Dr. Jesús E. Mazzei Alfonzo
Una de las políticas públicas más sólidas y con gran
sentido de institucionalidad y profesionalismo, es la política exterior
brasileña, hoy en nuevas manos y en un rumbo que busca ratificar y robustecer
el patrimonio histórico de Itamaraty. Los Embajadores Mauro Viera y Sergio
Danese, Canciller y Secretario General respectivamente, dirigen en un nuevo
momento la cancillería brasileña. Efectivamente, tanto en los gobiernos de
Sarney en adelante, como en los gobiernos del PT, se le han dado un cariz más acorde
a los nuevos temas del área internacional. Lula y la Presidente Dilma Rousseff
con una visión más social de la democracia entre otros, pero mantienen un hilo
conductor desde entonces. El patrimonio histórico de la acción externa ha sido:
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la
búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena
del uso de la fuerza para la obtención de resultados externos.
El universalismo: entendido éste como el todo, el acervo de
contactos bilaterales que constituyen el patrimonio del Brasil. También la
diversidad de contactos bilaterales sirve para la realización de los intereses
nacionales. Y finalmente esta vocación universal, encuentra sus raíces en el
hecho que los brasileños consiguieron establecer relaciones pacíficas e
instrumentalizadas con países situados en todas partes del Mundo.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones,
entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son
asumidas por la voluntad nacional. Los tratados y convenios son vistos como
instrumentos jurídicos que buscan acuerdos con factibilidad de cumplirse y que
sean favorables a todas las partes intervinientes.
Realismo y pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses
nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia
del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desideologiza la
acción internacional.
Autodeterminación y No Intervención: son alimentados por el carácter pacificista de
la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria
internacional.
Dentro de un contexto de mayor globalización
representado por la elevación exponencial de las interconexiones entre países,
como lo reconoce el nuevo Canciller, Embajador Mauro Viera, en su discurso
inaugural "... La Interrelación entre los asuntos internos y los internacionales
es cada vez mayor. El Mundo globalizado diluyó las fronteras entre la política
externa en su concepción clásica y las otras esferas de la acción estatal,
creando una interconexión entre las dimensiones doméstica e internacional. En
cada gran tema de política externa, administrar es interconexión no depende
apenas de Itamaraty. Más cabe fundamentalmente a Itamaraty operar en sintonía
con las diferentes áreas del Gobierno, generando las sinergias que reforzarán
la acción y la posición negociadora de Brasil en el Mundo...". Brasil
busca posicionarse en un nuevo contexto que:
Primero, busca insertarse en una economía
internacional altamente integrada y competitiva, hoy en día con un escenario
distinto del precio de los commodities y el giro que está teniendo la política
de Estados Unidos, que repercutirá en la economía mundial. Aquí buscarán
reforzar la política de cooperación en todas sus dimensiones y la comercial.
En segundo lugar, mantiene los márgenes de maniobra,
para no inviabilizar su histórico proyecto nacional, con base en los principios
arriba enunciados. Busca construir un adecuado y perfil político y económico de
acuerdo con la nueva configuración del poder mundial que va de la bipolaridad a
la multiporalidad en un Mundo donde los actores estatales y no estatales tienen
otra dinámica.
Ahora bien, la política exterior de Brasil, tiene
tres interrogantes hacia el futuro:
En primer lugar, ¿qué es lo que Brasil desea obtener
de su relación con el medio internacional? La respuesta evidente y con un claro
objetivo, es conseguir el intercambio externo para la realización del
desarrollo, tanto en su dimensión económica como social, para lograr
profundizar los derechos humanos y un medio ambiente sustentable.
En segundo lugar, ¿cómo el Brasil desea relacionarse
con la Comunidad Internacional?, aquí están los principios que tradicionalmente
han orientado su política exterior, tales como la no intervención, el respeto a
la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos y la solución
pacífica de las controversias.
La tercera pregunta, ¿cuál es el Mundo que ellos
desean?, puede estar resumida en algunas ideas fuerzas: paz, desarrollo,
democracia y participación amplia, por ello es que el Brasil está trabajando en
conjunto con otros países, para la reforma de los organismos multilaterales.
En ese sentido, la política exterior del Brasil,
buscará reforzar la integración, buscando la realización de sus intereses y
fines.
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