martes, 28 de octubre de 2014

El gambito petrolero saudita


Dr. Kenneth Ramírez

La caída de los precios del petróleo, muestra un sofisticado juego de Arabia Saudita como productor de equilibrio –swing producer- en dos partidas de ajedrez simultáneas: el mercado petrolero y la geopolítica. El crudo marcador Brent ha perdido 30 $/Bl desde junio de 2014 hasta ubicarse en torno a 85 $/Bl hoy por hoy -su nivel más bajo desde finales de 2010. Riad compite contra los productores No-OPEP –sobre todo Rusia y EEUU- en el mercado petrolero mientras juega con uno de ellos –EEUU- en la geopolítica; asimismo, juega con sus socios OPEP en el mercado petrolero y compite con uno de ellos –Irán- en la geopolítica.

La desaceleración de las economías emergentes –sobre todo China, Rusia y Brasil- y la frágil recuperación de Europa, se han traducido en una débil demanda petrolera mundial. Además, tenemos un fuerte aumento de la producción de petróleo de esquistos (shale oil) en EEUU –70% en los últimos seis años, hasta alcanzar 8,6 millones de barriles diarios (MBD), el nivel más alto desde 1986- y los pronósticos que indican que seguirá aumentando en 2015 –agregando 1 MMBD por tercer año consecutivo-, lo cual podría llevarle a los niveles de 1970 cuando alcanzó su pico de producción. Todo esto, ha generado un excedente de oferta de alrededor de 1,5 MMBD. Finalmente, tenemos un mercado que ha asumido que el complicado panorama geopolítico -de Ucrania a Irak- no afectará el suministro, lo que junto a la apreciación del dólar, también ha contribuido a debilitar los precios.

En este contexto, Arabia Saudita tiene una tarea complicada: Fijar un nivel de producción que lleve a precios del petróleo razonables; haciendo un delicado balance entre sus intereses en las dos partidas citadas. En primer lugar, Riad tiene que equilibrar su producción frente a sus socios OPEP, siendo esto más difícil de lo habitual en los últimos tres años, debido a tres incertidumbres: Libia, Irán e Irak.

La producción de Libia ha sido muy variable. Alcanzó 768 mil barriles diarios (MBD) en septiembre, después de recuperarse del bloqueo de las terminales por la milicia Barqa que la llevaron a 241 MBD en marzo pasado. Debido a la inestabilidad política, el futuro de la producción libia sigue siendo una incógnita.

Las sanciones continúan limitando la producción de Irán, pero se acerca el plazo del 24 de noviembre para alcanzar o no un acuerdo definitivo sobre su programa nuclear, lo cual podría llevar alrededor de 1 MMBD adicionales de crudo persa al mercado en 2015 o dar paso a un estancamiento que agrave la crisis.

La producción petrolera de Irak ha retomado su crecimiento, gracias a la posición conciliadora del nuevo Ministro de Petróleo, Adil Abdul-Mahdi, con el Kurdistán iraquí; y al inicio de la campaña de bombardeos contra el Estado Islámico de Irak y Siria –por sus siglas en inglés, ISIS- que ha puesto en marcha EEUU y sus aliados desde agosto pasado. Irak busca aumentar su producción desde 3,19 MMBD actualmente hasta 9 MMBD para 2020 –optimista-; pero si alcanza 6 MMBD como estiman agencias, arrancaría una buena tajada de mercado a sus socios OPEP.

En consecuencia, ante un mercado petrolero sobre-abastecido e incierto que ha llevado a un aumento de la competencia; Riad decidió responder agresivamente y anunció que defenderá su cuota de mercado, incluso si esto significa precios más bajos por unos años. De hecho, no sólo aumentó su producción en septiembre hasta alcanzar 9,7 MMBD, sino que ha establecido descuentos en sus ventas a los mercados asiáticos; generando una incipiente guerra de precios.

En segundo lugar, tenemos la partida geopolítica. Riad lucha con Teherán por el liderazgo en el Medio Oriente, pero mientras necesita niveles de 80 $/Bl para equilibrar su presupuesto y tiene 700 millardos de dólares en fondos soberanos que le permiten asumir precios moderados por unos años; su rival necesita 100 $/Bl y se encuentra expuesto. Por ello, utilizar el arma petrolera ayuda a los sauditas a debilitar la proyección regional persa –de Bagdad a Beirut. Además, Washington cuenta con Riad para mantener la presión sobre Teherán, a través de los precios y una eventual oferta alternativa a sus clientes en caso de fracasar las negociaciones nucleares y redoblarse las sanciones. Eso sin mencionar que Rusia también necesita 100 $/Bl, y encara sanciones de EEUU y la Unión Europea debido a la crisis de Ucrania, lo cual viene a profundizar su crisis económica.

Venezuela también se ha visto afectada porque requiere 90 $/Bl y ha llamado a una reunión de emergencia de la OPEP para tratar el problema, ya que la próxima reunión ordinaria el 27 de noviembre en Viena luce lejana. Empero, en lugar de tomar la idea en cuenta, Arabia Saudita realizó una declaración que ha supuesto un auténtico seísmo: “Nadie debe extrañarse de ver los precios del petróleo por debajo de 90 $/Bl, incluso por debajo de 80 $/Bl” en los próximos años.

En conclusión, Arabia Saudita ha decidido hacer un gambito, aceptando menos ingresos al dejar caer moderadamente los precios del petróleo, para expulsar a los productores marginales del mercado y frenar la “revolución de esquistos” en EEUU –a 80 $/Bl muchos proyectos no serán rentables. En palabras de Ibrahim al-Muhanna -asesor del Ministro de Petróleo saudita Al-Naimi-, el alto costo de producir esquistos coloca “un piso efectivo a los precios”. La jugada le permitirá a Riad recuperar su centralidad en el mercado petrolero y su liderazgo en Medio Oriente; recobrar influencia en Washington al ayudarle a presionar a Teherán y Moscú; al tiempo que le proporciona oxígeno –vía alivio de la factura petrolera- a la economía mundial y a un aliado regional como el Egipto de Sissi que lucha contra los Hermanos Musulmanes –otro enemigo saudita. El jugador de ajedrez avezado sabe hacer sacrificios para obtener ventajas posicionales decisivas. 

Publicado originalmente en El Mundo Economía y Negocios

@kenopina

ISIS, Medio Oriente y Kurdos


Embajador (r) Julio César Pineda

La bandera negra del Ejército del Levante del Califato de Irak y de Siria ya está ahora en los edificios de la ciudad de Kobane; es el mayor acercamiento de los terroristas de ISIS a Turquía en la frontera con Siria. Ni el ejército iraquí ni el sirio han podido frenar el avance de ISIS a pesar de la fuerte resistencia de los kurdos. Se espera que el ejército turco pueda intervenir frente a ISIS, pero esto plantea también la implicación de toda la OTAN; ya que el Parlamento turco aprobó la intervención militar tanto en territorio sirio como en el territorio iraquí. 

Turquía

El artículo 5 del Tratado de la OTAN establece la solidaridad y la respuesta común frente a un ataque dirigido contra uno de sus miembros, Turquía es parte de la OTAN desde 1952. Para Turquía es una situación difícil, tanto por la ruptura comercial con Irak como por el número de refugiados sirios e iraquíes que huyen de la guerra. Además de la difícil situación con la población kurda que siempre ha reclamado la independencia y un Estado soberano con sus 35 millones de kurdos (Atlas 2010 de Armand Colin) repartidos entre Siria, Turquía, Irán e Irak.

Variable religiosa

En el Medio Oriente la variable religiosa y petrolera y el interés estratégico de todas las potencias, en particular los cinco miembros del Consejo de Seguridad, complica cualquier situación de conflicto por la regionalización y la internacionalización del mismo. Es lo que está pasando con el Ejército del Levante y su proyecto del nuevo Califato. 

El Califato ha logrado unir al mundo árabe y persa contra él, pero también a todo el Occidente, como se pudo observar en la reunión de París el pasado 15 de septiembre con el acuerdo militar de 30 países para combatir al ISIS. En la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, el voto condenatorio a ISIS fue total, por eso la aceptación de los bombardeos norteamericanos y europeos y la ayuda militar occidental y del mundo árabe para terminar esta radicalización del islam que supera el terrorismo de Al Qaeda, pero que igualmente se originó en las escuelas coránicas (madrazas) y con el fanatismo de estudiantes del Corán (talibanes). 

Nuevamente, el Medio Oriente es el centro de la atención mundial. Más allá de la población árabe y sus centros de referencia, Egipto y Arabia Saudita, están otros actores de primera importancia como son los persas y su extensión en la versión chiíta del Islam y la nueva Turquía con su paradigma democrático y plural. Pronto un actor importante también podría ser el nuevo Estado kurdo que le quitara territorialidad a Turquía, Irak, Irán y Siria. Las fronteras impuestas por los europeos los condenaron a quedarse como pueblos sin patria.

Hoy con la actitud de los kurdos, iraquíes y sirios en contra del Califato que busca imponer ISIS, les abre a ellos esa posibilidad más allá de las experiencias de la autonomía que han tenido, hacia su plena soberanía. 

En Irak y en Siria se juega así el destino del Medio Oriente con el peligro que representan los hombres del Daesh, el acrónimo árabe del Estado islámico. Estos locos de la divinidad han cometido los peores crímenes religiosos, especialmente contra los cristianos de la región, pero también contra los chiítas y los sunitas moderados. El ejército iraquí ha sido incapaz de frenarlos. El avance de los fundamentalistas se ha complicado por la participación de la comunidad internacional. 

Frenar los califas

En estos momentos todos los grandes actores islámicos de la región, árabes, persas, turcos y kurdos, a pesar de las diferencias y confrontaciones, centran su interés en frenar a los califas, incluso se habla de un acercamiento entre Irán y Estados Unidos. Todos temen a la llamada Constitución de los bárbaros y a la proclamación definitiva de los Califatos en Bagdad y en Damasco.

En relación a los kurdos, con la caída del Imperio Otomano fueron condenados a no tener patria ni Estado. 

Como el pueblo judío que logró su Estado en 1948, y los palestinos que esperan proclamarlo pronto, la nación kurda reclama el reconocimiento de su identidad y su unidad como Estado independiente. 

Los kurdos disfrutaron de la existencia limitada de un Estado con la llamada República de Mahabad, durante la Segunda Guerra Mundial, pero solo fue vigente por 10 meses. Dicha república fue abolida en 1946 y sus dirigentes fueron eliminados. 

El Kurdistán iraquí es modelo en la autonomía para los kurdos en toda la región, pero ahora después del Califato aspiran a la independencia y soberanía plena. 

El pueblo kurdo ha hecho suya la enseñanza de que caminando solo se va rápido, pero que caminando juntos se va lejos. 

Publicado originalmente en El Universal

@jcpinedap

domingo, 19 de octubre de 2014

Seísmo petrolero


Dr. Kenneth Ramírez

Desde mediados del mes de junio de 2014 -cuando el precio del crudo marcador Brent se ubicó en 115 $/Bl debido a los temores de una posible interrupción del flujo petrolero iraquí ante el avance del Estado Islámico de Irak y Siria-, el precio del petróleo ha caído 27%, hasta ubicarse en 84 $/Bl a mediados de octubre de 2014 -su nivel más bajo desde noviembre de 2010.

Una serie de factores están detrás de este descenso del petróleo. La desaceleración de las economías emergentes –sobre todo China, Rusia y Brasil- y la frágil recuperación de Europa, que se han traducido en una débil demanda petrolera mundial. Además, tenemos una fuerte expansión de la producción de petróleo de esquistos (shale oil) en EEUU –70% en los últimos 6 años, hasta alcanzar 8,6 millones de barriles diarios (MMBD), el nivel más alto desde 1986-, lo cual ha generado una sobreoferta de alrededor de 1,5 MMBD. Finalmente, tenemos un mercado que ha asumido que el complicado panorama geopolítico -de Ucrania a Irak- no afectará el suministro; y la apreciación del dólar.

EEUU ha reducido considerablemente su importación de crudos desde Nigeria y Angola, los cuales se han dirigido al mercado asiático donde los productores del Medio Oriente han concentrado su apuesta en los últimos años. Asimismo, el crudo de Alaska -exceptuado de la prohibición de exportaciones vigente en EEUU- no encuentra espacio en las refinerías de la Costa Oeste satisfechas con esquistos, y por ello también ha empezado a fluir a Asia -se produjo un despacho a Corea del Sur por primera vez desde 2000. Y, por si fuera poco, tenemos la espada de Damocles de un eventual levantamiento de sanciones a Irán.

Esto llevó a Arabia Saudita a enviar un mensaje contundente: Defenderá su cuota de mercado incluso si esto significa precios más bajos. De hecho, aumentó su producción en septiembre hasta alcanzar 9,7 MMBD y ha establecido descuentos en sus ventas a Asia, lo cual ha generado una incipiente guerra de precios.

Venezuela ha señalado que esto no conviene a nadie y ha llamado a una reunión de emergencia de la OPEP para tratar el problema, ya que la próxima reunión ordinaria de la organización -el 27 de noviembre en Viena- luce lejana. No obstante, funcionarios sauditas realizaron una declaración que ha supuesto un auténtico seísmo en el mercado petrolero: “nadie debería sorprenderse de precios del petróleo por debajo de los 90 $/Bl, incluso por debajo de 80 $/Bl” en los próximos años. Es decir, Arabia Saudita ha decidido cambiar su política de precios y buscar niveles de 80 $/Bl para expulsar a los productores marginales del mercado, y más concretamente, frenar la “revolución de esquistos” en EEUU. Esto le permitirá a Riad recuperar su centralidad en el mercado petrolero.

Arabia Saudita y las petromonarquías del Golfo Pérsico tienen ingentes reservas en fondos soberanos que pueden permitirle resistir varios años con precios más bajos. Sin embargo, otros países petroleros como Irán, Irak, Rusia y Venezuela sentirán un fuerte impacto económico. Venezuela necesita al menos 90 $/Bl para poder equilibrar su presupuesto y no tiene reservas cuantiosas, lo cual implica que se tendrán que realizar dolorosos ajustes en plena crisis económica: El tiempo de las vacas flacas parece haber llegado.

Publicado originalmente en Últimas Noticias

@kenopina

Un sueño imposible


Dr. Carlos A. Romero

Las relaciones con EEUU han experimentado un cambio importante desde el año 2013. Luego de considerar a Venezuela como un problema geopolítico, la actual prioridad de EEUU ha sido el seguimiento, el análisis y la denuncia de los aspectos domésticos venezolanos, en especial aquellos relacionados con los temas de los derechos humanos y el futuro de la democracia en nuestro país.

Desde el punto de vista internacional, la agudización de la crisis política en el Medio Oriente, las dificultades para llegar a un acuerdo nuclear con Irán, el alejamiento de Rusia de Occidente, las situaciones conflictivas en Palestina, Ucrania y Siria, más los problemas de salud mundial y el renovado auge del terrorismo han desplazado sustancialmente el caso de Venezuela en la agenda de la seguridad de EEUU. A su vez, Washington se ha entendido con los gobiernos nacionalistas, populistas y de izquierda en América Latina.

Al Presidente Chávez le encantaba cuestionar y retar a los gobiernos de EEUU en todos los frentes estimulando el trabajo de la izquierda estadounidense, practicando lobby en Washington, tratando de influir en la academia, promocionando la Revolución Bolivariana en los medios de comunicación de ese país y desde luego haciéndose notar en el resto del Hemisferio. 

Hugo Chávez nunca quiso estabilizar las relaciones entre los dos países. A diferencia de su predecesor, el Presidente Maduro sí ha dado muestras de querer normalizar las relaciones que se encuentran en franco deterioro desde el año 2010, en un momento en que ambos países retiraron a sus respectivos embajadores. La diferencia está en que antes era más fácil y menos costoso incomodar a EEUU porque el chavismo tenía más seguidores en el Mundo.

A Venezuela se le hace ahora más difícil lograr -a pesar de su explícito deseo- un modus vivendi con EEUU. Es lo que se puede calificar como "un sueño imposible". 

Publicado originalmente en El Universal

sábado, 18 de octubre de 2014

Venezuela en el Consejo de Seguridad


Dr. Kenneth Ramírez

Venezuela ha sido electa por quinta ocasión como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para el período 2015-2016. Al respecto, resulta importante realizar algunas consideraciones. En primer lugar, es una noticia que debe embargarnos de alegría a todos los venezolanos, ya que denota la importancia de Venezuela a nivel regional y su peso intermedio a nivel global –como medida de comparación, España también acaba de ser electa por quinta vez-; siendo además una oportunidad para desarrollar una posición de Estado que permita dejar huella en la resolución pacífica de los conflictos y en el tratamiento constructivo de problemas globales apremiantes, denotando nuestro carácter como país amante de la paz. No obstante, existen fundados temores de que esto no sea así, y que el gobierno utilice el asiento como caja de resonancia para su discurso anti-estadounidense y anti-capitalista radical bien conocido, lleno de estridencias y posturas maniqueas y parcializadas en los complejos conflictos abiertos –de Ucrania a Palestina y Siria. De ser cierto esto último, constituiría un error y se perdería una gran ocasión para aumentar el prestigio de Venezuela.

En segundo lugar, resulta interesante que Venezuela ganó su asiento prácticamente sin oposición -181 votos a favor, 1 en contra, 10 abstenciones y 1 voto nulo. Esto implica que la candidatura venezolana recibió total respaldo de América Latina y El Caribe, lo que está asociado tanto a un capital relacional acumulado en los últimos 15 años, como a la influencia importante –aunque mermada- de Venezuela en el nuevo orden regional y al apoyo de Brasil a la candidatura venezolana desde que ocupaba la Presidencia pro-témpore del MERCOSUR –la cual entregó en julio pasado. En este sentido, la diplomacia venezolana tuvo un punto de partida excepcional para hacer cabildeo con países de otras regiones hasta alcanzar mucho más votos de los dos tercios requeridos.

EEUU, por su parte –y a diferencia de 2006-, se limitó  a criticar el déficit democrático de Venezuela y su comportamiento contrario al espíritu de la Carta de Naciones Unidas, pero no utilizó a fondo sus contactos diplomáticos para bloquear la candidatura venezolana en la Asamblea General. Cabe destacar, que la Administración Obama ha descuidado la región porque tiene otras prioridades –y esto continuará hasta que abandone la Casa Blanca en enero de 2017, debido a la campaña abierta contra el Estado Islámico de Irak y Siria. Asimismo, la Administración Obama no desea polarizar con Caracas como lo hizo la Administración Bush; y realiza una última apuesta por normalizar las relaciones diplomáticas con el nuevo Encargado de Negocios, Lee McClenny, quien llegó a Caracas en agosto pasado. Las críticas a la candidatura venezolana deben leerse en clave individual, ya que la Embajadora Samantha Power tiene un Doctorado en Derechos Humanos y es una gran activista; y en clave de política interna, ante unas elecciones legislativas de medio término a tiro de piedra y un conjunto de senadores republicanos presionando al Secretario de Estado, John Kerry, para que tratara de impedir la llegada de Venezuela al Consejo de Seguridad.

Washington solicitó a Bogotá que intentara romper el consenso regional en torno a la candidatura venezolana, pero el Presidente Santos no tenía interés en confrontar a Venezuela, ya que es un país acompañante de la mesa de diálogo de paz con las FARC en La Habana y se sigue apostando por rescatar el comercio bilateral –ahora afectado por la lucha de Venezuela contra el contrabando. Ya existen suficientes perturbaciones en la relación como para añadirle un elemento más; más aún cuando no existe interés de parte de otros países latinoamericanos ni una voluntad clara de EEUU. En consecuencia, no se puede decir que el ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad es un “rotundo triunfo” contra una “campaña imperialista”, aunque si debe decirse que es un éxito diplomático.

En tercer lugar, hay que señalar que debería revisarse la posición nacional en diferentes conflictos que marcan la agenda actual, donde se ha tenido una actitud sesgada y extremista que no abona a la búsqueda de soluciones diplomáticas creativas para fortalecer la paz y seguridad internacionales. Asumir una posición anti-estadounidense, anti-israelí e izquierdista radical no representa a todos los venezolanos ni tampoco ese voto latinoamericano que debe honrarse. En este sentido, hay una gran oportunidad para ejercer una posición equilibraba y constructiva, en consulta amplia y permanente con sectores nacionales y regionales, aprovechando la presencia de Ecuador, Uruguay y Argentina, en las presidencias pro-témpore de la CELAC, UNASUR y MERCOSUR, respectivamente. Debe evitarse caer en la tentación de utilizar el Consejo de Seguridad como megáfono para la pugnacidad, la destemplanza y el tremendismo con el único propósito de atraer reflectores, ocupar titulares de prensa, y tratar de desviar la atención de la opinión pública nacional de problemas urgentes como la crisis económica actual que podría agravarse con la caída de precios del petróleo que estamos experimentando. Ya Rusia y China se ocupan perfectamente de bloquear con su veto iniciativas de EEUU; de manera, que una posición confrontativa está de sobra y no aporta estratégicamente nada relevante.

En cuarto lugar, necesario subrayar que el gobierno debe, por coherencia, acatar todas las recomendaciones que los distintos órganos, programas y grupos técnicos de Naciones Unidas le han dado. Por tanto, nuestra llegada al Consejo de Seguridad es también una oportunidad para reactivar el diálogo, y propiciar el encuentro y la reconciliación de todos los venezolanos. No olvidemos que el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ha hecho llamados a retomar el diálogo; el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias del Consejo de DDHH ha llamado a la liberación de Leopoldo López y Daniel Ceballos; y otros órganos han realizado observaciones sobre importantes violaciones a los DDHH en el país.

Finalmente, resulta fundamental para poder desarrollar esta posición de Estado, pragmática, equilibrada, conciliadora y constructiva, designar un diplomático con formación y experiencia. Respecto a esto sería totalmente inadecuado darle esa responsabilidad a María Gabriela Chávez –como ha trascendido-, quien no tiene la preparación necesaria para interactuar en forma efectiva con otros embajadores como los de Rusia y China, Vitali Churkin y Wang Min respectivamente –ambos internacionalistas y diplomáticos de carrera-, o la citada Samantha Power. El Presidente Maduro bien haría en considerar asignar esta responsabilidad a un embajador experimentado como Alfredo Toro Hardy –quien actualmente se encuentra en un destino poco relevante como Singapur.

@kenopina

domingo, 12 de octubre de 2014

Elecciones en Brasil: la pugna por la representación del cambio


Prof. Felippe Ramos (*)

La campaña electoral y las elecciones del 2014 en Brasil han sido un huracán político.
Cuando todos hablaban en el fenómeno Marina Silva, que sería capaz de ganar a la presidenta Dilma Rousseff en segunda ronda, los resultados de la primera ronda del 05 de octubre mostraron a Dilma con 41,59%, Aécio Neves con 33,55% y a Marina con solamente 21,32% de los votos válidos, lo que ha llevado a una segunda ronda el 26 de octubre entre los dos primeros. Sin embargo, el complejo escenario no es tan novedoso como ha sido anunciado.
Desde la elección de Lula en 2002, ha sido buscada una alternativa a la polarización entre el PT (partido de Lula y Dilma) y el PSDB (partido del ex presidente Cardoso y del actual candidato Aécio Neves). En las tres elecciones presidenciales anteriores siempre hubo un tercer candidato que alcanzó un porcentaje considerable de los votos presentándose como una tercera vía. En 2010, la misma Marina Silva, entonces en el Partido Verde (PV), ya había logrado casi 20 millones de votos quedándose también, como hoy, en tercer lugar. La novedad, por lo tanto, no es ésa.
Otro punto importante, aunque tampoco novedoso, es que el segundo lugar en verdad no lo obtuvo Aécio Neves, sino que la suma de abstenciones (27,6 millones o 19% en un país en donde el voto es obligatório), votos blancos (4,4 millones) y votos nulos (6,7 millones), alcanzando 38,7 millones o 27% del total de 142,8 millones de electores. Aécio obtuvo 33,5% de los votos válidos, pero en términos absolutos eso significa 34,8 millones de votos. El mismo escenario pasó en las elecciones de 2010 cuando el candidato opositor José Serra (PSDB) tuvo menos votos que los votos inválidos y abstenciones.
De esta manera, no es solamente de los electores de Marina que Dilma o Aécio pueden sacar más votos, sino también de los electores que no han escogido un candidato hasta ahora. Al mismo tiempo, si esa parte del electorado no ha votado por Dilma, tampoco ha identificado en los candidatos opositores la alternativa de cambio que ellos buscan representar. Hay, entonces, un problema de legitimidad de representación en Brasil y eso, que ya venía ocurriendo desde las elecciones anteriores, quedó aún más claro a partir de las protestas de junio de 2013.
Brasil tiene una tendencia de comportamiento electoral al nivel presidencial que puede ser presentada así:
(a) voto PT, los que defienden la continuidad de las políticas de ese partido;
(b) voto anti-PT, más alineado con el opositor de derecha PSDB;
(c) voto “nueva política”, los que siempre buscan una tercera vía, y
(d) los ni-ni, los que no votan ni en uno, ni en otro y en general ni siquiera van a votar en el día de las elecciones.
Sobre el primero campo, el voto PT, el politólogo André Singer ya explicó muy bien que hubo un cambio en el electorado: desde una minoría de clase media progresista para amplias capas de la población más pobre, beneficiadas por los programas sociales, la distribución del ingreso, la reducción de la desigualdad y el aumento real del salario mínimo. La prueba es no solamente la división regional de votos (las partes menos desarrolladas del país con mayoría de votos al PT y las partes más ricas con mayoría opositora), sino también la "xenofobia" interna de la clase media de las regiones ricas hacia los electores del PT en las regiones más pobres. En las redes sociales se ha demostrado extremo odio de clase en contra de los nordestinos, los habitantes del Noreste brasileño, la región menos desarrollada del país.
Estos son los dos electorados consolidados: uno que apoya el proyecto del PT moderadamente liberal (en las costumbres), socialdemócrata (en la política) y  neodesarrollista (en la economía); el otro, el voto anti PT que en general apoya el opositor PSDB que fue empujado de la socialdemocracia a la derecha conservadora (en las costumbres), elitista (en la política) y neoliberal (en la economía), debido a la ascensión del PT a la presidencia y su cambio hacia la moderación en el ejercicio del gobierno en un contexto de coalición amplia y dificultad de gobernabilidad. Por su parte, los votos "nueva política" escogieron, como tendencia, a Marina Silva, en 2010 y 2014. Y aún hay más gente que las que componen estos tres electorados; más allá de los votos válidos hay las personas realmente existentes. Es decir, hay los 38,7 millones que no votaron por nadie. Entre ellos pueden ubicarse tanto los resignados e indiferentes, como los defensores de una "nueva política" que no se han identificado con el proyecto presentado por Marina.
Si la novedad no es la búsqueda de una alternativa a los dos proyectos y electorados consolidados, lo que quizás sea novedoso es la posible capacidad de determinación del resultado electoral, debido a esa búsqueda de alternativa. Muy diferente de lo que plantearon los manifestantes de junio, sin embargo,esa posible alternativa al PT (hace doce años en el poder) sólo se ha consolidado con el desplome de Marina y el regreso de un candidato clásico de la vieja política, Aécio Neves, el playboy, como tildado por El País. Su candidatura es, en ese sentido, una gran construcción discursiva hecha con apoyo de la gran prensa con miras a movilizar el sentimiento por cambios que está difuso en la ciudadanía.

La candidatura Aécio se ha aprovechado de ese síntoma de la ciudadanía brasileña porque las protestas fueron gigantescas, pero difusas, sin programa o agenda, sin líderes u organizaciones fuertes. La fuerza de ese experimento democrático callejero se ha transformado en amenaza a la continuidad de un proyecto que, si bien lejos de lo que aspiran las masas, es más cercano que el proyecto conservador maquillado de novedad. Junio de 2013 fue, por lo tanto, el comienzo real de la carrera presidencial para sacar el PT del poder a través de la movilización táctica (y con técnicas de mercadeo) del sentimiento amplio y difuso en defensa de cambios. Eso sólo ha sido posible porque hay una brecha gigantesca entre el sistema de representación y el sistema de legitimidad. Los movimientos y protestas difusos generan el clima de cambio, pero no son capaces, por su falta de organización, de generar consecuencias en el sistema político institucionalizado. En las elecciones ganan los profesionales y no los soñadores. Como reacción a la calle, los más conservadores y profesionales se movilizan más. El Congreso nacional es el mejor ejemplo: la próxima legislatura tendrá diputados y senadores aún más conservadores que los que todavía se quedan hasta fines del año. Tras las protestas, la respuesta del sistema de representación ha sido cerrarse aún más. El PT ha perdido diputados (de 88 a 70), el PSDB ha aumentado (de 44 a 55); también crecieron los representantes evangélicos, militares y defensores del agronegocio. Como dijo el periodista Germán Aranda, “los brasileros protestaron como nunca y votaron como siempre”.

Asimismo, al revés de los deseos de la calle, el regreso del PSDB a la gran escena política luego del desplome de Marina es una señal de la consolidación del bipartidismo de coalición en Brasil; es decir, un sistema político que presenta 28 partidos representados en el Congreso Nacional aunque solamente dos (PT y PSDB) tengan la capacidad de hegemonía, comprendida como el impulso de dos proyecto claros y en pugna que atraen los demás partidos para composiciones más amplias. Si el PSDB ha intentado ganar a través de la propaganda (manipulación del amplio deseo de cambio), el PT, además del mercadeo político (campaña del miedo del pasado) ha comprendido parcialmente que su única salida es dialogar con el nuevo espíritu difuso de la ciudadanía, aunque tenga dificultad por el hecho de ser gobierno hace 12 años.
Ha buscado ser directo y específico al electorado "nueva política" y ni-ni: defiende una constituyente exclusiva para la reforma política y subraya que, mientras no se cambie el sistema de representación, es importante tener como representante la opción existente que más se acerca de los planteamientos de la calle y que está más abierta al diálogo. La campaña del miedo tendrá que ser equilibrada con el discurso de que el PT apoyará e impulsará también la profundización de la democracia, en lo que pese el Congreso aún más conservador. Más que discurso, será necesario recordar que, cuando las protestas de junio emergieron, mientras los gobiernos estadales más conservadores reprimían los manifestantes, la presidenta Dilma reconoció la legitimidad de sus demandas e invitó a sus representantes para dialogar y presentar su agenda en Brasilia.

A la ciudadanía descontenta y deseosa de cambio habrá que recordarle que diversos países han pasado por situaciones de gran movilización y protestas difusas para luego ver electos políticos aún más conservadores (España, Grecia). El voto útil en la primera ronda migró de Marina hacia Aécio. En la segunda ronda, Dilma debe buscar que esos votos migren de Marina y de los ni-ni hacia el PT. Las agendas progresistas que el PT, como partido del poder, no puede más implementar tendrán que venir de nuevas movilizaciones y organizaciones. Para los que están más a la izquierda, sin embargo, es mejor tener el PT en Brasília que el PSDB. Por ahora, sobre quién va a ganar las elecciones, sólo puedo recordar, como lo hizo el senador Eduardo Suplicy (PT), la canción de Bob Dylan: "the answer, my friend, is blowing in the wind, the answer is blowing in the wind".

(*) Director del Instituto SUREAR e Investigador de la Misión del IPEA en Venezuela

Publicado originalmente en América Economía

Brasil entre la razón y el sentimiento


Embajador (r) Julio César Pineda

La segunda vuelta en la elección presidencial de Brasil enfrenta a los tradicionales movimientos políticos de centro derecha, el Partido Social Demócrata Brasileño y en la centroizquierda el Partido de los Trabajadores. La ventaja de la candidata del PT, Dilma Rousseff, es menor a 8 puntos ante el candidato del PSDB, Aécio Neves. 43 millones de brasileños se manifestaron por la continuidad del proyecto del expresidente Lula y Rousseff mientras que más de 50 millones lo hicieron por el cambio y por la oposición. Preocupados Lula y Rousseff apenas lo separa 9 millones de votos entre el Gobierno y el candidato del PSDB, pero hay 21 millones de votos de Marina Silva la candidata ecologista que podrían decidir. Todo depende de la evaluación final de los 12 años de gobierno del PT. Por sexta vez el Gobierno entre el PT y el PSDB. Como en el 2010, la presidenta Rousseff tratará de derrotar en la segunda vuelta al compañero de partido de José Serra del PSDB, Aécio Neves.

Las encuestas se equivocaron cuando proyectaron como triunfantes en la primera vuelta a Marina y Dilma. Marina Silva llegó en varias oportunidades a sobrepasar a Dilma Rousseff en intención de voto con un mensaje renovador y su preocupación por el medio ambiente en un Brasil donde el tema ecológico es fundamental por su biodiversidad disminuida y por el ecocidio permanente de gobiernos de izquierda y de derecha, por eso le había renunciado a Lula cuando ejercía en el ministerio del Ambiente, pero también por la corrupción del régimen.

Como El País de España lo señaló "fue una auténtica montaña rusa de encuestas que subían y bajaban, reflejo de una campaña imprevisible e hipnótica, marcada por un accidente aéreo que lo revolucionó todo". 

A la ecologista Marina Silva le pasó lo mismo que en las elecciones colombianas cuando todos esperaban el triunfo del candidato de partido verde Antanas Mockus en el 2010 en contra de Santos. En ambos casos terceras vías con un mensaje nuevo frente a la corrupción y frente a la violencia contra el hombre y contra la naturaleza. Ambos candidatos habían sido la esperanza para los verdes del continente que como en Europa quieren convertirse en fuerza determinante en los destinos nacionales. Antanas y Marina hicieron extraordinarias campañas y entusiasmaron a las nuevas generaciones, pero fueron víctimas de su idealismo galopante sin estructuras partidistas y sin especialistas de marketing político. En Brasil tanto el PT como el PSDB son formaciones con estructuras solidas con financiamiento permanente, con experiencia de gobierno y con el necesario pragmatismo de la lucha política. En el caso colombiano se le acusó al candidato de ateo en un país evidentemente católico y a Marina se le estigmatizo por su pertenencia a la iglesia Evangélica y su posición conservadora. Los golpes bajos y el fantasma del miedo de los dos grandes partidos fue palpable en los mensajes propagandísticos, el objetivo era destruir la esperanza que representaba Marina Silva. Una de las propagandas presentaba una familia brasileña, a quien si ganaba Silva se le quitaría su trabajo, su educación y su comida, de la misma manera se presentaba el peligro para los nuevos derechos humanos, los matrimonios del mismo género y el tema de la homosexualidad. Igualmente, el candidato Aécio Neves centró su crítica en la ecologista para sacarla del juego con el permanente señalamiento del pasado político de Silva y su afinidad con el PT y con el proyecto de Lula, incluyéndola en los fracasos frente a la inclusión de la clase media y la corrupción continuada de los gobiernos anteriores.

Los jóvenes en esta primera vuelta, y en la segunda determinaran la elección, porque el 35% de los electores tienen entre 16 y 34 años y fueron los primeros en salir a las calles para oponerse a las políticas del partido de gobierno, incluso a pesar de su amor al fútbol, por la corrupción e inoportunidad de la Copa Mundial de la FIFA 2014.

Precisamente acaba de salir un libro escrito por un equipo de periodistas de investigación brasileños "El lado sucio del fútbol", con una investigación donde el lavado de dinero, la evasión fiscal, el nepotismo, la manipulación de deportistas en campañas políticas y el tráfico de influencias ensombrecen al balompié carioca.

Como en Hong Kong y en tantas partes de mundo, y así en Brasil los jóvenes son los nuevos indignados. La llamada "generación online" están llamados a decidir el destino de los países y los gobiernos deben escuchar.

En Brasil frente a la emocionalidad de las mujeres candidatas y la confrontación entre ellas, Aécio Neves supo imponer el lenguaje de la razón como activo deportista del surf, su eslogan fue aprovechar la fuerza del viento y del mar para montarse en "la ola de la razón frente a la ola del sentimiento". 

Importante lo que van a decidir los 39 millones de electores abstencionistas, más allá de la decisión de Marina Silva y de los partidos que la apoyaban.

Seguiremos interesados en estas elecciones porque lo que pasa en Brasil influirá en toda la geopolítica latinoamericana.

Publicado originalmente en El Universal

Siembra de oscuridad


Prof. Luis Daniel Álvarez

Existen muchos casos en los que los gobiernos no escatiman en usar cualquier recurso para ganar adhesiones. Aunque suene macabro, algunos recurren a actos fúnebres con tal de dar una demostración de dolor colectivo y evidenciar altos niveles de cohesión política.

En el fondo, las exequias terminan convirtiéndose en una patética manifestación pública desde la que se profieren ataques hacia los adversarios, se promueven revanchismos e incluso, en muchos casos, se resalta la presencia de grupos paralelos al andamiaje legal del Estado, que sin ningún pudor muestran sus armas mientras reiteran su lealtad al Gobierno.

La información oficial es la única que se transmite, en la medida en que crecen los rumores y no es descabellado observar cómo algunos países y personalidades se inmiscuyen en asuntos internos, fijando posición sobre la naturaleza del fallecido y en muchos casos manifestando sus puntos de vista, los cuales muchas veces están alterados por la distancia y el desconocimiento de lo ocurrido. El desfile que acompañó al sepulcro a Francois Duvalier el 24 de abril de 1971 se convirtió en un episodio más de culto a la personalidad. Todo giró alrededor del hombre que durante catorce años y recurriendo a una tétrica mezcla de sangrienta represión e invocaciones espiritistas, logró hacerse con la Presidencia vitalicia de su país, entregando el gobierno a su hijo Jean Claude quien entonces tenía 19 años y gobernaría hasta 1986.

El pasado sábado 4 de octubre Jean Claude Duvalier murió en Haití, dejando como legado una estela de sangre y corrupción. Inexplicablemente el Presidente Martelly decidió hacerle funerales de Estado demostrando que aún hay muchos gobiernos que aprovechan los funerales para hacer proselitismo.

Publicado originalmente en El Universal