración no europea basado en la idea del identitarismo europeo-occidental, que rechaza el universalismo homogeneizador (multiculturalismo auspiciado por el liberalismo globalista y las izquierdas progresistas), en lo económico volver al franco como moneda francesa, promover el pleno empleo y la industria nacional, así como nacionalizar los sectores estratégicos (como el sector bancario) para combatir a la globalización en pro de la soberanía económica de Francia.

En las pasadas elecciones regionales en Francia realizadas el 13 de diciembre de 2015, a pesar que no se impuso en ninguna provincia o región, el Frente Nacional obtuvo una triplicación de los consejeros regionales. Esto le ha convertido en la mayor fuerza opositora en los Consejos Regionales, con el 27,1% y 358 consejeros regionales. Teniendo en cuenta que ahora el Frente Nacional aumentó del 19% al 30% de intención votos en el electorado –mayoritariamente entre jóvenes y obreros que anhelan cambios en la políticas en Francia-, no resulta descabellado considerar una hipotética victoria en las elecciones generales (presidenciales) de Francia en 2017.

Por otro lado, si bien el partido de “centro-derecha”, Los Republicanos, dirigido por el ex-presidente Nicolás Sarkozy, ganó la mayoría de las regiones, esto se debe a que el Partido Socialista francés junto con las otras izquierdas incluyendo a los del Partido Ecológico hicieron declinar a sus respectivos candidatos para darle voto a la “centro-derecha”. Así, esos partidos de izquierda fueron clave para frenar por ahora al Frente Nacional. Cabe entonces la duda si Nicolás Sarkozy se presentará a las elecciones generales en 2017, a pesar de estos resultados.

Mientras tanto, el Partido Socialista bajo el liderazgo del actual Presidente de Francia, François Hollande, se encuentra en franco declive por diversas razones: 1) Hacen declinar sus candidatos para darle apoyo a la “centro-derecha”, lo que muchos han tildado de “suicidio político”; 2) El Partido Socialista es acusado por los electores franceses de ser el responsable de la crisis económica que padecen los franceses y de los altos niveles de desempleo; 3) La falta de carisma y caída en las encuestas de Hollande; 4) Los ataques terroristas de Daesh y los problemas que se está generando por la masiva ola de inmigración al continente europeo proveniente de Medio Oriente y África, hacen al electorado más receptivo a los mensajes nacionalistas y xenófobos del Frente Nacional.

El politólogo francés Jean-Yves Camus, de la Fundación Jean Jaurès, estimó que este resultado “tiende a confirmar que hay una barrera para el Frente Nacional, que se comporta excelentemente en la primera vuelta, pero que no sabe ir más allá”. Pero esto “no soluciona el problema de fondo”, dijo, sosteniendo que la victoria de los “partidos tradicionales” es “una victoria pírrica”, dado que se construye “contra algo o alguien y no por algo”.

Estos comicios son los últimos que se realizan en Francia antes de la elección presidencial de 2017, para cuya primera vuelta los institutos de sondeo colocan actualmente a Marine Le Pen a la cabeza de las intenciones de voto.

¿Será factible tanto corto, mediano y a largo plazo de parte de los partidos tradicionales en Francia seguir con el esquema de alianzas políticas para frenar electoralmente al Frente Nacional?

¿Es posible que el Frente Nacional logre ganar las elecciones generales en Francia del 2017?

@jonaspatriota