Embajador (r) Oscar Hernández Bernalette
Recuerdo que cuando el
famoso exhorto del Rey de España a Chávez con el ¿por qué no te callas?, Rodríguez
Zapatero le dio una muestra de civilidad cuando le exigió respeto por Aznar a
quien su par calificaba de fascista. Le indicó que había un principio en el
diálogo, que era “no caer en la descalificación”. Sin duda de aquella diatriba
salió airoso.
Para los sectores opositores
de aquel entonces Rodríguez Zapatero era un aliado. Han pasado casi diez años y
en esta oportunidad la figura del Ex-Presidente del gobierno español se
convierte en írrita para parte de la opinión pública. Se desconfía de su
equidad mediadora.
Se entiende que la mediación
es la facilitación previa a un proceso de negociación por parte de una persona
neutral que genera confianza entre las partes en litigio y que ha sido
designado por mutuo consentimiento. El rol central de quien o quienes cumplen
esta responsabilidad es ayudar a grupos de personas, instituciones y diferentes
actores en conflicto que tienen diferencias, llegar a consensos. Un concepto
básico de la literatura en esta materia es la afirmación de que el mediador no
toma partido por ninguno de los individuos o sectores en conflicto.
Durante
el proceso quien tiene la responsabilidad mantiene los avances en secreto y
cualquier avance solo se trasmite previa autorización de las partes
involucradas. El mediador no es un activista. La discrecionalidad, la modestia
y evitar la notoriedad son fundamentales.
Si
los actores en disputa, o uno de ellos, no confía en la integridad del
mediador, esto es, su capacidad de ser neutral, independiente, imparcial y
justo, la posibilidad de que la mediación tenga éxito es limitada. Los códigos
establecidos indican que si algunas de las partes levanta una objeción sobre la
neutralidad del mediador este debería renunciar.
Si
la duda persiste será poco la ayuda que en esta oportunidad podrá brindar el
político español.
@bernalette1
No hay comentarios:
Publicar un comentario